Aunque los deportivos descapotables no están en su mejor época, un nuevo Mercedes-Benz SL está en camino. La base de la séptima generación ha sido desarrollada íntegramente por Mercedes-AMG, una arquitectura que consiste en la combinación de un chasis espacial de aluminio en una estructura autoportante. Y ha sido creado, como el primer SL, literalmente en una hoja de papel en blanco: ni un solo componente ha sido tomado del modelo anterior o, por ejemplo, del AMG GT Roadster.
La historia del SL comenzó en 1952 con un bastidor espacial de filigrana, que en el primer SL combinaba un peso reducido con la mayor rigidez a la torsión posible. Esta construcción se concibió para su uso en deportes del motor y se desarrolló aún más para proporcionar la columna vertebral del modelo de producción tanto en forma de coupé como de roadster. El nuevo modelo contará con un chasis de aluminio compuesto que proporciona la base para una dinámica de conducción precisa, confort, embalaje óptimo y proporciones deportivas.
“El equipo de desarrollo en el área de diseño de nuestra carrocería se enfrentó a una tarea muy atractiva, pero también desafiante: cuando nos encargaron llevar a cabo el desarrollo general del nuevo SL, comenzamos desde cero, por así decirlo, sin construir sobre ninguna estructura existente”, declara Jochen Hermann, director técnico de Mercedes-AMG. “Por un lado, hemos conciliado las altas demandas de equipamiento, mientras que, por otro, hemos logrado excelentes valores de rigidez en todas las áreas junto con un peso muy favorable”.
Los requisitos del chasis del nuevo roadster de lujo eran considerables: las especificaciones exigían un alcance de servicios mucho más completo que en sus predecesores. En particular, el diseño 2+2 y el potencial para acomodar una amplia gama de sistemas de propulsión ha sido una tarea que presentó desafíos completamente nuevos en términos de complejidad. El objetivo era presentar la característica Driving Performance de la marca con un enfoque dinámico, así como cumplir con las expectativas que atañen a la comodidad y seguridad.
Como ya era el caso en 1952, el bastidor espacial, la base del éxito del SL hace casi 70 años, es relativamente ligero y, sin embargo, posee una rigidez torsional muy alta. Sin embargo, se construyó de tal forma que las puertas normales no son encajaban; las famosas puertas de ala de gaviota fueron el resultado de este diseño. La construcción del bastidor, diseñada para hacer frente a la tensión de la tracción y la compresión, permitía diámetros tubulares reducidos, mientras la estabilidad estaba garantizada por numerosos triángulos cerrados.
En el nuevo SL, la composición del material compuesto de aluminio, acero, magnesio y fibra garantiza la mayor rigidez posible junto con un peso reducido. Las secciones transversales de material optimizadas y la forma de los componentes crean el espacio necesario para las necesidades del día a día. Otras medidas incluyen un soporte del cuadro de instrumentos hecho de magnesio, junto con parte del puente hecho de un material compuesto de fibra de vidrio y carbono. Asimismo, el marco del parabrisas es de acero tubular de alta resistencia.
Los componentes de aluminio fundido se utilizan en los puntos nodales donde las fuerzas se unen o donde las funciones están altamente integradas, es decir, donde se deben transferir grandes fuerzas. Los componentes fundidos tienen la ventaja de poder descargar fuerzas y permiten variar localmente los espesores de la pared en base a las cargas encontradas. Por lo tanto, se pueden realizar áreas de mayor rigidez donde sea necesario, por ejemplo, en las conexiones del chasis, a la vez que se que ahorra peso en las áreas sujetas a fuerzas bajas.
En comparación con el modelo previo, la rigidez estructural de la carrocería ha aumentado en un 18 %. De igual manera, la rigidez transversal es un 50 % más alta que la del AMG GT Roadster, mientras que la rigidez longitudinal es un 40 % mayor. Estas cifras garantizan un rendimiento de conducción deportivo con un manejo preciso y una gran agilidad. El peso de la carrocería pura sin puertas, ni capó y portón del maletero, así como sin piezas de montaje adicionales, ronda los 270 kilos, una cifra meritoria en un vehículo de estas características.
Todo el concepto del nuevo SL está orientado hacia el centro de gravedad más bajo posible. Esto se aplica tanto a los puntos de conexión en los bajos para el tren motriz y los ejes como a la disposición más baja posible de la estructura de la carrocería, relevante para la rigidez del conjunto. Ejemplos de esto son las uniones entre las secciones anterior y posterior, y la celda de seguridad del habitáculo. Las técnicas de unión modernas, como la soldadura MIG y láser, el remachado con punzón y ciego o las costuras pegadas el nivel del atractivo global.
No hace falta decir que la nueva arquitectura firmada por Mercedes-AMG cumple con todos los requisitos internos de choque, que en muchas áreas son significativamente más estrictos que los requisitos legales. Y eso que se materializó en tiempo récord: el desarrollo previo se realizó en solo tres meses. Pasaron menos de tres años desde el momento en que se le dio la comisión a un equipo de, inicialmente, solo seis personas hasta el lanzamiento de la serie. La producción del nuevo Mercedes-Benz SL se ejecutará en la planta de Bremen, Alemania.
Fuente: Daimler
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