Sabemos positivamente que muchos de vosotros envidiareis nuestro trabajo. Es cierto, somos unos privilegiados por dedicarnos a lo que más nos gusta del mundo. Pero tampoco lo es menos que metidos en el “día a día” de una actividad absorbente y en el que las novedades se suceden a un ritmo vertiginoso, muchas veces perdemos la perspectiva y no vamos a decir que se vuelva monótono, pero sí en ocasiones algo tedioso, repetitivo y hasta estresante.
Afortunadamente también hay momentos muy buenos, magníficos, en los que salimos de la rutina diaria, bien porque tengamos la oportunidad de acudir a la puesta de largo de ese modelo que llevamos tanto tiempo esperando y podamos probarlo por unas carreteras increíbles, o porque esa presentación tenga lugar en un país lejano, en un entorno idílico, alojados en un hotel maravilloso, y con una oferta gastronómica de esas que quitan “el sentío”… En otras ocasiones podemos subirnos a modelos únicos, de esos que conducen los deportistas mejor pagados, actores famosos o “simples” multimillonarios en los destinos de moda o para acudir a las fiestas más exclusivas.
Ese ha sido el caso de lo ocurrido durante este pasado verano, recién finalizado. Y en Coches.com no se nos han “caído los anillos” por tener que “trabajar” en época estival (¡bendito trabajo! pensareis…). Y fruto de ello es lo que veréis en vuestro portal favorito del motor durante las próximas semanas, con las pruebas a fondo individuales y comparativa global entre algunos de los mejores superdeportivos del panorama actual. ¿Os apetece compartirlo con nosotros?
Y es que quien más quien menos ha tenido oportunidad de ponerse a los mandos de un deportivo compacto, como pudiera ser un SEAT León CUPRA o un Volkswagen Golf GTI, modelos con más de dos centenares de caballos que garantizan unas excelentes prestaciones y un dinamismo más que notable en retorcidas carreteras de montaña, sin por ello tener que renunciar al compromiso de ser utilizados en el día a día con un mínimo de comodidad y practicidad.
Si dispones de una cuenta bancaria lo suficientemente “saneada”, quizá hayas podido adquirir (o, en todo caso, conducir…) alguna de las mejores berlinas deportivas del segmento D. Nos referimos a ejemplares tales como los fantásticos BMW M3 / M4, Audi S4 o Mercedes-Benz AMG C63, modelos que, sacrifican en parte la comodidad y el confort de marcha en pos de lograr unas prestaciones estratosféricas y un comportamiento muy deportivo imbuidos, eso sí, en el ambiente Premium propio de este tipo de monturas…
Pero hay una “liga superior”, esa a la que sólo pueden acceder un selecto grupo de personas, con un estatus económico que el común de los mortales ni tan siquiera podemos imaginar. Nos referimos evidentemente al de los superdeportivos catalogados dentro de la categoría de Gran Turismo. Esos modelos con los que todos soñamos y que vemos en manos de estrellas del celuloide y, cada vez más, de ídolos deportivos, o con los que jugamos en las consolas de última generación.
Pues sí, amigos, esos vehículos también existen, los que provocan a su paso que todos giremos nuestras cabezas, boquiabiertos y con los ojos casi fuera de las órbitas, con una expresión de lo más cómica para quien nos observe en esos momentos…
Estos vehículos tan especiales incluso cuentan con una categoría propia dentro del mundo de la competición (GT3 en la homologación FIA), y un campeonato tan atractivo para el público como las Blancpain GT Series, donde hasta hace no muchos años pilotaban los que se conocían como Gentleman Drivers (hoy en día todo se ha profesionalizado más, aunque a alguno de ellos todavía podría calificársele como tal…). Podemos incluir aquí modelos tan admirados como los Aston Martin Vantage, Audi R8, Bentley Continental, BMW M6, Ferrari 458 Italia, Ferrari 488, Lamborghini Gallardo, Lamborghini Huracan, McLaren 650S, Mercedes-AMG GT, Nissan GT-R Nismo o Porsche 911.
De forma que en Coches.com hemos decidido “tirar la casa por la ventana” y traeros algunos de ellos para que también podáis conocerlos a fondo. En este caso hemos elegido tres modelos alemanes que forman un envidiado elenco, y que pasarán por aquí en las próximas semanas, en sus correspondientes pruebas individuales, para culminar en una supercomparativa en la que cada uno de los probadores de Coches.com mostrará sus preferencias y razonará su veredicto final.
Se trata de los Audi R8 V10 Plus 5.2 FSI quattro S tronic, Porsche 911 Carrera 4S y del no menos espectacular Mercedes-AMG GT S. No está nada mal, ¿verdad? E incluiremos también alguna “sorpresa”final: un modelo carismático que representa una filosofía radicalmente diferente dentro de tan exclusiva categoría.
Pero basta ya de palabrería y centrémonos en la prueba de esta semana analizando el primero de la lista, el especialísimo e impresionante Audi R8 V10 Plus 5.2 FSI quattro S tronic. Un modelo que llega ahora a su segunda generación y que pudimos ver por vez primera en el Salón de Ginebra del año pasado.
No sólo sublima las ya de por sí excelentes características como superdeportivo de su antecesor, que vio la luz en el año 2006, sino que ha llegado para convertirse en uno de los modelos más rápidos y especializados de su muy exclusivo segmento. No en vano comparte casi al detalle todo su desarrollo con el impresionante Lamborghini Huracán LP 610-4, lo cual quiere decir que sus “mimbres” no son cualquier cosa precisamente, hasta el punto de erigirse como “el Audi de calle más potente y rápido de la historia”.
