A finales de los años 60 y principios de los 70 del siglo pasado empezaron a hacerse famosos los coches con forma de cuña. El Wedge Desing marcaba tendencia en el mundo y hacía soñar a los aficionados. La mayoría discute sobre que el primer coche con forma de cuña fue el Bizzarrini Manta de Giorgetto Giugiaro o el Alfa Romeo Carabo de Marcello Gandini. Ambos se presentaban en 1968… pero en esa fecha un tal Ray llevaba ya dos años conduciendo el Cannara por Estados Unidos, con su madre de copiloto.
El Cannara era un roadster bioplaza movido por un motor V8 de origen Chevrolet montado en la parte delantera. Un coche tan rápido como desconocido, diseñado por un joven de 18 años de Florida llamado Ray Cannara, que lo construiría él mismo durante un par de años y lo terminaría en 1966.
¿Quién era Ray Cannara?
Ray Cannara nació en San Petersburgo, Florida. Desde que era niño le encantaron los coches hasta el punto de que, cuando tenía solo 15 años, allá por 1962, ganó una beca del Fisher Body Guild en 1962 al presentar un diseño de modelo de automóvil. Recibió 4.000 dólares (unos 40.000 € al cambio actual).
En 1964 fue aceptado como estudiante en el ArtCenter for Transportation Design en Los Ángeles, California, posiblemente la escuela de diseño de automóviles más prestigiosa de Estados Unidos y una de las mejores del mundo. Lo que nadie esperaba era que, con apenas 18 años, recorriese los casi 4.100 km que separaban su ciudad de la escuela conduciendo el coche que él mismo había diseñado y fabricado.
Así pues, el coche de Ray Cannara fue el primer automóvil con forma de cuña fabricado. Eso sí, su creador nunca tuvo ese reconocimiento por su su influencia en el futuro del diseño automotriz: Conservó el Cannara hasta fines de la década de 1970, momento en el que lo vendió. Estuvo guardado en un garaje muchos años hasta que Geoff Hacker de Undiscovered Classics lo redescubrió en 2016.
El regreso del Cannara
Cuando Hacker encontró el coche… pues no sabía qué era. Se hizo con él y lo llevó en un remolque a su garaje en Tampa (Florida) y empezó a rastrear la historia del automóvil. Algunos detalles, como el punto de giro de las puertas, indicaban que no había sido diseñado por un aficionado. Por fin, alguien le indicó que había sido construido por un estudiante del Art Center a mediados de los años 60.
Analizando las listas de graduados de la escuela, encontró el nombre que buscaba: Ray Cannara. Vivía también en Florida y Ray estaba más que feliz por volver a ver su coche por primera vez en décadas. No sólo había viajado con él desde su casa a Los Angeles, también viajó desde California a Michigan para empezar a trabajar como diseñador en Chrysler, lo que lo hace, seguramente, uno de los prototipos de coche con mayor kilometraje de nunca. Luego ayudó con el la restauración y tras completarla se exhibió en el Amelia Island Concours d’Elegance de 2022.
Especificaciones del Cannara de 1966
El Cannara tiene diseño único, pero se basó en un chasis más que probado, el de un Chevrolet Impala Station Wagon de 1958. Es un chasis de escalera de acero con suspensión delantera independiente y muelles helicoidales y eje rígido con muelles helicoidales detrás. De fábrica tenía frenos de tambor, cambiados por uno de disco actualmente.
Se recortó la distancia entre ejes del chasis y se eligió un bloque Chevrolet V8 de 4.6 litros con un carburador Edelbrock de cuatro cuerpos que entrega 276 CV de potencia y 394 Nm de par. Nada mal si tenemos en cuenta que, con la carrocería de fibra de vidrio con algo de aluminio apenas pesa 952 kg en seco. La potencia se enviaba a las ruedas traseras a través de una transmisión automática de tres velocidades y superaba los 210 km/h. Apenas necesita 5 segundos para pasar de 0 a 100 km/h.
En cuanto al diseño, unos detalles interesantes. Los faros delanteros, muy discretos, salen de guardabarros, un detalle que nunca hemos visto en coches de producción y que consiguen no «estropear» el diseño del frontal con unas ópticas escamoteables. Visto desde el lateral, tiene unos pasos de rueda algo curvados y un parabrisas de dos piezas. La entrada del carburador está montada junto al parabrisas, en el lado del pasajero para que te hagas una idea de lo retrasado que va colocado el motor, buscando el equilibrio de pesos.
Si nos hemos acordado ahora del Cannara es porque ha sido invitado a la Clase Wedge 2024, una muestra del Pebble Beach Concours d’Elegance dedicada a los concept cars únicos en forma de cuña. Allí se ha lucido junto al Aston Martin Bulldog, el Ghia Gilda, el Ferrari Modulo o el Lancia Stratos HF Zero.
Merecía ese reconocimiento. Y no lo decimos sólo nosotros. Raffi Minasian, diseñador automotriz y juez del Pebble Beach Concours d’Elegance (posiblemente el mejor concurso de clásicos a nivel mundial asegura que «les cada vez más evidente que este diseño es uno de los primeros de su tipo, más específicamente es el primer coche que adopta por completo todos los aspectos del diseño en cuña, en lugar de simplemente utilizar elementos de diseño lineales o basados en vectores. Este diseño supone la adopción total y completa del tema de la cuña, tanto como concepto como en el resultado final».
Fuente: Pebble Beach Concours
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