Esta última generación (la quinta) del deportivo alemán se presenta en 3 posibles carrocerías: el BMW M3 (F80) que ahora se refiere a la variante berlina de 4 puertas, el BMW M4 Coupé (F82) y, por último el BMW M4 Cabrio (F83).
Aunque nos hubiera gustado disponer de un BMW M3 por aquello de que su nombre nos retrotrae a gloriosas gestas deportivas y a modelos emblemáticos de nuestra juventud (tal y como os hemos contado en el “especial” dedicado a este modelo…), sinceramente, creemos que la variante que mejor representa el espíritu de la saga es el coupé, para nuestro gusto de aspecto mucho más deportivo y radical. Así que, ni cortos ni perezosos, esta es el modelo que solicitamos al departamento de prensa de la firma bávara, justo cuando se celebra su trigésimo aniversario…
Y francamente me alegro de ello, porque esta unidad, aunque tenía ya bastantes kilómetros a sus espaldas y había recibido un trato similar al que supongo días más tarde le daríamos nosotros, nos cautivó de inmediato por su radical estética, el llamativo color que lucía, el maravilloso sonido que emanaba de las colas de escape, o el increíble equipo de frenos carbonocerámicos con el que estaba equipada…
Un deportivo de esos que paran el tráfico y hacen girar la cabeza a los viandantes en cada semáforo o paso de cebra, sobre el que asombrados desconocidos te realizan preguntas constantemente o que te convierte en objetivo de las cámaras de los teléfonos móviles…
Pero no se trata sólo de un modelo de espectaculares líneas o sonido embriagador… pues el resto de argumentos no pueden ser más cautivadores: propulsor de 6 cilindros en línea bi-turbo de 431 CV, tracción trasera, suspensión adaptativa regulable, cambio de doble embrague con levas tras el volante y el logo BMW acompañado de la letra M que son símbolo de deportividad extrema y comportamiento impecable… ¿Acaso hace falta más para que babeemos ante lo que nos espera a los mandos de este sensacional BMW M4 Coupé?
Exterior
Las voluptuosas formas de las que hace gala el BMW M4, que destacan aún más en el color Austin Gelb metalizado en el que estaba pintada la unidad de pruebas, combinan acertadamente un diseño espectacular con una imagen deportiva sin concesiones, incluso en parado, transmitiendo sin disimulo el potencial que nos espera una vez arranquemos…
Pero su carrocería no sólo destaca por su radical diseño sino por el empleo masivo de elementos ligeros (como el aluminio y el plástico reforzado con fibra de carbono o CFRP), lo que supone que por vez primera una generación del deportivo alemán sea más ligera que la precedente.
El peso se ha conseguido reducir en torno a 80 kilogramos (para quedar justo por debajo de la tonelada y media) y, pese a ello, no se ha visto comprometida la seguridad ni la rigidez estructural, antes al contrario, redundando todo ello en unas mejores prestaciones y, sobre todo, en una superior dinámica de conducción, como veremos más adelante.
Y todo ello en una longitud de 4,671 metros, una anchura de 1,870 metros sin contar los espejos laterales (2,014 metros con ellos desplegados) y una altura de apenas 1,383 metros. La batalla (distancia entre ejes) se sitúa en los 2,812 metros.
El análisis exterior debe comenzar por un frontal que emana provocación en cada detalle: desde las abultadas protuberancias del capot-motor (necesarias para dar cabida a todos los elementos auxiliares que rodean al propulsor), pasando por las llamativas formas del paragolpes delantero, las gigantescas y agresivas tomas de aire para refrigerar la planta motriz y los frenos, además de unos grupos ópticos que le otorgan una buscada mirada asesina…
Estos se componen de dobles faros LED autoadaptables, tanto para las luces de cruce como para las de carretera, con la función BMW Selective Beam (asistente de luz de carretera), e incluyen en el mismo conjunto los intermitentes y los 4 anillos luminosos tan característicos de la firma con sede en Múnich. Su funcionamiento resulta fantástico tanto por la óptima velocidad de auto-regulación como por la homogeneidad con la que ilumina la calzada.
