El año pasado, Volvo presentó su primer vehículo totalmente eléctrico, el XC40 Recharge, y más recientemente el C40 Recharge. En los próximos años, la firma presentará más modelos eléctricos, con un objetivo para 2025 de que el 50 % de sus ventas globales correspondan a este tipo de vehículos (y el resto híbridos), mientras que, para 2030, Volvo quiere que todos sus coches sean exclusivamente eléctricos.
En esa fecha, el objetivo es vender solo vehículos movidos por batería puros e ir eliminando de su gama de productos los motores de combustión, incluidos los híbridos. La transición de la empresa y su transformación en un fabricante de vehículos totalmente eléctricos forma parte de su plan climático, con el que pretende reducir sustancialmente la huella de carbono del ciclo de vida útil de cada coche a través de acciones concretas. La noticia, que llegó a los titulares en primicia en 2017, fue ratificada por la empresa en 2018.
Pero no es el único motivo. La decisión se basa también en las expectativas de los cambios en la legislación y en una rápida expansión de las infraestructuras de recarga, accesibles y de alta calidad, que aumenten la aceptación de los coches eléctricos por parte de los clientes. Asimismo, el paso hacia la eliminación de los combustibles fósiles estará ligado a un mayor interés en la venta online −la única forma de comprar ahora un eléctrico de la casa− y una oferta más completa y transparente bajo el nombre “Care by Volvo”.
“Para seguir por la senda del éxito, necesitamos un crecimiento rentable. Por eso, en lugar de invertir en un negocio cada vez más reducido, hemos elegido invertir en el futuro, que es eléctrico y online”, menciona Håkan Samuelsson, director ejecutivo de Volvo Cars. “Estamos firmemente decididos a liderar el segmento de rápido crecimiento de los coches eléctricos premium”. El plan de Volvo sigue a otras marcas en el compromiso de un futuro totalmente eléctrico en los próximos 10 años, como Ford (en 2030) y Jaguar (2025).
“No hay futuro a largo plazo para los motores de combustión interna”, afirma Henrik Green, director de tecnología de la compañía. “Estamos absolutamente decididos a convertirnos en fabricantes de vehículos eléctricos puros, y el proceso de transición debería hacerse realidad en 2030. Esto nos permitirá cumplir las expectativas de nuestros clientes y formar parte de la solución en la lucha contra el cambio climático”.
Fuente: Volvo
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