Esta segunda entrega del Audi R8hereda numerosas innovaciones procedentes del mundo de la competición, y no sólo nos referimos a su propulsor V10, con tecnología FSI, o la avanzada tracción quattro, sino también los faros LED e incluso la iluminación láser, que han demostrado su efectividad en la duras condiciones de las carreras de resistencia, como es el caso de la más conocida de todas ellas: las 24 Horas de Le Mans. De ahí también provienen las tecnologías de construcción ligera de Audi, que permiten ahorrar una importante cantidad de peso, tan fundamental en competición, para ganar décimas al cronómetro, mientras que en un automóvil de calle mejoran la eficiencia, disminuyendo el consumo y las emisiones.
Así que acompañadnos y analicemos más en detalle cada uno de los aspectos que convierten a este Audi R8 en un “rara avis” (según la definición de la RAE: “persona o cosa excepcional o difícil de encontrar”):
Exterior
A la hora de definir el diseño exterior de este Audi R8 tendremos que recurrir a calificativos como imponente, soberbio o formidable. Y es que, a día de hoy, hay muy pocos automóviles que “jueguen” en su misma liga, pues tendríamos que recurrir a modelos únicos con tiradas de producción muy “cortas” y de marcas muy exclusivas para llegar tan siquiera a aproximarse a la espectacularidad de la que hace gala este superdeportivo en su segunda generación. Y más en el precioso color Verde Camuflaje efecto mate (7.250,00 euros) en el que estaba decorada nuestra unidad de pruebas.
Aunque se trata de una generación completamente nueva, como ya ha ocurrido en otras ocasiones con la marca de los 4 aros en muchos de sus modelos, si algo funciona realmente bien ¿para qué cambiarlo completamente? (lo hemos podido ver, por ejemplo a otro nivel, en la reciente prueba del nuevo Audi A4 Avant 3.0 TDI quattro)
En esta ocasión el diseño general presenta una importante evolución sobre el de la primera generación, se va un paso más allá a la hora de dejar claras muestras de la deportividad que “exuda” este modelo por todos y cada uno de sus poros y, aunque, la espectacularidad visual lograda por su antecesor ya era superlativa, ahora se ha aumentado aún más su atractivo, dotándolo de una personalidad mucho más acentuada….
Se han marcado más los trazos y las aristas, con un diseño mucho más agresivo, todo ello en una carrocería que mide 4,426 metros de longitud por 1,940 metros de anchura (sin contar los espejos laterales) y tan sólo 1,240 metros de altura, mientras que la batalla (distancia entre ejes) es de 2,650 metros.
Pero no sólo sus rasgos son provocadores, sino que, al mismo tiempo, se ha trabajado profundamente en la aerodinámica (aspecto fundamental en un vehículo tan prestacional) hasta conseguir un coeficiente Cx de apenas 0,36, con una mínima superficie frontal. Ello se traduce en una mayor facilidad para penetrar el aire y que se reduzcan considerablemente los molestos rebufos o turbulencias.
También usa esta característica a su favor para conseguir una mayor carga aerodinámica que lo “pegue” literalmente al asfalto cuando se circula a las grandes velocidades que es capaz de alcanzar, para lo cual se ha desarrollado un alerón fijo trasero, realizado en CFRP, además de un fondo plano que culmina en un impresionante extractor posterior, encargados de canalizar el aire en esta zona. Junto a ello se han modificado también las tomas de aire laterales que contribuyen a refrigerar el propulsor y garantizar aire fresco al sistema de alimentación del poderoso V10.
Se ha recurrido a la más avanzada tecnología Audi Space Frame (ASF) en la construcción de chasis y carrocería, con elementos ligeros como el aluminio y aceros de alta resistencia, combinándolos con plástico reforzado con fibra de carbono (conocido por sus siglas CFRP), logrando que sea un 15% más ligera, al tiempo que la rigidez torsional ha aumentado un 40%. El peso final en vacío (sin conductor) de la variante probada es de tan sólo 1.555 kilogramos. Nada mal ¿verdad?
En el frontal destaca la nueva parrilla Singleframe, de mayor tamaño que la anterior, con estructura en forma de panal de abeja decorada en gris antracita y con los rebordes cromados, contribuyendo a acentuar la anchura del conjunto y a potenciar su dinamismo.
A ello se suman unos grupos ópticos de diseño mucho más acertado, que siguen las últimas tendencias ya vistas en otros modelos de la firma de los 4 aros. Utilizan elementos LED para todas sus funciones pero, opcionalmente, como era nuestro caso, también es posible contar con la innovadora tecnología Láser para las luces de carretera, que llega a duplicar el alcance y la iluminación de los ya de por sí excelentes faros LED.
Bajo ellos se han ampliado las tomas de aire en los laterales del paragolpes, necesarias para mejorar la refrigeración de los frenos, que ahora verán aumentado su trabajo por el incremento prestacional.
En el lateral el perfil singularmente bajo y afilado que caracteriza la zona delantera se complementa con un parabrisas muy tendido, un techo corto y curvado que se une, sin solución de continuidad con una gran cubierta de cristal, que sirve para cobijar al descomunal propulsor. Culmina esta zona en un prominente alerón fijo en CFRP que lo dota de un aspecto tremendamente agresivo y contribuye, como tantos otros elementos de la carrocería, a mejorar la aerodinámica.