Tampoco podíamos pasar por alto la parrilla, de borde cromado, con riñones más achatados y alargados, y 6 barras verticales dobles en negro brillante, además del emblema con la denominación del modelo.
Como detalle adicional debemos destacar que el capot delantero y las aletas se han realizado íntegramente en aluminio, lo que supone una reducción de peso de 10,6 kilogramos frente a una fabricación típica en chapa estampada.
En el lateral nos sorprende una afilada silueta, fruto de numerosas horas en el túnel de viento, en la que se ha conseguido una notable eficiencia aerodinámica sin por ello perder los rasgos que manifiestan una poderosa musculatura.
Esto se refleja también en los sistemas Air Curtain (en el frontal) y Air Breather (branquias tras las aletas delanteras), encargados de minimizar las turbulencias en la zona exterior de las ruedas, por los bajos carenados o en las estudiadas formas de los retrovisores exteriores M (con un simulado doble soporte que no es tal), además de en el spoiler integrado en la parte posterior, necesario para reducir la fuerza ascensional que se manifiesta a altas velocidades.
Los trazos que dibujan el contorno superior consiguen culminar un perfil bien proporcionado, uniendo la baja y alargada delantera con una zaga más alta y musculada. Es precisamente el techo otro de los elementos diferenciales de este modelo, al estar realizado también en CFRP, que no sólo resulta impactante, estéticamente hablando, sino que consigue un ahorro de casi 5 kilogramos en el caso del BMW M3 y más de 6 kilogramos en el BMW M4 Coupé rebajando, al mismo tiempo, el centro de gravedad del vehículo. Lamentablemente, en el caso de la unidad de pruebas, al montarse el techo corredizo eléctrico, no se dispone de esta posibilidad.
Las marcadas y ascendentes líneas de estilo que recorren el lateral transmiten fuerza y ayudan a dinamizar esta vista, donde los enormes pasos de rueda alcanzan especial protagonismo, pues dan cabida a unas deportivas y exclusivas llantas de aleación forjadas de 18 pulgadas de diámetro (de serie) pero que, además, en el caso que hoy nos ocupa aumentan su tamaño hasta las 19 pulgadas (modelo 437 M), con radios dobles, sobre las que se montan unos pegajosos neumáticos Michelin Pilot Sport en medidas 255/35 ZR 19 96Y en el tren delantero y 275/35 ZR 19 100Y en el posterior.
Asimismo, en nuestro caso, éstas albergaban en su interior los opcionales discos de freno carbonocerámicos con pinzas monobloque, de 6 pistones en el tren delantero y 4 en el trasero, en un bonito color dorado, sobre las que encontramos serigrafiado el logo de BMW M GmbH.
En la parte trasera también se repite el tratamiento de anabolizantes al que ha sido sometida la carrocería respecto al resto de versiones coupé de la Serie 4. El cristal posterior, de suave y prolongado descenso (da cabida en su interior a la 3ª luz de freno) culmina en una tapa de maletero con el spoiler integrado, que sirve para optimizar la aerodinámica, y contribuye a la reducción generalizada de peso (hasta 5 kilogramos) al estar fabricada en el ya mencionado CFRP.
Los nuevos grupos ópticos traseros, en forma de “L” acostada, y formados íntegramente por LED, completan una zaga en la que el paragolpes posterior recuerda, por sus angulosas formas, a lo ya visto en la parte delantera, estando rematado en su parte inferior por un espectacular difusor del que emergen las 4 salidas de escape, responsables del embriagador sonido con el que nos deleita este deportivo germano.
