Corría el año 1903 cuando Paul Daimler, hijo del fundador de la compañía, realizaba los primeros esbozos de la tecnología 4×4. Todavía hoy, esa tracción es considerada como una garantía de tracción y seguridad, como siempre recuerda Audi en sus anuncios de la tracción Quattro. Pero pasaron cuatro años hasta que esos dibujos llegaron a las mesas de trabajo de los técnicos de Mercedes Benz.
Así nacía el Dernburg-Wagen, un vehículo creado en exclusiva para dar servicio a un diplomático alemán destinado en Namibia. El encargo había llegado de Bernhard Dernburg, secretario de Estado en la Oficina Alemana de Colonias. Necesitaban un vehículo que pudiese viajar por zonas intransitables, donde hasta entonces ningún vehículo de motor podía acceder hasta ese momento.
Aquel vehículo es considerado el primer todoterreno de la historia, que salió de la fábrica de Berlín Marienfelde. Basado en el chasis de la compañía, tenía cuatro metros de distancia entre ejes y 1,45 metros de anchura de vías. Pero lo más novedoso eran los 32 centímetros de altura libre al suelo, la tracción a las cuatro ruedas, cuatro ruedas directrices. Los palieres estaban protegidos con un sistema diseñado por Paul Daimler (que evitaba que la arena se introdujese en el interior y se estropeasen) y eso solamente permitía que las ruedas delanteras girasen 23 grados. Muy poco para un coche destinado a esquivar obstáculos, por lo que se decidió emplear este sistema de cuatro ruedas directrices.
El Dernburg-Wagen medía 4,90 metros de largo y 2,7 metros de alto. Su carrocería era enorme si la comparamos con un coche actual, y eso hacía que el peso se fuese hasta los 3.600 kilogramos. Dentro cabían hasta seis personas: Delante, sin puertas laterales, había dos plazas para conductor y acompañante. Detrás sí había puertas y cabían hasta cuatro pasajeros.
Este conjunto estaba movido por un motor enorme, de 6,8 litros de cilindrada, que rendía 35 CV a 800 rpm. Su velocidad máxima en asfalto no era en absoluto llamativa: 40 km/h, pero esa no debía ser su característica especial, sino su capacidad para sortear obstáculos. Y eso se le daba mejor, ya que podía superar pendientes de un 25%. Toda una hazaña para la época.
El coche costó 34.750 marcos. Una cantidad abismal para la época. Pero incluía novedades técnicas, como el sistema de reserva de refrigerante diseñado para que el Dernburg Wagen pudiese funcionar correctamente en zonas tropicales (acumulaba 140 litros de refigerante entre los dos depósitos y los radiadores, una cifra espectacular).
Desde el Dernburg-Wagen, Mercedes no ha parado de aumentar su oferta todoterreno. Quizá uno de los más famososo es el Mercedes Clase G, que permanece inalterable desde 1979. Pero antes llegaron coches como el G4 (que Hitler regaló a Franco) llegó el famoso Unimog, fabricado por Universalmotorgerat desde 1947 y del que hace tiempo hablamos a raiz de su cumpleaños y una Unimog muy especial creado por Lego.
La gama actual de todoterrenos Mercedes incluye, además de la Clase G, el Mercedes Clase M, un todocamino al que se le puede añadir el kit off-road para convertirlo en todoterreno auténtico. Por encima de él, con hasta siete plazas, se sitúa el Mercedes Clase GL, y por debajo el todocamino compacto Clase GLK. Y ojo, que también cuenta en su gama con furgonetas en versión 4×4, como la Vito y la Sprinter. Y en el futuro, el Mercedes Clase A 45 AMG traerá la tracción 4×4 al modelo más pequeño de Mercedes. Se espera que llegue la próxima primavera.
Galería de fotos del Dernburg-Wagen: