Los puristas aún pueden estar agradecidos de que BMW aún ofrezca una gama de coupés con la tradición de la conducción divertida en mente, es decir, con un propulsor de seis cilindros al frente y tracción trasera. Ahora, con la llegada del BMW M2 2023, la oferta mejora gracias a unas dimensiones más compactas y la disponibilidad de disfrutar de una palanca de cambios y un pedal de embrague. Un equilibrio perfecto, se podría decir, que ya está disponible desde 91.250 euros en nu
A pesar de que BMW define al nuevo M2 como un deportivo “compacto”, lo cierto es que es notablemente más grande que su predecesor. Cuenta con 4.575 milímetros (+114 mm) desde el morro hasta la cola, 1.887 mm de ancho (+16 mm) y 1.403 mm de alto (-11 mm). Eso lo hace 219 mm más corto que el M4. La distancia entre ejes ampliada a 2.747 mm (+54 mm) otorgará un beneficio de espacio a bordo. Con respecto a un Serie 2 Coupé, el BMW M2 2023 es 49 mm más ancho, con una vía delantera y trasera aumentada en 44 y 18 mm, respectivamente.
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Bajo el capó se esconde el mismo motor presente en los M3 y M4: un bloque se seis cilindros en línea y 3.0 litros doblemente turboalimentado (S58). Este desarrolla unos saludables 460 CV a 6.250 revoluciones por minuto y 550 Nm entre las 2.650 y 5.870 rpm, mientras que la línea roja se sitúa a 7.200 vueltas. Son 90 CV extras en comparación con el M2 saliente (49 CV con el M2 Competition), y se mantiene el par. Este bloque tiene 0,4 mm más de carrera, una relación de compresión reducida (de 10,2:1 a 9,3:1) y más presión de inyección (de 200 a 350 bar).
A diferencia del M3 y el M4, que solo puede equiparse con la caja de cambios automática en el mercado español, el nuevo M2 viene con la opción de una manual de seis velocidades. BMW ha equipado al cambio con un “asistente de cambio de marchas” que iguala las revoluciones al reducir una marcha, comúnmente conocido como un sistema “rev-matching”. Si para ti es más importante hacer los mejores tiempos, acude a la transmisión automática, una unidad de tipo convertidor de par y un solo embrague de ocho relaciones; la misma de su hermano mayor.
Independientemente de la elección de transmisión, la dinámica del M2 también se materializa en su condición de tracción trasera. La función del control de tracción estándar también está diseñada para permitir que el conductor experimente cuidadosamente los límites de agarre del coche mediante el establecimiento de umbrales de intervención individuales para la limitación del deslizamiento de las ruedas, con una selección de 10 etapas. Por su parte, el diferencial M activo puede generar un efecto de bloqueo de hasta el 100 % cuando sea necesario.
El conjunto se asienta sobre unas llantas de 19 pulgadas delante y 20 pulgadas detrás calzadas en neumáticos 275/35 y 285/30. Tras ellas se esconden unos frenos con pinzas de seis pistones y discos de 380 mm en las ruedas delanteras y sus contrapartes de pinza flotante de un pistón y discos de 370 mm en las traseras. Las pinzas de freno están pintadas en rojo de serie, con un acabado azul disponible como opción, y como es norma, llevan el logotipo M. Y no podía faltar un sistema de escape con válvulas de mariposa controladas electrónicamente.
A nivel estructural, la suspensión tiene una configuración frontal de paralelogramo deformable y de cinco brazos atrás. Esta varía su grado de firmeza gracias a los amortiguadores controlados electrónicamente(M Adaptative Suspension). De igual forma, la dirección se ha recalibrado (ya no hay conexión física) con un mayor énfasis en la asistencia eléctrica sensible a la velocidad y una relación de dirección variable. A través del sistema de infoentretenimiento se puede elegir entre dos configuraciones para modificar su respuesta: Comfort y Sport.