Interior
El interior no por conocido de otros Serie 3 y 4 de la casa bávara deja de gustarnos con sus formas angulosas y diseño tridimensional, pero es que en esta ocasión, además, presenta una terminación espectacular por la acertada combinación de cuero con costuras en contraste, elementos cromados y molduras interiores en fibra de carbono (opcionales), a la altura del talante deportivo que se desprende del exterior.
La zona central del salpicadero está orientada hacia el conductor, como ya es tradición en la marca, para lograr la mejor ergonomía posible y evitar peligrosas distracciones, sobre todo en un automóvil como este, donde las cosas suceden muy deprisa.
En su parte superior exhibe una pantalla multimedia de alta definición de 8,8 pulgadas (incluida con el sistema de navegación Professional) desde la que se gestionan los servicios ConnectedDrive, de telefonía, sistema de entretenimiento o las cámaras perimetrales.
También encontramos aquí los aireadores centrales (esta vez rodeados de fibra de carbono), los controles físicos del sistema de audio o del climatizador bi-zona automático (todo idéntico a cómo se presenta en otras versiones del Serie 4 Coupé).
El puesto de conducción está presidido por el magnífico volante M multifunción, de 3 radios, que resulta sencillamente perfecto por dimensiones, tacto y grosor del almohadillado, adornado con un doble pespunte con hilo en los colores oficiales de BMW Motorsport.
En su brazo horizontal izquierdo encontramos los controles de gestión del limitador y regulador de velocidad, así como dos teclas (M1 y M2) mediante las que podremos memorizar los ajustes de los modos de conducción que más frecuentemente utilicemos, mientras que en el brazo derecho se han colocado los más habituales mandos del sistema multimedia y de telefonía.
Detrás del volante las levas para la actuación secuencial de la caja de doble embrague M DKG cuentan con un diseño específico, mucho más estilizado al ya visto en otras versiones, con acabado metálico de excelentes sensaciones bajo nuestros dedos (resultando mucho más cómodas e intuitivas de actuar cuando practicamos una conducción muy deportiva).
La parte superior del salpicadero está revestida en cuero otorgándole un aspecto mucho más exclusivo. Lo mismo ocurre con la cúpula que recubre el cuadro de instrumentos desde la cual, además, se proyecta la información más trascendente en la cara interior del parabrisas (Head-Up Display) para evitar distracciones innecesarias al conductor, contando incluso con un modo M, en el cual también se nos muestra la marcha engranada, el régimen de giro y el momento óptimo para cambiar.
Las 4 habituales esferas del cuadro de instrumentos (velocímetro, régimen de giro, capacidad del depósito y temperatura del aceite) presentan un diseño propio con grafías en color blanco y escalas específicas, de acuerdo a las nuevas prestaciones que es capaz de desarrollar.
Dos pequeños displays de información se encargan de mostrar las diversas funciones del ordenador de a bordo (velocidad media, consumos, autonomía, temperatura exterior, etc.) además del modo de conducción elegido, marcha engranada, activación del “Launch Control”, etc.
La consola central está presidida (tras un pequeño hueco portabebidas, con tapa) por la palanca del cambio automático M DKG de doble embrague de 3ª generación. Esculpida en aluminio presenta un tacto muy ergonómico, ¡listo para la acción! Con cortos y precisos movimientos hacia atrás o hacia adelante para subir o bajar de marcha (algo más laborioso para introducir la marcha atrás…)
A su izquierda se han colocado otros controles no menos importantes, como son los botones del M Drive, que sirven para activar nuestra configuración personalizada del modo de conducción, pudiendo elegir entre 3 tipos diferentes de asistencia de la dirección Servotronic, 3 de firmeza de suspensión adaptativa con amortiguadores controlados electrónicamente y otros 3 de la gestión electrónica del motor (modos COMFORT, SPORT y SPORT+), pudiendo combinarse como más nos plazca… Además del pulsador que desactiva parcialmente el Control Dinámico de Estabilidad (DSC).
