La Clase G es ya una veterana dentro de los vehículos todoterreno, y una constante en la casa de Stuttgart. Se ha estado construyendo desde 1979, pero a principios de la década de los 90, la firma de la estrella reconoció el potencial que existía en un subsegmento hasta el momento no muy explorado: el de los coches cómodos y deportivos para el ocio y el uso diario con una mayor proximidad técnica a los turismos. Así es como llegó al mercado el primer SUV de la marca, el ML, aunque no antes del prototipo Mercedes-Benz AAVision Concept.
Cuando se presentó el modelo en 1996, Mercedes-Benz se encontraba en medio de una ofensiva de productos con una nueva serie de opciones que diversificaban aún más la gama del fabricante alemán. Estos incluían, por ejemplo, la Clase A (W168; 1997) y el roadsterSLK (R170; 1996). Con una cartera en crecimiento, la marca estaba sentando las bases para un comienzo exitoso en el nuevo milenio. Una estructura que, varios lustros después, ha dado numerosos crossovers a la marca (actualmente siete, desde la Clase GLA hasta el ultralujoso Maybach GLS).
En 1993 se establecen las piedras angulares del concepto del vehículo, y tres años más tarde, el estudio AAVision se muestra en el Salón del Automóvil Internacional de Norteamérica (NAIAS), en Detroit. El nombre venía dado como acrónimo de “All Activity Vehicle” (“Vehículo para todas las actividades”), para el cual se acuñó el término “Sport Utility Vehicle” (“Vehículo deportivo utilitario” o SUV) en América del Norte durante la década de los 80. Y es que los SUV disfrutan de un éxito a nivel global desde que este ejercicio de diseño fue llevado a producción.
La elección de Mercedes-Benz de elegir el Salón del Automóvil de Detroit para presentar uno de sus coches conceptuales fue bastante deliberada. El vehículo en cuestión estaba diseñado para Norteamérica, el mercado más grande del mundo para los todoterreno cómodos.
La compañía confiaba en que un modelo propio más light que la Clase G podría tener un buen recibimiento dentro de la comunidad de clientes de la marca, sacrificando por el camino algunas capacidades off-road en virtud de mejorar su desempeño en las extensas carreteras del país.
El estreno europeo del Mercedes-Benz AAVision Concept tuvo lugar dos meses después a la cita estadounidense, en el Salón del Automóvil de Ginebra. Allí, se presentaría por primera vez la denominación “Clase M”, bajo la cual el nuevo modelo llegaría a los concesionarios en 1997 (ML, para ser más exactos).
En Suiza se pudo ver el nuevo chasis, la transmisión con tracción integral inteligente y el motor V6 de 3.2 litros (M112 E32) recientemente desarrollado. En mayo de ese año, el Mercedes-Benz Clase M (W163) estaba en el centro de atención del mundo.
Sus atributos buscaban la combinación de lo mejor de los vehículos todoterreno y de pasajeros: tracción permanente en las cuatro ruedas, una gran distancia al suelo y un espacio generoso son los puntos fuertes. Además, hay un excelente confort de conducción incluso a altas velocidades sobre asfalto. En particular, el chasis hacía posible esa comodidad, ya que ofrecía una suspensión independiente en ambos ejes, algo poco común todavía en el segmento.
El sistema de tracción integral también se diferenciaba de soluciones convencionales: prescindía de los bloqueos de diferencial clásicos y, a cambio, utilizaba una variante más desarrollada del control de tracción electrónico (ETS). Si una rueda gira sobre una superficie resbaladiza, el ETS la frena hasta que se alcanza una diferencia de velocidad especificada. Asimismo, la carrocería se montó sobre una rígida estructura monocasco, proporcionando protección a los ocupantes y al mismo tiempo asegurando la compatibilidad de choque con otros vehículos.
Además de dos airbags delanteros, el Mercedes-Benz AAVision Concept también venía equipado con dos airbags laterales, algo que no podía darse por sentado en 1996. Un sistema de frenos antibloqueo garantizaba una frenada segura, mientras que el control electrónico de estabilidad (ESP) mantenía el coche en la carretera en situaciones críticas. Por otro lado, a bordo, el sistema de navegación con pantalla retráctil en el salpicadero ayudaría a mantener a los conductores en el rumbo correcto, tanto fuera de la carretera como en la jungla de la urbe.
El AAVision Concept también cubrió una amplia gama de requisitos destinados al ocio, como por ejemplo un sistema portaequipajes para el transporte de bicicletas, tablas de snowboard o de surf, y un parachoques trasero con un enganche de remolque retráctil. Montado en la puerta del maletero no solo había una rueda de repuesto, sino también un juego de altavoces Bose que se podían girar para escuchar en exteriores. En el habitáculo también se ofrecían posibilidades de configuración flexibles y una generosa capacidad de carga para el equipaje adicional.
Dos techos corredizos proporcionaban una vista a través del techo y podían abrirse para dejar entrar aire fresco, mientras que el teléfono se podía controlar con los botones del volante (el micrófono del sistema de manos libres estaba ubicado en la visera parasol). El concepto también tenía una palanca de cambios metálica, unos reposacabezas hinchados y algunas señales que se trasladarían al modelo de producción. La Clase M de Mercedes-Benz finalmente debutó en junio de 1997 en la nueva planta de la compañía en Tuscaloosa, Alabama.
A pesar de algunos problemas de calidad iniciales, el crossover fue un éxito instantáneo, ya que se vendieron 43.134 unidades en Estados Unidos en 1998. Motivados por la elevada demanda, Mercedes-Benz también construyó el ML en la planta de Graz de Steyr-Daimler-Puch AG, el lugar donde siempre se ha construido el Clase G. El coche cambió su denominación a GLE en 2015, y su éxito ha continuado hasta el momento presente, ya que se han construido y adjudicado más de dos millones de unidades desde que fuese lanzado al mercado el ML original.
Fuente: Mercedes-Benz
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