Dado que el BMW M2 2023 es más de 11 centímetros más largo y casi 2 cm más ancho que el modelo al que reemplaza, las ruedas también están más separadas que antes. El ancho de vías, ahora, es exactamente el mismo que ofrece el M4. Desafortunadamente, cuando haces un vehículo más grande, normalmente también lo haces más pesado. Eso es exactamente lo que le ha sucedido al nuevo M2. Con caja manual, marca 1.700 kilogramos sobre la báscula, y con la automática 1.725 kg. Son 100 kg de sobrepeso con respecto al M2.
Por supuesto, el reparto de pesos es 50:50 entre ambos ejes. Y aún así, las cifras prestacionales declaradas no son ni mucho menos desmerecedoras: con tres pedales, la carrera hasta los 100 km/h necesita de 4,3 segundos, mientras que con la transmisión de ocho relaciones cubre el mismo sprint en 4,1 segundos. Asimismo, el nuevo BMW M2 acelera de 0 a 200 km/h en 14,3 segundos (13,5 s el automático). La punta está limitada electrónicamente a 250 km/h, aunque se puede aumentar a 280 km/h con el paquete M Driver’s Package opcional.
Hablando de paquetes opcionales, el M Race Track Package añade unos neumáticos con más agarre montados sobre unas llantas de aleación ligeras de radios dobles de 19 y 20 pulgadas, y los asientos individuales M Carbon para el conductor y su copiloto. De tipo semibuquet, usan plástico reforzado con fibra de carbono (CFRP) en sus elementos estructurales que ahorra 10,8 kg en comparación con los asientos de serie. Y eso manteniendo detalles de confort como que son totalmente eléctricos y calefaccionados, y con una insignia iluminada.
Otro elemento que contribuye a no subir más el peso es el techo ligero del mismo material, de serie. Con su color oscuro, se combina perfectamente con los cinco colores disponibles: Alpine White sólido, Sapphire Black metalizado, Brooklyn Grey metalizado, Toronto Red metalizado y, finalmente, e Zandvoort Blue sólido, disponible exclusivamente para este modelo. Estos tonos buscan realzar un llamativo exterior dominado por la parrilla de doble riñón ensanchada y las generosas tomas de aire que la flanquean en la sección inferior del parachoques.
Pasando a la vista lateral, lo más característico son sus musculosas aletas, manteniendo alguna que otra tradición ya perdida en el M4 como es la curva Hofmeister de la segunda ventanilla. Y los retrovisores M ya son todo un clásico. En la quizá muy angular parte trasera hay un diseño de salidas de escape cuádruples, integradas en una parte inferior del paragolpes que monta los catadióptricos en posición vertical. Un pequeño alerón integrado en el borde de la puerta del maletero y un difusor de aspecto profundo y no muy funcional remata la estética.
En cuanto al habitáculo, la cabina orientada al conductor destaca por la pantalla del cuadro de instrumentos de 12,3 pulgadas y el sistema multimedia de 14,9 pulgadas. Estas cuentan con los distintos menús y gráficos dedicados como modelo de la división M, y pueden combinarse con un Head-Up Display (HUD) pasando por caja. De serie, los asientos deportivos lucen un diseño específico con superficies Sensatec/Alcántara, o perforadas en cuero Vernasca/Sensatec. Otro detalle de agradecer es el climatizador de tres zonas, para que todos estén a gusto.
Sin embargo, el detalle que más llama la atención con respecto a la “mundana” gama Serie 2 son los distintos botones específicos. El primero de ellos, presente en la consola central, brinda acceso directo a las opciones de configuración para el motor, el chasis, la dirección, los frenos y el control de tracción, así como el asistente de cambio de marchas, si es manual. A través de los botones M del volante se pueden almacenar dos configuraciones generales. Además, desde la consola central puede ajustar las asistencias al conductor en tres modos: Road, Sport y Track.
El BMW M2 se se fabrica junto al Serie 2 Coupé en la planta que la marca en San Luis Potosí, México. Ya está disponible en los concesionarios por el precio de 91.250 euros que mencionamos anteriormente y hay una curiosidad. Y es que esa tarifa es exactamente la misma para la versión manual y para la automática, no hay diferencia entre ambas a pesar de que normalmente el manual suele ser más barato que el automático.
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