Uno de los detalles que menos nos gustaba del diseño de la anterior generación del Audi R8 era los denominados “Sideblades”, para que nos entendamos esas franjas verticales continuas donde se ubicaban las tomas de aire que alimentaban el poderoso propulsor y que “rompían” el estilizado diseño de esa zona… Afortunadamente en esta nueva entrega los diseñadores han decidido dividirlas en dos paneles, de manera que ahora el poderoso pliegue de la aleta trasera contribuye a generar unas formas más radicales y enérgicas. Además, en el caso de la unidad probada, estas dos zonas están realizadas también en CRFP, lo que remarca su exclusividad. Tampoco pueden faltar unos retrovisores de nuevo diseño, con la carcasa realizada en plástico reforzado con fibra de carbono.
En esta vista lateral completan el conjunto unos amplios pasos de rueda que están ocupados por una atractivas llantas de aleación de 5 radios dobles y 19 pulgadas de diámetro, con 8,5 pulgadas de garganta delante y 11 pulgadas detrás, sobre las que se montan unos “pegajosos” neumáticos Michelin Pilot Super Sport en medidas diferenciadas para el eje anterior y el posterior, con unas dimensiones 245/35 R19 93Y y 295/35 R19 102Y respectivamente.
El interior de estas espectaculares llantas está ocupado por unos descomunales discos de freno carbonocerámicos, heredados directamente de la competición. Los delanteros tienen un diámetro de 380 milímetros, mordidos por pinzas fijas de 6 pistones (en color antracita), mientras que los posteriores son tan “sólo” de 356 milímetros de diámetro y en esta ocasión mordidos por pinzas fijas de 4 pistones. En conjunto resultan 15,2 kilogramos más ligeros que los equivalentes de acero.
Si la parte delantera de este Audi R8 resulta intimidatoria y el lateral muestra un dinamismo superlativo, la trasera no puede recibir otro calificativo que no sea el de apabullante.
Si comenzamos el recorrido visual por la parte superior nos toparemos con una gran superficie acristalada que nos permite ver el “corazón de la bestia” que se alberga en su interior. Resulta un verdadero espectáculo observar detenidamente el poderoso V10 que incluye, además, diversos elementos decorativos en fibra de carbono.
No obstante hay que tener cierta precaución si queremos abrir o cerrar dicha tapa, sobre todo después de un tramo en el que hayamos «estrujado” a conciencia al propulsor, pues éste desprende más calor que una sauna finlandesa y, obviamente, se transmite al cristal, que puede alcanzar temperaturas muy elevadas. Suponemos que este elemento habrá recibido un tratamiento especial que aumente su resistencia al “choque térmico”, por ejemplo, cuando se enfríe rápidamente por la lluvia.
Al contrario que la versión básica del Audi R8, que opta por un alerón más pequeño y móvil que se extiende o repliega en función de la velocidad (o voluntariamente por parte del conductor), en esta versión Plus se ha optado por un enorme alerón trasero fijo, fabricado en CFRP, que no sólo genera el suficiente “downforce” a alta velocidad como para mantener perfectamente asentada la “trasera” sobre el asfalto sino que contribuye a conseguir una estética más agresiva…
Otro de los focos de atención de esta zona lo constituyen los enormes grupos ópticos traseros, compuestos íntegramente por elementos LED, y que garantizan una óptima visibilidad siendo los intermitentes, además, de tipo “dinámico”.
Por último no podemos dejar de mencionar el espectacular difusor trasero realizado también en CFRP. Esta vez no se trata de un mero aditamento estético y tiene una incidencia real en la aerodinámica de este superdeportivo. Además se han situado en ambos extremos dos enormes salidas de escape dobles, de forma trapezoidal, a través de las cuales nos deleita una seductora melodía desde el mismo momento en que ponemos en marcha el poderoso V10.
Interior
Para acceder al interior de este Audi R8 primero hay que abrir la enorme puerta, sin marco, mediante un tirador oculto en uno de los pliegues laterales de la carrocería y deberemos dejarnos caer hasta el baquet situado en una posición muy baja, casi a ras de suelo. Puede parecer incómodo, pero tras unas cuantas ocasiones para acostumbrarnos no resulta nada complicado, adoptando una postura de conducción idónea para intentar controlar todo el poderío que es capaz de desplegar este superdeportivo.
Si en el exterior del Audi R8 se ha optado por una línea continuista, aunque más atractiva y radical que en la primera generación del modelo, es en el interior donde se manifiestan los mayores cambios respecto a su predecesor. Eso sí, la calidad de los materiales empleados y sus ajustes rayan al nivel que nos tiene acostumbrados la firma de los 4 aros.
Y es que podemos encontrar los mejores plásticos acolchados, piel de increíble tacto, fibra de carbono, etc. Llevando la personalización incluso hasta el techo, con un revestimiento interior en Alcantara y una singular decoración en forma de rombos.
Ahora todo se ha rediseñado para que los principales elementos del salpicadero estén orientados hacia el conductor, casi como en uno de los modelos que participan en las 24 Horas de Le Mans, y éste tenga menos “distracciones” que le hagan apartar la vista de la carretera. El resto presenta un aspecto casi diáfano, apenas roto por la presencia de las salidas centrales de aireación y por los “singulares” mandos del sistema de climatización… ¡¡monozona!!
Debajo encontramos un espacio vacío, pues esta área no se une con la consola central. Y aquí se ha aprovechado para situar un práctico hueco con tapa en el que llevar nuestro Smartphone pues, además, se amplifica la recepción de señal y puede cargarse inalámbricamente. En su interior se localizan un par de conexiones USB y una toma de corriente de 12 voltios.
