Después de la primera víctima mortal bajo la conducción autónoma y de que hackearan el piloto automático de Tesla, el gobierno alemán quiere instalar cajas negras en los futuros coches autónomos, de forma que recopilen información importante en caso de accidente; datos sobre el funcionamiento del vehículo y sobre la conducción. Volkswagen y Audi ya estudiaron implantar las DiBox, una caja negra que mantiene el coche totalmente conectado a la red.
Estas cajas negras no sólo recopilarán información sobre el coche siniestrado y la conducción; también podrían grabar los últimos segundos del incidente. Así se podrán esclarecer los hechos de lo ocurrido en caso de accidente o de posible fraude. En Rusia y Estados Unidos usan estos dispositivos con asiduidad, debido a la cantidad de personas que provocan accidentes para cobrar el seguro. Algunos resultan tan ridículos como este:
El gobierno alemán también planea sacar adelante una nueva legislación que obligue la instalación de estos dispositivos en todos los coches autónomos, según ha informado a Reuters fuentes del Ministerio de Trasporte Alemán.
Las empresas también estarán obligadas a instalar cajas negras que graben cuándo el piloto automático estaba activo, cuándo conducía el conductor y cuándo el sistema requería que se tomara el control del vehículo. El borrador de la ley está a la espera de ser enviado a otros ministerios para su aprobación este verano. Por su parte, la Canciller alemana Angela Merkel, ha afirmado que para abril la industria del automóvil debe haber mandado una lista de deseos a Berlín, de forma que se ayude a mejorar el desarrollo de los coches autónomos, aunque hasta 2020 estos coches no estarán disponibles en el mercado de masas. Seguro que Volkswagen, Daimler y BMW tienen mucho que aportar en el juego.
¿Una invasión a la privacidad?
Las cajas negras tienen el tamaño de dos barajas de cartas y están situadas bajo el compartimento entre los asientos delanteros. Datan de 1990, cuando General Motors las introdujo para llevar a cabo estudios de calidad. En España su uso no está muy extendido, aunque las aseguradoras premian a los clientes que disponen de estos dispositivos, que tienen un precio de unos 400 euros. Otra cuestión en cuanto a localizar y grabar los movimientos de un coche de forma constante es su choque con el derecho a la privacidad: la Ley Orgánica de Protección de Datos española establece grandes dificultades para la grabación constante de imágenes en esta clase de dispositivos.
Según la DGT, la instalación de cajas negras en las flotas europeas ha reducido un 25% los accidentes y los costes. Este vídeo, con imágenes muy duras, nos muestra su funcionamiento:
No sabemos si en el futuro todos los vehículos contaran con estos chivatos, pero a algunos no les gustará ser descubiertos.