Detrás de la palanca otro botón nos permite seleccionar los modos de inserción de las marchas, desde uno más progresivo y suave, hasta otro más extremo donde las sacudidas en el momento de subir y bajar de relación pueden resultar incluso algo bruscas… ¡pero a nosotros nos encanta!
Por último, en la zona derecha, se encuentra el controlador iDrive Touch, con el que gestionar de forma sencilla e intuitiva los diferentes parámetros del sistema de navegación, audio o configuración del vehículo, también gracias a su superficie táctil, que nos facilita aún más la vida a la hora de introducir datos en el sistema.
No podía faltar un apoyabrazos central que ejerciese al mismo tiempo las funciones de guantera, donde conectar nuestro iPhone (en un receptáculo específico), además de incluir una toma de corriente de 12 voltios, tipo mechero, y varios zócalos USB.
Los envolventes y deportivos asientos M de las plazas delanteras son ergonómicamente perfectos, cuentan con el reposacabezas integrado y una particularidad que hará las delicias de sus propietarios: el logo M se ilumina. Además son calefactables (opcionalmente) y disponen de múltiples posibilidades de regulación eléctrica, aparte de memorias en las que almacenar los ajustes más habituales.
Tanto a la sujeción lateral como longitudinal no le podemos poner ningún «pero” pues, aunque no se trate de bacquets de competición, sus sobredimensionados apoyos laterales o la gran anchura de su respaldo a la altura de los hombros nos mantienen firmemente anclados, además no resbalan en absoluto. La postura de conducción así obtenida resulta muy baja para que logremos una perfecta comunión con el deportivo alemán y podamos sentir sus reacciones en el mismo instante en que se producen. Pero no por ello resultan incómodos y pueden realizarse grandes viajes sin que aparezcan síntomas de cansancio (por lo menos mientras dure la gasolina en el depósito…)
A las plazas posteriores se accede basculando el respaldo de los asientos delanteros y, aunque os podemos garantizar que no serán las más utilizadas de este modelo, su acceso no resulta tan complicado como en otros coupés de similares características.
Sólo son aptas (y así están homologadas) para 2 ocupantes y una vez sentados en ellas dispondremos de sobrado espacio para las piernas y también en anchura, no hay apoyabrazos abatible con guantera, pero sí un hueco donde dejar objetos en la banqueta, que incluye los posavasos. No sucede lo mismo con la cota en altura, dado el marcado descenso del techo en esa zona, por lo que los pasajeros más altos no se sentirán muy cómodos.
Eso sí, las marcadas formas de la banqueta y también del respaldo contribuirán a que no vayan dando tumbos incluso cuando se practique una conducción dinámica. Lo que sí puede suceder es que padezcan una cierta sensación claustrofóbica dado el pequeño tamaño de las ventanillas posteriores y que los asientos delanteros tapan bastante la vista hacia adelante.
Los respaldos pueden abatirse en una proporción 60/40 por si nos vemos en la necesidad de transportar bultos más largos de los que caben en el maletero.
Sorprende que, en la parte trasera, haya sólo un par de salidas de aire adicionales, sin control de temperatura, y que tampoco exista un mecanismo que acerque el cinturón de seguridad a piloto y copiloto, dado el gran tamaño de las puertas y que el pilar B se sitúa muy atrás (sobre todo cuando en el resto de modelos de la gama sí se ha implementado)
Maletero
El maletero es de los apartados que menos cambia respecto al resto de coupés de la Serie 4 de BMW.
Tras levantar una ligerísima tapa (fabricada en el ya muchas veces mencionado CRFP), que integra el spoiler posterior, nos encontramos una boca de carga no muy amplia que da acceso a un hueco bastante regular y aprovechable.
El volumen total se sitúa en los 445 litros que se nos antojan como más que suficientes para el uso habitual de este modelo, pudiendo transportar sin problemas el equipaje de sus 4 posibles ocupantes, para algo más que un fin de semana.
