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Luis Ramos Penabad

Los cinco pecados originales del coche de hidrógeno

Los coches con pila de combustible son coches eléctricos que usan hidrógeno como combustible. Las pilas de combustible convierten la energía almacenada en el hidrógeno en electricidad, produciendo como único residuo vapor de agua. Desde hace años se habla de todas las posibilidades de este combustible (si quieres profundizar en el asunto, te recomendamos el libro La economía del hidrógeno de Jeremy Rifkin, muy utópico pero una lectura fundamental). Pero por ahora, todos los intentos de imponerse como alternativa a los combustibles fósiles han fracasado por cinco razones fundamentales:

No ajustarse a los clientes potenciales

En octubre de 2010, SunHydro, empresa subsidiaria de Proton OnSite, abrió una gasolinera de hidrógeno en su sede de Wallingford, Connecticut (EE.UU.). Era la primera de las nueve estaciones de servicio que la empresa pretendía construir a lo largo de la costa este. La idea era crear una autopista del hidrógeno desde Maine a Miami. Pero el proyecto, aunque interesante, no respondía a las necesidades de los clientes, que quieren resolver sus necesidades de repostaje del día a día.

SunHydro no ha construido una sola gasolinera más desde entonces. Ahora quieren cambiar su ida y agrupar varias dentro de una ciudad en vez de construir estaciones individuales separadas por cientos de kilómetros. Concentrar las estaciones de recarga en una ciudad permitiría a los fabricantes vender sus vehículos en ese lugar porque el repostaje para esos vehículos estaría asegurado.

SunHydro ha empezado a trabajar con los fabricantes de coches para sincronizar los planes de apertura de gasolineras con los planes de comercialización de coches con pilas de combustible de hidrógeno en la costa este. Los fabricantes de coches explican que sus mercados incluirán Nueva York, Nueva Jersey, Connecticut y Washington D.C.

Escasa oferta de vehículos

Pese a estos proyectos Sun Hydro reconoce que, a pesar de que hablan con la industria del automóvil varias veces al mes, sus planes para los vehículos de la costa este aún están sin definir”.

Robert Friedland, director ejecutivo de Sun Hydro, afirma que los fabricantes quieren comercializar vehículos con pilas de combustible entre 2014 o 2015. Pero “también han dejado claro que el primer despliegue será en zonas que tengan una infraestructura de repostaje adecuada”. Es el pez que se muerde la cola: Los fabricantes no apuestan por él porque los consumidores no tienen un acceso fácil al hidrógeno… pero no hay hidrolineras porque no hay coches que reposten.

De hecho, aunque no dejamos de leer que la industria del automóvil dice que los coches con pilas de combustible estarán a la venta dentro de unos pocos años, el hidrógeno no es el combustible elegido por la mayoría de ellos, sino que apuestan por los eléctricos.

Es una energía cara

Ocurre lo mismo que con el coche eléctrico: Los vehículos disponibles para la venta con pilas de combustible costarán en principio mucho más que vehículos parecidos en tamaño que no son de hidrógeno. Coches propulsados por hidrógeno, como el Toyota FCV-R recientemente presentado en Tokio, cuestan hasta 100.000 euros. Otros, como el Honda FCX Clarity, sólo pueden adquirirse en renting por su elevado precio. Aunque el objetivo es que cuesten en torno a los 45.000 euros, un híbrido puede adquirse ya por poco más de 20.000 euros y los híbridos enchufables como el Toyota Prius PHV se espera que ronden los 30.000 euros.

La tecnología no avanza lo necesario

Pero aún hay más. La tecnología no está cumpliendo con la expectativas creadas a su alrededor, según Timothy Maxwell, profesor de ingeniería mecánica en la Universidad Texas (EE.UU.). Los sistemas de transmisión en los vehículos de pila de combustible gastan mucha energía, reduciendo su eficiencia: Los últimos cálculos de General Motors para su Chevrolet Sequel, un prototipo de todoterreno con pila de combustible desvelado en 2006, eran que el vehículo recorriera unos 500 kilómetros con unos 8 kilos de hidrógeno comprimido a 700 bares de presión. Era el doble de presión que cualquier otro vehículo con pilas del combustible en aquel momento para lograr una autonomía similar a un coche de gasolina.

Falta apoyo político

Para dar el salto de la situación actual (vehículos en preproducción y unas pocas gasolineras en el mundo) a vehículos de serie con numerosos lugares de recarga, es indispensable el apoyo político. Esto sucede en países como Japón, Noruega o Alemania, donde quieren tener 1.000 estaciones de servicio de hidrógeno operativas para 2020.

“En general, el gobierno de Estados Unidos no tiene la misma voluntad de seguir adelante”, afirma Friedland. “Se avanza a un ritmo mucho más rápido no porque tengan economías más fuertes sino porque tienen una voluntad política mucho más fuerte”. La administración de Obama fomenta los vehículos eléctricos y multiplica la financiación para híbridos enchufables por diez al mismo tiempo que recorta la financiación para los vehículos eléctricos con pilas de combustible. «Pero para poder aprovechar todas las ventajas de la electricidad para el transporte, explica, se necesitan más que baterías, a menos que solo vayas a diseñar un vehículo urbano pequeño  para viajes cortos a velocidades relativamente lentas», sentencia Friedland.

Vía:Innovaticias

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