La consola central, propiamente dicha, está presidida por la palanca de nuevo cuño de la caja de cambios automática S tronic, desde la que también podremos subir y bajar de marchas aunque personalmente, preferimos las levas situadas tras el volante. Alrededor de esta se han colocado el mando rotatorio que controla el sistema de audio y un hueco para dejar la llave. Algo más atrás encontramos la gran ruleta táctil del MMI touch que permite manejar a nuestro antojo el sistema MMI Navegación plus y el Audi connect.
Curiosamente bajo el apoyabrazos central, en vez de disponerse la habitual guantera, se han colocado en esta ocasión dos portabebidas, en lo que estimamos no es la ubicación más cómoda…
Entre los elementos antes mencionados que han sido modificados destaca la eliminación de la pantalla central del sistema multimedia que ahora se traslada sus funciones al nuevo Audi Virtual Cockpit. Este, ya visto en modelos como el Audi TT, el Audi Q7 o en el renovado Audi A4 (que probamos recientemente), reúne toda la información necesaria en una gran pantalla TFT de 12,3 pulgadas en alta resolución y totalmente configurable. A ambos lados encontraremos los indicadores de temperatura del líquido refrigerante y del nivel de combustible.
Las funciones expuestas y su colocación varían en función del modo de conducción elegido, aunque, en nuestro caso, casi siempre optamos por la vista Performance, en la que se nos mostraba un gran cuentarrevoluciones central, con la velocidad indicada digitalmente en su núcleo y, a su alrededor, se puede configurar información adicional como par, potencia, temperatura del aceite y de los neumáticos, fuerzas G y tiempos por vuelta en circuito.
Aunque también podemos ampliar, hasta ocupar la casi totalidad de la pantalla, el mapa del navegador, pasando los indicadores de conducción a ocupar una posición testimonial en los extremos. Se requiere cierto periodo de adaptación hasta lograr aprenderse las innumerables posibilidades de personalización.
Gran parte de las funciones pueden manejarse desde el espectacular volante deportivo multifunción Performance plus, con los controles habituales vistos en otros modelos de la marca, destinados a navegar por los diferentes menús y manejar el sistema multimedia o el de telefonía. Asimismo cuenta con 4 pulsadores satélite encargados del Audi Drive Select, la puesta en marcha del propulsor, el sonido del sistema de escape y para controlar el modo Performance.
Situando las manos en la posición correcta, las puntas de los dedos tocarán las levas de la caja de cambios automática S tronic, desde las que podremos subir y bajar de marchas, de forma casi instantánea, con una ligera presión sobre ellas.
Tampoco podemos pasar por alto el excelente equipo de audio que equipa este modelo, firmado por el especialista Bang & Olufsen, aunque la verdadera melodía proviene del V10 situado a nuestras espaldas y del escape deportivo…
Los deportivos bacquet envuelven con firmeza el cuerpo, no permitiendo que se mueva incluso cuando las aceleraciones laterales son más enérgicas. No resultan especialmente incómodos, aunque no consiguen disimular la rigidez de la suspensión por lo que no estaremos muchas horas seguidas sentados sobre ellos, aunque en conducción deportiva es otro cantar, y se agradece tener unos asientos de este tipo. Además cuentan con reglajes eléctricos, memorias y están calefactados para los días más fríos del invierno, si es que las brutales prestaciones de este Audi R8 no nos hacen sudar lo suficiente…
Maletero
No creemos que nadie se gaste más de 240.00 euros en este Audi R8 V10 Plus por su capacidad de transportar equipaje ¿verdad?
Dada su configuración como superdeportivo radical y la localización del propulsor V10 por delante del eje trasero, justo detrás de los asientos, el maletero queda relegado a una ubicación “de compromiso” en la parte delantera del vehículo, si a ello sumamos que esta zona por razones aerodinámicas es muy baja y afilada, entonces el espacio que se esconde bajo el capot no es precisamente muy grande aunque, eso sí, está perfectamente bien aprovechado.
Como podéis observar en las fotos hablamos de un hueco que, si nos atenemos a lo que figura en la ficha técnica, tiene una capacidad de apenas 112 litros, es decir, mucho más reducida que, incluso, la de un modesto vehículo urbano. Este se muestra justo para llevar poco más que 1 maletas de cabina, que queda perfectamente “comprimida” para que no se mueva en las inigualables aceleraciones y frenadas con las que nos deleita este superdeportivo alemán, compartiendo espacio con los triángulos de señalización de emergencia y un kit reparapinchazos.
También se ha dispuesto una pequeña luz, una toma de corriente de 12 voltios, tipo mechero, y varias redes elásticas en los laterales y en la zona superior en la que sujetar pequeños objetos e impedir que se caigan.
Pero, ya decimos, en pocas ocasiones será empleado este espacio para llevar el equipaje necesario para hacer un viaje de larga duración, más bien diríamos que resulta ideal para transportar la bolsa de deporte de algún astro del futbol cuando acude al entrenamiento diario a las instalaciones de su club y, como reza el anuncio: “para todo lo demás…”
En el resto del habitáculo apenas contaremos con huecos en los que colocar impedimenta. Sí sorprende una guantera delantera de considerables proporciones, frente al copiloto, pero poco más. Los espacios habilitados en las puertas apenas sirven para colocar la cartera o las gafas de sol. Debajo del reposabrazos central hay dos portabebidas y delante de la minimalista consola central un espacio para colocar nuestro smartphone, que al mismo tiempo sirve para amplificar la señal y garantizar una óptima recepción, además de cargarse de forma inalámbrica.
Detrás de los bacquet hay un espacio reducido, que teóricamente cubica 226 litros, pero estimamos que no es muy recomendable colocar bultos sueltos en esta zona, pues pueden moverse y golpearnos cuando frenemos contundentemente, mejor dejarlo para depositar una chaqueta o un impermeable, y así tenerlos más a mano cuando salgamos del vehículo.