Su interior está tapizado completamente en moqueta gris y cuenta con dos prácticos huecos a ambos lados donde colocar pequeños objetos, estando el de la izquierda dotado de una red para evitar que éstos se desplacen libremente por el maletero. Tampoco faltan soportes específicos para una red de carga o anillas donde fijar pulpos, así como una toma de corriente de 12 voltios tipo mechero.
Como hemos dicho anteriormente, podemos abatir por partes el respaldo de los asientos traseros (en una proporción 60/40) para aumentar la capacidad de carga. Esta operación se puede realizar desde los propios asientos o mucho mejor, desde unos tiradores situados en la parte superior del maletero aunque, francamente, no creo que se trate del modelo más habitual y discreto para ir a comprar muebles a IKEA…
Por supuesto resulta imposible dar cabida bajo el falso suelo del maletero a un neumático de repuesto de las descomunales dimensiones de las otras 4 ruedas. Por tanto nos deberemos conformar, en el caso de sufrir un pinchazo, con el consabido kit de reparación o bien haber contratado los servicios de un buen seguro con asistencia en viaje.
Equipamiento
Como no podía ser menos en un modelo tope de gama como es el que hoy nos ocupa, el nivel de equipamiento de serie es verdaderamente alto (acorde a la cifra final a desembolsar…). Por ejemplo ya cuenta con:
- Cámara para marcha atrás
- Control de distancia en aparcamiento (PDC)
- Control de crucero con función de freno
- Head-up display
- Speed Limit Info
- Sistema de navegación Professional
- Dispositivo manos libres con interfaz USB
- Acceso confort
- Alfombrillas en velours
- Paquete de compartimentos
- Climatizador
- Espejos eléctricos plegables con función antideslumbramiento
- Retrovisor interior con ajuste automático antideslumbramiento
- Lava faros
- Sensor de lluvia, incluyendo accionamiento automático de las luces
- Faros LED adaptativos
- Paquete de iluminación
- Asistente para luz de carretera
- Tornillos antirrobo
- Control de presión de neumáticos
La marca bávara también hace especial hincapié en los sistemas de asistencia al conductor, entre los que destacan:
- BMW Head-Up Display con pantalla M específica
- Driving Assistant
- Controlador iDrive Touch
- BMW Selective Beam
- Park Assistant
- Sistemas de cámara
- Active Protection
Y, por supuesto, los de seguridad activa y pasiva:
- Luces autoadaptables
- Control Dinámico de Estabilidad (DSC) con funciones adicionales
- Airbags
- Protección activa
- Sistema de retención BMW
- Indicador de presión de neumáticos y funcionamiento en caso de avería
- Habitáculo especialmente diseñado para soportar impactos frontales, laterales o traseros.
El BMW M4 Coupé parte de un precio de adquisición de 92.099,99 € (de la versión dotada de cambio manual M de 6 velocidades). Aunque, en el caso de la unidad que hoy nos ocupa, hay que añadir el siguiente equipamiento opcional:
- Color Austin Gelb metalizado —– 1.097,61 €
- Llantas M de 19″, aleación ligera y radios dobles (437 M) —– 2.282,71 €
- Sistema de frenos M de carbono y cerámica —– 12.218,00 €
- BMW Individual equipamiento de cuero ampliado Cohibabraun —– 2.175,43 €
- Molduras interiores de carbono BMW M Performance —– 1.325,00 €
- Paquete de servicios ConnectedDrive —– 862,98 €
- Advertencia de cambio de carril —– 689,98 €
- Asistente de aparcamiento —– 431,49 €
- Driving Assistant —– 640,27 €
- Surround View —– 912,69 €
- Sistema de altavoces —– 481,20 €
- Telefonía confort con conexión ampliada para Smartphone —– 493,12 €
- Calefacción de los asientos delanteros —– 457,34 €
- Tablero de instrumentos BMW Individual revestido de cuero —– 1.236,05 €
- Shadow Line Individual —– 366,82 €
- Techo solar eléctrico, corredizo e inclinable —– 0,00 €
- Luces autoadaptables —– 715,83 €
- Dispositivo de alarma con mando a distancia —– 592,55 €
- Protección activa —– 431,49 €
- Cambio con doble embrague M DKG, con Drivelogic —– 3.392,27 € (coste orientativo, pero que no se añade al precio final, al ofrecerse con la misma tarifa de partida que la versión de cambio maual)
Por lo que el precio final a desembolsar por este espectacular deportivo alemán ascendía hasta los 119.510,56 €
Si, pese a ello, aún quieres mayores dosis de personalización y deportividad (líneas de escape radicales, más elementos en fibra de carbono, etc.), siempre puedes recurrir al equipamiento BMW Individual o a los accesorios BMW M Performance, que aportarán ese toque de exclusividad que persigues…
En cualquier caso, si deseas hacerte con un BMW M4 Coupé en las mejores condiciones del mercado no tienes más que recurrir al buscador de Coches.com donde, además, podrás conseguir el seguro que mejor se adapte a tu situación.
Motorización
Tras la brutal experiencia de montar un indómito propulsor V8 en la anterior generación del BMW M3 (E90/E92/E93) los ingenieros de la firma de Múnich han decidido decantarse, nuevamente, por una configuración de 6 cilindros en línea, en posición longitudinal, para motorizar a la actual.
Del mismo modo que el número de cilindros también se ha reducido la cilindrada, pasando de los 4 litros del V8 hasta unos más que modestos2.979 centímetros cúbicos, lo que podría llevarnos a pensar que las prestaciones no estarían a la altura de lo esperado.
¿Dónde está el truco entonces para que esto no suceda?, pues en recurrir a la sobrealimentación, de forma que estamos ante el primer modelo de la saga que hace uso de esta tecnología. En el caso que nos ocupa, además, por partida doble, con dos turbocompresores mono-scroll (BMW M TwinPower Turbo).
A lo que hay que sumarle la inyección directa, el sistema de control variable de apertura de válvulas VALVETRONIC y el control variable de los árboles de levas Doble VANOS, todo ello regulado por la más avanzada electrónica de gestión. Tampoco podemos olvidar los tratamientos realizados a varios componentes mecánicos, con la presencia de un cigüeñal forjado (más ligero y rígido) o la utilización, en lugar de camisas, de un revestimiento de metalización por arco voltaico para las paredes de los cilindros.
El sistema de refrigeración también ha sido mejorado por los ingenieros de la marca, recurriendo a radiadores adicionales para ayudar en esta labor al principal (de ahí la presencia de las grandes tomas en el frontal…), encargándose de los circuitos de alta y baja temperatura, el turbocompresor y la transmisión. Además de fabricar la tapa del cárter en magnesio, tabicada interiormente, para aligerar el peso y minimizar el movimiento del aceite en las fuertes aceleraciones laterales.
De esta forma es posible alcanzar una increíble potencia de 431 CV entre 5.500 y 7.300 rpm y, lo que es al menos tan importante, un par máximo de 550 Nm disponible desde las 1.850 hasta las 5.500 rpm, mejorando apreciablemente las cifras obtenidas por su predecesor, pese a lo cual, se logra una reducción del consumo de combustible y de las emisiones de un 25%.
No menos impresionantes son las prestaciones que puede alcanzar este BMW M4, con una aceleración de 0 a 100 km/h en tan sólo 4,1 segundos o que recorre el kilómetro, partiendo desde parado, en apenas 21,9 segundos. La velocidad máxima está limitada electrónicamente a 250 km/h.
Pero más importante que los fríos datos son las sensaciones que es capaz de transmitir, y de esas os hablaremos algo más adelante, en el apartado correspondiente al comportamiento.
