Con los precios del combustible en máximos históricos, todo el mundo demandaba algún tipo de solución que ayudase a todos los usuarios afectados. El caso es que el Gobierno anunció una rebaja de 20 céntimos para todos los combustibles, además de otras medidas de ayuda al transporte por valor de 450 millones de euros. En principio, estarán vigentes entre el 1 de abril y el 30 de junio. Pero hecha la ley, hecha la trampa; y ya se ha observado que muchas gasolineras han subido los precios de sus combustibles.
La rebaja aprobada en el Consejo de Ministros afirma que serán 20 céntimos como mínimo, esperando que las propias petroleras rebajasen en torno a 5 céntimos más. Desde el anuncio, la medida ha traído polémica por varios motivos. Algunas asociaciones como Facua o la OCU lo consideraban insuficiente, al tiempo que muchas gasolineras afirmaron no tener la capacidad para llevar a cabo la rebaja. Así que la tendencia que se ha observado en los últimos días es que el precio del combustible ha sido incrementado en un buen número de estaciones.
Se habla de casi un tercio de gasolineras con precios inflados, en la mayoría de casos entre 5 y 10 céntimos, pero también hay casos que están incluso por encima. Las subidas son más marcadas en el diésel que en la gasolina y más pronunciadas en las estaciones low-cost. Son precisamente las que dijeron inicialmente que no podrían asumir la rebaja, así que este movimiento podría ser un ajuste de márgenes. De hecho, fuentes cercanas al sector hablan de que las subidas no tienen nada que ver con el anuncio de la rebaja del Gobierno, aunque el momento las hace sospechosas.
Más que nada, debido a que el barril de Brent está a la baja, y el precio del combustible no está siguiendo la misma tendencia. En todo caso, habrá que esperar a la aplicación de la rebaja de 20 céntimos anunciada para ver cómo repercute este movimiento. Según lo estipulado por el Gobierno, en los tickets y facturas de las gasolineras deberá aparecer el precio antes de bonificaciones y luego el precio final con el descuento aplicado para que el usuario lo pueda comprobar.
Fuente: El Economista