También hay una red elástica en la que colocar objetos diminutos que no queremos que salgan despedidos. Aquí encontramos también dos grandes altavoces, el cargador de DVD´s y los zócalos para las tarjetas del sistema multimedia de Audi, además del tirador que nos permite abrir el gran cristal trasero que da acceso al propulsor.
Equipamiento
Al igual que ya hemos hecho en el apartado anterior, referido al maletero, no vamos a explayarnos en demasía en éste, pues entendemos que con la inversión necesaria para hacerse con una de estas escasas unidades, se presupone una calidad de acabados y un nivel de equipamiento que estará a la altura de lo esperado, y sólo mencionaremos lo más destacado del mismo, así como las opciones que incluía la versión que nos ha cedido la marca para esta prueba tan especial.
Entre el equipamiento de serie cuenta con:
- Activación de las luces de marcha diurna
- Airbags frontales de gran tamaño con desactivación del airbag del acompañante, airbags laterales y airbag para la cabeza
- Aire acondicionado automático confort con regulación dependiente de la posición del sol
- Alarma antirrobo con protección contra remolque
- Alerón trasero
- Asientos deportivos R8 calefactables y con ajuste eléctrico
- Asistente de aparcamiento plus
- Audi magnetic ride
- Audi phone Box
- Audi virtual cockpit
- Bang & Olufsen Sound System
- Carcasa de los retrovisores exteriores en el color de la carrocería
- Faros LED
- Grupos ópticos traseros LED
- Llantas de aluminio fundido de 5 radios en V, de 19 pulgadas con neumáticos 245/35 R19 93 Y XL delante y 295/35 R19 102 Y XL detrás
- Llave confort
- MMI Navigation plus con MMI touch
- Paquete cuero
- Sideblade Plata Hielo metalizado
- Sistema de control de presión de los neumáticos
- Start&Stop
- Tempomat
- Volante deportivo de cuero R8 con multifunción plus y 2 mandos satélite
Y ¿qué incluye esta versión “Plus” sobre el Audi R8 “convencional”?:
- Asientos anatómicos tipo backet
- Frenos carbonocerámicos
- Inserciones carbono mate
- Llantas de aluminio forjado de 5 radios dobles, de 19 pulgadas con neumáticos 245/35 R19 93 Y XL delante y 295/35 R19 102 Y XL detrás
- Paquete exterior en carbono brillante Audi exclusive
- Pedales y apoyapiés en acero
- Sideblade en carbono
- Tren de rodaje deportivo R8
- Volante de cuero Performance para R8 con multifunción plus y 4 mandos satélite
Es posible adquirir la segunda generación del superdeportivo de la firma de los cuatro aros desde 191.870 euros, del Audi R8 V10 540 CV quattro S tronic. Por su lado, el Audi R8 V10 Plus 610 CV quattro S tronic parte desde los 214.870 euros.
En el caso de la unidad que hemos podido conducir durante una semana, contaba además con el siguiente equipamiento opcional:
- Pintura Verde Camuflaje efecto mate —– 7.250,00 €
- Audi Magnetic Ride —– 2.375,00 €
- Carcasa de los retrovisores en carbono —– 1.845,00 €
- Cámara para marcha atrás —– 815,00 €
- Depósito de combustible de 83 litros —– 145,00 €
- Dirección dinámica —– 1.845,00 €
- Escape deportivo —– 2.505,00 €
- Faros LED con tecnología Láser —– 4.455,00 €
- Inserciones decorativas virtual cockpit y salidas de aire en carbono —– 2.375,00 €
- Paquete brillo cromo oscuro —– 1.255,00 €
- Radio digital —– 595,00 €
- Revestimiento interior del techo en Alcantara con acolchado de rombos —– 3.690,00 €
Por lo que el precio final de la versión probada asciende hasta los 247.175,00 euros. ¿Es mucho o poco para lo que ofrece? Pues como todo, depende… Para el común de los mortales es una cifra tan desorbitada que difícilmente encontrará justificación. Pero a los afortunados que puedan permitirse este “dispendio”, les garantiza ponerse a los mandos de uno de los vehículos más rápidos y exclusivos de cuantos están a la venta en nuestro país…
En todo caso en el buscador de Coches.com encontrarás los mejores precios de concesionario, también para el Audi R8, además del seguro que más te convenga, ¡No dejes de pasarte por esta sección!
Motorización
El propulsor que monta este Audi R8 Plus es absolutamente exuberante, inconmensurable, desmedido… (se nos agotan los calificativos). Baste decir que se trata del mismo bloque utilizado por otra “bestia” del asfalto como es el Lamborghini Huracán LP 610-4, modelo perteneciente al mismo grupo automovilístico.
Su colocación, justo por delante del tren trasero, y su baja ubicación, contribuyen a centrar el reparto de masas y rebajar considerablemente el centro de gravedad de este superdeportivo, mejorando notablemente su manejabilidad, nobleza de reacciones y dotándole de un comportamiento neutro al límite.
Estamos, ni más ni menos, ante un 10 cilindros en V a 90 grados, atmosférico, con lubricación por cárter seco (como en los modelos de competición, para garantizar un correcto engrase, incluso en las condiciones más extremas de conducción) y dobles árboles de levas en cabeza (DOHC). La cilindrada es de 5.204 centímetros cúbicos y utiliza simultáneamente la inyección directa FSI (en la cámara de combustión) combinada con la inyección indirecta multipunto MPI (en el colector de admisión) gestionadas por una avanzada electrónica Bosch MED 17.