El afán de los ingenieros por aumentar la rigidez del conjunto y, al mismo tiempo, disminuir el peso llega hasta el propulsor, sobre el que se ha colocado un llamativo refuerzo realizado en CFRP (tan sólo pesa 1,5 kilogramos) destinado a incrementar la rigidez torsional de la parte delantera, con lo que se mejora la estabilidad y la precisión de la dirección.
La tecnología BMW EfficientDynamics también está presente en este BMW M4 Coupé gracias a su avanzada aerodinámica, la función Auto Start&Stop o el sistema de regeneración de la energía de frenado (Brake Energy Regeneration), además de un indicador de cambio de marcha o los grupos secundarios de activación selectiva. Todo ello contribuye a que el consumo de combustible (aun siendo alto) se reduzca considerablemente frente a anteriores generaciones, sobre todo cuando no se está exigiendo el máximo del propulsor…
Por tanto las cifras homologadas de consumos se contentan solamente con un consumo urbano de 11,1 l/100 km; el extraurbano desciende drásticamente hasta los 6,7 l/100 km; mientras que el consumo combinado se sitúa en los 8,3 l/100 km. Y lo mismo ocurre con las emisiones de CO2, que alcanzan una cifra de 194 g/km.
En nuestro caso las mediciones efectuadas por los tramos de prueba habituales nos han arrojado los siguientes datos: en ciudad el gasto de combustible fue de 14,8 l/100 km, que se rebajó hasta los 10,3 l/100 km en carreteras nacionales y autovías, con lo que el consumo medio de gasolina fue de 11,6 l/100 km. Eso sí, siempre que llevemos a cabo una conducción cuidadosa con el acelerador y no se nos ocurra dar rienda suelta al tremendo potencial que encierra este deportivo alemán. De lo contrario, como fue el caso de nuestra gratificante prueba en circuito, no será raro ver cifras que superen ampliamente la veintena de litros cada 100 kilómetros.
Por lo tanto, y con un depósito de apenas 60 litros de capacidad, es posible alcanzar una autonomía media de poco más de 500 kilómetros. Pero ¿quién se compra un BMW M4 para practicar la conducción eficiente? Si, como espero, no es vuestro caso entonces los repostajes se volverán más frecuentes de lo deseado y tendréis que planificar muy bien las excursiones por vuestros puertos de montaña favoritos…
Comportamiento
El BMW M4 deja a las claras sus intenciones desde el primer momento. No engaña a nadie (y no sólo nos referimos a su radical y provocadora estética), sacando a relucir de inmediato el minucioso trabajo de desarrollo realizado por los ingenieros y probadores de la marca, entre otros muchos lugares, en la variante norte de Nürburgring, el circuito más exigente del mundo, proceso en el que también colaboraron los pilotos Bruno Spengler y Timo Glock, que compiten para BMW en el DTM alemán.
Una vez abrimos la inmensa puerta del conductor, sin arco superior, y nos sentamos en el puesto de conducción, nos invade cierta sensación de desasosiego ante lo que nos aguarda… Pero apenas dura unos segundos pues estamos deseando apretar el botón de puesta en marcha y enfrentarnos a la «bestia”…
Con los giros iniciales del potente propulsor el estruendo que surge de los escapes resulta abrumador, arrancando nuestra primera sonrisa de las muchas que vendrán más tarde.
Aunque no sé si les sucedería lo mismo a mis queridos vecinos cuando esta operación la realizaba en el garaje comunitario a tempranas horas… Afortunadamente siempre podía alegar que eran los truenos de la complicada semana, meteorológicamente hablando, que compartimos con este BMW M4 aunque, evidentemente, se trataba de otro tipo de “truenos”… Además dado el reducido ángulo de giro del coupé germano era necesario hacer más maniobras de las habituales para salir del garaje, por lo que la “tortura” (para ellos…) se prolongaba unos instantes más.
