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SUV francia
Luis Ramos Penabad

El método de Francia para frenar las ventas de SUV (que los fabricantes detestan)

En Francia le han declarado la guerra a los SUV (y a los deportivos también). No de manera directa, pero sí de modo velado. El caso es que en sus Presupuestos Generales (que allí llaman Proyecto de Ley de Finanzas) para 2020 y que han aprobado, se penaliza la compra de coches nuevos más contaminantes.

Para favorecer la compra de vehículos limpios (algo que sin duda deberían apoyar los fabricantes a partir de 2020 para evitar multas), los franceses tiene en cuenta el nivel de emisiones de CO2 por kilómetro. En España también se basa en él nuestro impuesto de matriculación y en el país vecino es así desde 2013. El caso es que si entonces el baremo oscilaba entre una ayuda de 6.000 € por los coches que emitían menos de 20 g/km (solamente los coches eléctricos en la práctica, algo que ayudaba a reducir el sobrecoste) hasta los 6.000 euros por pasar de 200 gramos. Las cifras han ido evolucionando en este último lustro.

Puede parecer mucho, pero en la mayor parte de los casos se pagaba menos que en España. Hasta ahora. En 2020 comenzará a pagarse a partir de los 110 g/km (en España no se paga impuesto de matriculación si no se superan los 120 g/km). Y hay que pagar 20.000 euros si te compras un coche que emita más de 184 g/km. La cifra de gramos emitidos se calcula con la normativa NEDC, pero en unos meses pasará a tomarse la cifra del ciclo WLTP, más exigente (y alta).

Con esta subida de impuestos a los coches más pesados y contaminantes los fabricantes han puesto el grito en el cielo. Y es que pasar de 12.500 euros en diciembre de 2019 a los 20.000 euros en 2020 supone toda una declaración de intenciones. Sin duda, esta medida afectará a los precios de los SU, ya que están entre los vehículos de pasajeros más contaminantes, al ser más pesados ​​y menos eficientes. A pesar de esto, son populares, ya que representan el 30% de las ventas en Francia en lo que va de año.

Las ventas de coches eléctricos son residuales, por el momento. Sin embargo, el gobierno galo está considerando reducir los incentivos en efectivo para comprar automóviles eléctricos. En 2020, se apoyará todavía con 6.000 euros la compra de un coche eléctrico que cueste menos de 45.000 euros, pero los planes piensan rebajar la cantidad en 2021 y 2022, ya que los precios irán cayendo. El año pasado se gastaron 550 millones de euros en bonificaciones. Puede parecer mucho, pero en Alemania, que se plantea incentivos similares, calculan que se gastarán 2.600 millones de euros.

«Es un doble castigo para los consumidores», asegura Luc Chatel, jefe de la organización automotriz francesa PFA, en un comunicado, al tiempo ue califica la política de «incoherente». Según Vhatel, el mercado de automóviles eléctricos no despegará sin fuertes incentivos de compra. «Todos tienen algo que perder: la industria, el medio ambiente y el poder adquisitivo de los franceses».

El ministerio de finanzas francés estima que su plan podría generar 50 millones de euros cada año en ingresos, que se utilizarán para ayudar a los fabricantes de automóviles a cambiar a coches más limpios.

Fuente: Autonews Europe
Más información: Asamblea Nacional de Francia

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