Un tipo de planta motriz que cada día resulta más difícil de encontrar en un superdeportivo actual, cuando proliferan por doquier las motorizaciones con 2 y hasta 4 cilindros menos, ayudadas por turbocompresores, para cumplir las cada vez más exigentes normativas medioambientales y reducir, al mismo tiempo, el gasto de combustible.
En la versión “estándar” ofrece ya unos niveles increíbles de potencia y par, con 540 CV a 7.800 rpm y 540 Nm a 6.500 rpm, cifras sobresalientes y al alcance de muy pocos superdeportivos.
Pero en la marca de los 4 aros han demostrado que incluso se puede ir un paso más allá, y la radical versión que os traemos esta semana es capaz de exprimir un poco más al V10 hasta alcanzar una descomunal potencia máxima de 610 CV a 8.250 rpm y un par máximo de 560 Nm a 6.500 rpm.
Todo ello se traduce en una velocidad máxima de 330 km/h (10 km/h más que la versión “base”), en una aceleración de 0 a 100 km/h en tan sólo 3,2 segundos (por 3,5 segundos de la variante de 540 CV) y lo que es casi más increíble una aceleración de 0 a 200 km/h en 9,9 segundos…
Pero estas estratosféricas prestaciones no sería posible alcanzarlas sin la colaboración de la tracción integral quattro, con bloqueo mecánico del diferencial y un avanzado control de tracción (ASR), a lo que hay que sumar el cambio automático S tronic de doble embrague y 7 relaciones.
Para redondear la “ecuación” este tremendo propulsor nos deleita con un estruendo (auténtica melodía para nuestros oídos) realmente acorde con lo que se espera de un vehículo casi de competición, que se amplifica, en nuestro caso, con la presencia de un sistema de escape deportivo, en el que podremos variar (mediante un pulsador en el volante) su resonancia, produciendo un bramido verdaderamente aterrador y que “anuncia” nuestra presencia a varios kilómetros de distancia cuando recorremos nuestro puerto de montaña favorito…
Pero no sólo ofrece una potencia más allá de los cánones a los que estamos acostumbrados en otros superdeportivos, sino que lo hace con un consumo de combustible y unas emisiones considerablemente inferiores a los del Audi R8 de primera generación (aun así no os creáis que se trata de un modelo precisamente poco “gastón”), hasta un 13% menos, gracias a la utilización de la tecnología COD (“Cylinder on Demand”), que ya hemos visto en otros modelos de la marca de Ingolstadt, por la que se desconecta una bancada de cilindros en condiciones de poca demanda. Asimismo hace uso del modo de marcha por inercia, cuando el conductor deja de pisar el acelerador a una velocidad superior a los 55 km/h, además del sistema Stop&Start, que apaga el motor cuando nos detenemos en un atasco o ante un semáforo en rojo. Gracias a ello se cumple la restrictiva normativa de emisiones EURO 6, conformándose con una cifra de CO2 de 287 g/km.
Pese a ello no existen los “milagros” y, aunque los datos oficiales nos hablan de un consumo urbano de 17,5 l/100 km; de 9,3 l/100 km en el interurbano y de 12,3 l/100 km en el combinado, la realidad es tozuda y se “empeña” en elevar esas cifras considerablemente.
Como podréis comprender, a quien se puede permitir gastar un “dineral” en un vehículo como este Audi R8 V10 Plus, le trae bastante “al pairo” lo que consuma (al igual que lo que cuesta el mantenimiento, el seguro, etc…). Es a los “simples” mortales, como nosotros, a los que casi nos causa estupor que, en condiciones reales, este modelo nos haya consumido más de 21 l/100 km en el ámbito urbano, 14,9 l/100 km en autovía y carreteras nacionales (siempre dentro de los límites legales), para obtener un consumo medio de 17,8 l/100 km. Por supuesto no os queremos ni contar lo que indica el medidor puntual de consumo cuando nos decidimos a realizar una conducción acorde a su potencial, o a usar repetidas veces el “Launch Control”, con picos que en numerosas ocasiones superan la treintena de litros cada 100 kilómetros… Ah, ¡¡y por supuesto, gasolina de 98 octanos!!
Aunque a los pocos segundos de iniciar la marcha se nos “olvida” esta particularidad (no sé si será de la misma opinión el responsable de contabilidad de Coches.com…), en cuanto disfrutamos del potencial de este Audi R8 y de las sensaciones que nos hace vivir a bordo.
En todo caso, y con una capacidad del depósito de combustible de 73 litros (opcional de 83 litros) la autonomía real difícilmente llegará a los 400 kilómetros. Aunque será más probable que nos paremos mucho antes a echar combustible en una gasolinera con la excusa de estirar las piernas y de rebajar durante un rato el nivel de adrenalina que este superdeportivo es capaz de generarnos…
Comportamiento
Estamos ante lo más parecido que se puede comprar hoy en día a un vehículo de competición del Campeonato FIA GT. De hecho es incluso superior en ciertos aspectos, pues, por necesidades de reglamento, el modelo de la firma de los 4 aros que participa en dicha categoría (GT3), el Audi R8 LMS, sólo dispone de propulsión en el eje posterior y su potencia máxima se ha visto reducida hasta los 585 CV.
Y es que este Audi R8 V10 Plus es de esos vehículos que no engañan a nadie, su aspecto radical, musculoso y hasta cierto punto “diabólico” se muestra tal cual una vez tenemos la “fortuna” de podernos sentar en su puesto de conducción y conducirlo (más bien pilotarlo) durante algunas jornadas.
