A pesar no ser un gran éxito fuera de nuestras fronteras, el Citroën C4 Cactus se convirtió en el rostro actual de la firma francesa en 2014. Como tal, este crossover quiso rendir un homenaje al legendario Méhari, a pesar de que no contaba con “la experiencia al aire libre” de este último ¿O sí? Porque hace poco más de un lustro, durante el Salón del Automóvil de Frankfurt 2015, la compañía de los dos chevrones reveló ante todo su público el Citroën Cactus M Concept.
Más de 50 años después del lanzamiento del Citroën Méhari, esta leyenda continúa mostrando las razones de su éxito, entre ellas su metodología de construcción, con una carrocería realizada íntegramente en plástico. Como material, el ABS (Acrilonitrilo Butadieno Estireno) es fácilmente termoformable, flexible y puede ser tintado en la masa. Además, este original modelo era muy ligero, lo que le permitía circular por todo tipo de terrenos sin dificultad, ya que no se quedaba empanzado en el barro o en la arena y no se hundía en la nieve.
El proyecto original definió la estructura básica: un descapotable de dos puertas y cuatro plazas en cuya parte posterior era posible desplegar una banqueta para dos ocupantes a los que se les proporcionaba el espacio para las piernas correspondiente al elevar el propio respaldo. Cuando no se utilizaba dicha banqueta trasera, el plano de carga quedaba completamente plano desde el parachoques hasta los respaldos de los asientos delanteros. El parabrisas era desmontable y la capota de tela que lo cubría conformaba una berlina de cuatro plazas.
Para la producción, Citroën decidió realizar un número limitado de colores (rojo, verde, naranja, beige, amarillo y para la versión especial “Azur” blanco y azul), que cambió muy poco a lo largo de los años y que hacían referencia a los grandes desiertos del planeta. Su evolución se limitó al lanzamiento de un modelo 4×4 que sirvió en el ejército francés, incluso en una variante “lanzable en paracaídas” y “ambulancia rápida” en el París-Dakar de 1980. La versión de tracción integral tenía un árbol de transmisión unido al cambio que accionaba un diferencial situado en el eje trasero, que disponía de frenos de disco igual que el eje delantero.
El Méhari se ganó una posición destacada en la historia del motor e inspiró al prototipo Citroën Cactus M Concept presentado en 2015 y que reinterpretaba, en clave contemporánea, los valores que impulsaron el desarrollo del modelo original. La propia letra “M” era un homenaje al Méhari y a su historia. A gusto en cualquier tipo de superficie y de situación, este concept car evocaba la misma sensación de libertad y de evasión; una invitación a vivir el tiempo libre con el máximo bienestar. Porque se creó para ambientes de playa, arena, sol y agua.
Esencialmente, el Cactus M Concept es un C4 Cactus de techo corto, con una cabina al aire libre rodeada de puertas de corte bajo y barras antivuelco con detalles de madera en la parte trasera. Las puertas en sí se han creado utilizando la misma lámina de plástico inflada (AirBump) que el C4 Cactus de producción, protegiendo el coche de los arañazos de la y las rocas. De hecho, con este fin, todos los materiales interiores y exteriores elegidos han sido tratados por su resistencia a estos elementos. El interior de neopreno se puede lavar con manguera.
Cuando el clima se vuelve desagradable, el Citroën Cactus M Concept cuenta con una sección del techo que se infla y se almacena en el maletero. El techo es modular, lo que significa que el vehículo se puede convertir en una estructura similar a un vivac, con los asientos traseros que se pliegan hacia abajo para dar lugar a un área de almacenamiento o para dormir. Nuestro protagonista se diseñó pensando en el surf y, como tal, el aro de madera tiene accesorios para montar dos tablas de surf.
Mecánicamente, el Cactus M Concept acogía un motor de tres cilindros turboalimentado de 1.2 litros y 110 CV conectado a una caja de cambios automática de seis relaciones. Sin embargo, el sistema de tracción a las cuatro ruedas dejó su puesto al moderno sistema “Grip Control” para optimizar la motricidad, detectando los deslizamientos de las ruedas motrices e interviniendo (a través del control de tracción y estabilidad) de modo más o menos incisivo para evitarlos. Tenía también cuatro modos seleccionables: Normal, Todoterreno, Nieve y Arena.
Para un prototipo que, según informó Citroën, solo tardó cuatro meses en producirse, se sentía bastante bien ensamblado. Y decimos esto porque en su mismo año debut, algunos periodistas tuvieron la oportunidad de echarle el guante en las playas de Lisboa, Portugal. El Citroën Cactus M Concept, todavía hoy, representa los mejores argumentos del modelo original y con el la casa parisina propone “liberar la mente” hacia nuevos horizontes. Y aunque algunos SUV descapotables como el T-Roc Cabrio demuestra que hay mercado para este segmento, Citroën no lo vio.
Fuente: Citroën
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