Recientemente hemos hablando de los problemas que está causando la nueva normativa de homologación WLTP a algunos fabricantes, que se estaban viendo obligados a retirar de la producción temporalmente a algunos modelos. Es el caso de ejemplares como el Peugeot 308 GTi o el BMW M3. Por otro lado, hay otros que se han tenido que ajustar su potencia para adaptarse, justo lo que le ha pasado al Volkswagen Golf R.
Hace unos días hablamos de cómo el SEAT León Cupra tenía que adoptar esta misma medida para pasar por el aro. Ahora le toca el turno Golf R, que se despide de sus 310 CV para tener que pasar a una potencia de 300 CV. Tiene todo el sentido del mundo, pues el compacto deportivo alemán monta el mismo bloque de gasolina 2.0 TSI que el Cupra. De esta forma vuelve a la potencia que tenía justo antes del lavado de cara al que se sometió en 2017.
El Volkswagen Golf R conserva esos 300 CV gracias al uso de la tracción total, si fuera tracción delantera probablemente tenía que haber pasado a los 290 CV como el León Cupra. Aprovechando las modificaciones para ajustar sus emisiones, la gama de este modelo podría quedar reducida. Seguirán el cinco puertas y el familiar Variant, sin embargo la variante de tres puertas se dejará de vender (al menos en Reino Unido). Lo mismo pasará con el cambio manual, dejando al automático DSG como la única opción.
Daños colaterales de un ciclo de homologación que será más fiel a la realidad y que beneficiará al usuario (que conocerá cifras más verídicas). Los cambios en el Volkswagen Golf R tendrán que estar listos para septiembre, por lo que los clientes que lo reservaron hace poco quedarán afectados. Ahora solo queda ver si hay más afectados por esta medida, el Audi S3 podría ser el siguiente en caer, pues utiliza la misma mecánica.
Fuente: Autocar