Nada más pisar el pedal del freno y pulsar el botón rojo de arranque, ubicado en el volante, nos saluda un estruendo absolutamente embriagador (del que todavía nos preguntamos cómo los ingenieros de la firma alemana han conseguido homologarlo y que sea apto para circular por vías públicas…). Bien es cierto que a medida que el tremendo V10 situado a nuestras espaldas va cogiendo temperatura, el sonido se va apaciguando ligeramente, aunque manteniendo “latente” ese poderío que todos esperamos salga a relucir.
Los primeros metros a sus mandos hay que ser muy cautelosos no sólo por una postura de conducción extremadamente baja, sino porque la carrocería se sitúa a escasos centímetros del suelo y cualquier pequeño badén o bache hay que abordarlo con extrema precaución, si no queremos dejarnos en ellos un buen puñado de euros…
Pero, pese a circular en el menos agresivo de sus diversos modos de conducción, debemos moderarnos con la presión que ejerzamos sobre el pedal del acelerador, si no queremos ser catapultados hacia adelante a la salida de cualquier semáforo. Y es que sus 610 CV son suficientes para “arrancar” el asfalto con sus cuatro descomunales neumáticos, cada vez que hundimos el pie en el pedal derecho…
Circular por cualquier ciudad a los mandos de este Audi R8 V10 Plus, es toda una experiencia, pero no de conducción, sino porque se convierte en toda una inyección de autoestima para nuestro ego, siendo el centro de atención de cualquiera que se cruce con nosotros, da igual que le gusten o no lo coches, que sea un chaval recién salido del colegio, o una viejecita que se apoya en su bastón para dar su paseo matutino…
Incluso hasta las patrullas de la Policía Municipal quedan totalmente sorprendidas ante nuestra presencia, llegando al extremo de quedarse un rato detrás de nosotros observándonos para, acto seguido, adelantarnos con las luces de emergencia y detenerse cerrándonos el paso… Cuando vimos bajarse a ambos agentes ya nos esperábamos lo peor y buscamos en la guantera la documentación del vehículo y la nuestra propia para mostrársela. Muy amablemente, me preguntaron por el modelo, características, precio, si corría mucho… (evidentemente dije que no… ) y cuál fue mi sorpresa cuando finalmente lo único que me pidieron fue si podían hacerse unos cuantos “selfies” delante del coche… y tras varias fotografías, adoptando sugerentes poses, yo no pude por menos que esbozar una sonrisa, mientras los saludaba y me alejaba del lugar…
Pero algo similar también ocurre mientras circulamos por ciudad o vías muy concurridas, hasta el punto de que a veces sientes verdadero temor a que se produzca un accidente, con conductores y transeúntes sacando los móviles a tu paso para inmortalizar el momento y no prestando ningún tipo de atención a lo que ocurre delante de ellos. Tal es el nivel de atracción que genera este Audi R8 V10 Plus.
Así que si queremos estar algo más tranquilos y disfrutar mínimamente del modelo que llevamos entre manos, hay que abandonar rápidamente el entorno urbano por una vía de circunvalación o una autovía que nos acerquen lo más rápidamente posible hasta nuestros tramos de montaña favoritos.
Lo creáis o no, el circular por las autovías y autopistas resulta tremendamente estresante a bordo de este Audi R8, no en vano es tal su potencial, incluso en el modo de conducción menos radical, que nos hace estar permanentemente atentos a cualquier pequeña insinuación sobre el pedal del acelerador, pues al más mínimo descuido, para cambiar de emisora de radio o regular la climatización, estaremos circulando a velocidades manifiestamente ilegales, sin darnos cuenta, pues no transmite ningún tipo de sensación de ello… Por tanto mucho mejor hacer uso del control de crucero, regularlo a los reglamentarios 120 km/h, y esperar que esos kilómetros de autopista se acaben lo antes posible.
Diferente será para los afortunados que puedan conducirlo en el país de origen de este superdeportivo. Nos referimos, evidentemente, a las míticas Autobahn alemanas, donde en ciertos tramos y condiciones climáticas, se puede desplegar todo el potencial de un vehículo como este… plantándonos en un santiamén en los 200 km/h (en menos de 10 segundos, lo que algunos modelos catalogados como “deportivos” o “GTI´s” tardan en obtener justo la mitad de esa velocidad…) o alcanzar su velocidad máxima que, en este caso, está limitada electrónicamente a 330 km/h.
Pero, en esta ocasión, no pudimos desplazarnos hasta tierras germanas para dar rienda suelta a tan tremendo potencial. El otro ámbito donde sí se podrían exprimir al máximo sería en un circuito, no tanto su velocidad máxima (no hay rectas tan largas…) como su formidable paso por curva o la capacidad de tracción, aceleración y frenada.
Si queréis vivir todas estas sensaciones en vuestras propias “carnes” nada mejor que apuntaros a los fantásticos cursos de conducción que la firma de los 4 aros ha desarrollado exprofeso para los propietarios de estos vehículos o para quienes quieran darse un “capricho”. Se trata de la Audi Driving Experience, con un curso específico para este modelo, denominado Sportscar Driving Experience.
Pero nuestro plan era ligeramente diferente y consistía en recorrer algunas de los más atractivas carreteras de montaña de la sierra norte de Madrid, con ligeras “incursiones” en comunidades vecinas, aunque había que elegir muy bien el recorrido, pues este modelo necesita de un asfalto en excelentes condiciones ya que en cuanto esté muy “degradado” por la labor de las máquinas quitanieves, podemos acabar con un molesto dolor de espalda, incluso circulando con la configuración menos radical….
