Los radares siempre han sido un tema polémico en el mundo del motor. Hemos hablado en algunas ocasiones de sus mitos y sus verdades o de a la velocidad exacta a la que saltan. Pero en esta ocasión tenemos que tratar un nuevo método que se ha empleado con estos cinemómetros y que nos ha sorprendido (al igual que a muchos conductores). Se trata de los radares en cascada, un dispositivo novedoso y que seguro pillará de imprevisto a los usuarios.
El sistema es muy simple y consiste en tener dispuestos dos radares seguidos. Es habitual que algunos conductores conozcan la posición del radar en su ruta diaria o simplemente que reduzcan la velocidad según vean la señal que los advierte o un vehículo parado en el arcén. Pero muchos de ellos vuelven a pisar el acelerador justo después de sobrepasarlo, superando la velocidad estipulada por la vía. Eso es lo que se quiere evitar precisamente colocando un segundo radar móvil a poca distancia del fijo.
Los radares en cascada fueron utilizados por primera vez en Navarra durante la pasada Semana Santa. La Policía Foral usó esta técnica durante sus controles de vigilancia y de velocidad. En su caso, apostaron un vehículo radar en un punto determinado y, unos pocos kilómetros más adelante, otro cinemómetro con otra patrulla. Apostamos que fue esa segunda la que más multa pondría, ya que el conductor tiende a confiarse tras pasar un primer radar.
Según este cuerpo de policía, el objetivo de los radares en cascada es evitar accidentes por exceso de velocidad y concienciar a los conductores de lo necesario que es respetar los límites. En sus palabras, «no debe impulsarse la cultura de que pasado el radar se pueden infringir los límites legales de velocidad». Sin embargo, ya se ha desatado la controversia y muchos usuarios lo ven como una medida recaudatoria que aprovecha la oportunidad para ‘cazar’ a los conductores. Veremos si el empleo de estos radares en cascada se queda ahí o se extiende por todo el territorio nacional en los próximos meses.
Fuente: El Español/Navarra