Desde hace un tiempo se teme en Europa que la industria automovilística no sea capaz de hacer coches eléctricos asequibles como los que llegan ya de China. Parece que este año 2024 será el primero en que haya una oferta más allá del Dacia Spring, con modelos como el Citroën ë-C3 o el el Renault 5 recientemente presentado y que tendrá un precio de partida de 25.000 €.
Pues bien, más allá de la expectación levantada con un modelo a todas luces mítico en las carreteras, parece que no va a tener problemas para venderse. Según declaraciones de Fabrice Cambolive, director ejecutivo de la marca, ya hay una lista de espera de 50.000 personas. Los pedidos se abren en mayo y las entregas no van a producirse hasta septiembre u octubre. El gran reto, el palabras de Cambolive a Automotive News, «no es ver si tenemos los clientes; el desafío es lograr un avance gradual y poder entregar a los primeros clientes en octubre».
La producción del pequeño coche eléctrico, que se ofrece con tamaños de batería, de 40 y 52 kWh de capacidad (autonomías de 300 y 400 km, respectivamente) se hará en ElectriCity, en el norte de Francia. El reto es grande ya que es el primer vehículo eléctrico pequeño completamente nuevo de Renault desde que lanzó el Zoe allá por 2014.
Estrategia dual
Podemos verlo en la gama del fabricante actual. En Renault quieren tener dos modelos en cada segmento. Uno con motor de combustión interna con tecnología híbrida y otro completamente eléctrico. En el segmento B estaría el Clio y el Renault 5, por ejemplo. En los SUV C, el Austral y el Scenic y entre los SUV B los Captur y futuro Renault 4.
De este modo las ventas no se canibalizarían demasiado y, en el caso del Renault 5 la idea es que los clientes del Zoe puedan acabar optando por el R5. Desde la marca indican que en principio esperan que la mayoría de las ventas sean con la batería de mayor capacidad, pero la versión de 300 km –sin carga rápida– creen que tiene recorrido para un uso urbano. Indican que las flotas serán importantes en el volumen total.
En 2025 esperan montar ya baterías de su socio, AESC Envision, que está construyendo una gigafábrica en Francia. Ven con preocupación la deceleración de la demanda de coches eléctricos en Europa pero confían en que la llegada de ofertas interesantes en el segmento B debería hacer que aumente de manera importante.
Fuente: Automotive News