La jornada había amanecido con la temperatura perfecta, poco más de una veintena de grados, el sol lucía en todo su esplendor y, al tratarse de un día laboral, el tráfico habitual de “domingueros” que inunda esas carreteras los fines de semana brillaba por su ausencia… Condiciones casi ideales para disfrutar del modelo más extremo salido nunca de las factorías de la firma de los 4 aros…
Es un verdadero placer actuar sobre el dial de los modos de conducción (Audi Drive Select), sin necesidad de mover las manos del volante, y colocarlo en la posición Dynamic (hay otros tres modos básicos: Comfort, Auto e Individual…), que modifica todos los parámetros de conducción para disfrutar de una experiencia casi “mística” en carretera abierta, además del más extremo modo Performance, reservado para las “andanzas” en circuito…
Las prestaciones son de infarto y hay que tener la espalda bien pegada al bacquet y las manos firmemente agarradas al volante, para amortiguar en lo posible el fuerte impacto que generan las brutales aceleraciones que, literalmente, te aplastan contra el respaldo.
Las rectas desaparecen como por arte de magia y la velocidad de paso por curva puede ser absolutamente demencial, virando totalmente plano a una mínima “insinuación” por nuestra parte sobre el volante acompañados, eso sí, por el “aullido” que genera el V10 atmosférico a nuestras espaldas, subiendo más allá de la 8.000 rpm, sobre todo si nos hemos acordado de pulsar otra tecla del volante (la que modifica el sonido, abriendo una válvula en el sistema de escape). Entonces el éxtasis puede ser casi total… Resulta tremendamente sencillo ir muy muy rápido (otra cosa es conducirlo al límite…) pero entonces es cuando deberemos ser capaces de mantener la cabeza fría y no olvidar que nos encontramos en vías abiertas al tráfico y no en un circuito…
En el modo más radical de conducción los cambios ya no son tan suaves, más bien al contrario, pero esa brusquedad no tiene nada que ver con un mal funcionamiento o una mala puesta a punto del sistema sino que su comportamiento se aproxima al de las más avanzadas cajas de cambio de competición, con la única finalidad de tratar de “arañar” décimas al crono… y ¡vaya si lo consigue!
Los frenos están a la altura de las increíbles prestaciones, pensados específicamente para su uso en competición, los discos de carbono, reforzados con cerámica, autoventilados y con pinzas fijas de 6 pistones delante y de 4 pistones detrás. Son auténticas “paellas” que no seremos capaces de poner en aprietos por muy intensivo que sea el uso, incluso bajando un puerto a ritmo más que “ligero”…, obsequiándonos con unas distancias de detención absolutamente prodigiosas siempre que, como hemos dicho, el asfalto esté en buenas condiciones….
Pero tras un día increíble, disfrutando de los mejores paisajes, una excelente comida y las inconcebibles sensaciones que es capaz de proporcionar este superdeportivo de la firma de los 4 aros, llegaba el momento de regresar a casa (entre otras cosas porque tocaba repostar la gasolina de 98 octanos que “bebe” también a ritmo endiablado…) y mientras nos volvíamos a meter en la vorágine del tráfico y a ser, de nuevo, el centro de atención del resto de conductores, pensaba en cómo cambiarían nuestras referencias en cuanto a lo que es la conducción deportiva, la velocidad de paso por curva, las frenadas al límite y la capacidad de tracción o la aceleración… Y es que, a partir de este momento, los demás vehículos nos parecerían simples “tortugas”… ¿o no?
Afortunadamente nos esperaban en el garaje de Coches.com otros dos superdeportivos alemanes, como el Porsche 911 Carrera 4S y el Mercedes-Benz AMG GT S, que querrán hacernos quedar mal y demostrar que este Audi R8 V10 Plus no es el único camino para alcanzar sensaciones extremas sobre el asfalto. ¿Lo conseguirán?
Veredicto de Coches.com
El Audi R8, en esta su 2ª generación, y sobre todo en la variante probada, la más extrema de las dos disponibles, coloca el listón muy alto, casi a un nivel inalcanzable para sus rivales, no sólo por su descomunal potencia, sino por la perfección y la facilidad a la hora de transmitirla al suelo, su carácter radicalmente deportivo e incluso por una “nimiedad” tal como ser el modelo con una factura final más elevada.
Pero tampoco hemos de olvidar que contaremos con los últimos avances tecnológicos que la firma de los cuatro aros es capaz de ofrecernos: chasis en aluminio y fibra de carbono, faros láser, uno propulsor increíble con una configuración que cada día es más difícil encontrar, o la siempre eficaz tracción total quattro, indispensable para pasar tal nivel de potencia al asfalto, así como unos espectaculares frenos carbonocerámicos, necesarios para detener a esta “bestia”.
Es un modelo para unos pocos afortunados (y recalcamos lo de “afortunados”…) amantes de la conducción que pueden permitirse este tipo de dispendios económicos con los que, a cambio, obtendrán uno de los modelos más singulares y prestacionales que hoy en día se pueden adquirir, acercándolos a las sensaciones que se pueden vivir sobre un vehículo de competición de la categoría GT3 FIA y sentirse como un auténtico “Gentleman Driver”…
De todas formas os emplazamos a la comparativa final donde desgranaremos nuestras impresiones globales y cada uno de los probadores mostrará su opinión más personal y por qué elige uno u otro modelo en función de sus preferencias. Hasta entonces que paséis una magnífica semana… yo, por mi parte, voy a seguir soñando con este Audi R8 V10 Plus…
- Exclusividad
- Comportamiento dinámico excepcional
- Prestaciones de infarto
- Ausencia de pantalla multifunción
- Maletero casi testimonial
- Precio final y consumos elevados
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