La firma E Performance está reservada para los modelos más prestacionales de Mercedes, que emplean la electrificación para lograr su máximo rendimiento. Después de ver versiones en modelos como el AMG GT o el Clase C, le tocaba el turno a la berlina de representación de la marca de la estrella. Eso significa que el Mercedes-AMG S 63 E Performance es el tope de gama de este busque insignia, un híbrido enchufable de altos vuelos que llega hasta los 802 CV de potencia. Su precio es igual de elevado, de 259.477 euros.
A todos nos entristeció la noticia de la despedida del V12 de Mercedes, que estuvo presente en el anterior Clase S, pero en su lugar se erige el V8 turbo de 4.0 litros en el eje delantero junto a un sistema eléctrico montado en el trasero. Se convierte en un híbrido enchufable que consigue una potencia conjunta de 802 CV y 1.430 Nm de par, la máxima potencia que haya conseguido este modelo en su historia. Lo consigue con el llamado P3-Hybrid, un sistema que integra ese motor eléctrico, una Unidad de Accionamiento Eléctrico (EDU), la caja de cambios de dos velocidades y el diferencial trasero.
También está la batería de alto rendimiento AMG High Performance (HPB), que procede directamente de la competición y que ofrece una capacidad de 13,1 kWh. Ofrece una autonomía eléctrica de 33 kilómetros, aunque no es el principal cometido del Mercedes-AMG S 63 E Performance. Destaca más por sus prestaciones, pues es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 3,3 segundos, mientras que la velocidad máxima se sitúa en 290 km/h con el paquete AMG Driver opcional. Lógicamente, han sido necesarios trabajos importantes en la refrigeración del sistema o en el sistema eléctrico.
Más allá de la técnica, la berlina de AMG destaca por su comportamiento dinámico. Se pueden seleccionar siete programas de conducción a través del AMG Dynamic Select, permitiendo elegir entre Electric, Comfort, Battery Hold, Sport, Sport+, Smooth e Individual. También hay cuatro niveles de recuperación de energía. Y por supuesto, monta el tren de rodaje AMG Ride Control+ para ajustar la suspensión adaptativa a esos modos. No falta tampoco una estabilización activa del balanceo de serie o la dirección paramétrica AMG con tres niveles y dirección del eje trasero.
A nivel estético, el Mercedes-AMG S 63 E Performance se diferencia del resto de versiones de la gama mediante los añadidos AMG. Hablamos de detalles como la parrilla delantera con rejillas verticales, los distintos emblemas, el faldón delantero en diseño de «ala de jet», las llantas forjadas AMG de hasta 21 pulgadas, el difusor trasero o las salidas de escape dobles con diseño trapezoidal.
El habitáculo del Clase S más deportivo no se queda atrás, pues monta asientos con gráficos especiales AMG tapizados en cuero napa, además de molduras específicas y el volante AMG Performance. En el sistema multimedia MBUX se pueden encontrar menús y funciones exclusivas para este ejemplar, con detalles como el estilo de visualización Supersport.
Fuente: Mercedes
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[NOTA: Artículo publicado originalmente el 7/12/2022, actualizado con precios y más datos técnicos]