Luego, una vez en la calle, y a medida que el propulsor iba cogiendo temperatura, el nivel sonoro se reducía considerablemente salvo que diéramos algún que otro golpe de gas. Es un modelo que no brilla precisamente por su discreción… tampoco en este aspecto…
Tanto me ha gustado su sonoridad que se pueden contar con los dedos de una mano las veces que he escuchado el equipo de sonido a lo largo de toda la semana de pruebas, y sólo cuando he realizado los viajes más largos y tediosos por autopista donde el bufido de los escapes podía ser un poco más molesto… El resto del tiempo ha estado apagado (y no por demérito de su excelente calidad sonora…) ya que, a la menor oportunidad, bajaba las ventanillas o abría el techo para impregnarme más de la “musicalidad” con que nos deleitaba este M4…
Hay opiniones para todos los gustos, y algunas indican que ha perdido mucho en este aspecto respecto a las versiones V8 pero a mí, sinceramente, no me lo parece… y basta con pasar por un túnel, con la configuración más radical de motor y cambio para que se nos ponga “la piel de gallina” con el estruendo que emana de las colas de escape en aceleración o con los fuertes petardeos en retención (ayudados, eso sí, por una síntesis de audio perfectamente integrada…)
Pero, afortunadamente, este BMW M4 Coupé es mucho más que un sonido embriagador…
Cuando salimos del garaje, y recorremos los primeros metros por la ciudad, tendremos que dejar a un lado la vergüenza pues si no lo pasaremos mal, al volvernos el objetivo constante de todas las miradas, tanto circulando a baja velocidad como en semáforos, pasos de cebra o intersecciones (seguro que durante esta semana hemos provocado más de una lesión de cuello…)
En la posición más civilizada del M Drive (eligiendo el modo COMFORT de la dirección asistida Servotronic y de la suspensión adaptativa) podremos circular con relativa comodidad, evidentemente no nos deleita con el confort de un Mercedes-Benz Clase S, pero resulta mucho menos radical de lo esperado. De todas formas tendremos que ser especialmente cuidadosos a la hora de superar los baches y resaltes más pronunciados para no dañar las exclusivas llantas de aluminio forjado de 19 pulgadas o los paragolpes del vehículo. Conviene tomarse las cosas con calma, pues las fuertes sensaciones vendrán más tarde…
Lógicamente aquí los consumos distan mucho de coincidir con los homologados (en el resto de mediciones también, pero la diferencia es menor…) y, pese a la presencia del sistema Stop&Start y a la eficiente gestión de combustible que realizan la inyección directa y la electrónica, no resulta el mejor vehículo del mundo para circular entre el caótico tráfico de nuestras ciudades… a no ser que acudas a la discoteca de moda o recorras algún boulevard junto a los garitos de playa más concurridos… pero eso ya es otro cantar.
A la hora de aparcar tampoco hemos tenido muchos problemas, porque raramente lo dejamos en la calle más de unos instantes… Y es que siempre procuramos, para evitar problemas, localizar un garaje próximo al lugar donde acudíamos… Sólo un radio de giro demasiado amplio, nos supondrá unas cuantas maniobras más de lo habitual, pero ayudados de las cámaras perimétricas y el asistente de aparcamiento será una operación que siempre culminaremos con éxito.
Pero estábamos deseando abandonar cuanto antes la ciudad y salir a la autovía que nos llevaría lo más rápido posible hacia la sierra, donde se encuentran esos puertos de montaña y tramos solitarios (entre semana…) que tanto nos gustan.
A velocidades de crucero (legales) el propulsor apenas hace uso de una décima parte del potencial que indica la ficha técnica. Mejor, porque así los consumos se rebajan notablemente… La estabilidad lineal es imperturbable y el guiado del tren delantero milimétrico.
Aunque aquí no pondríamos en problemas a este BMW M4, un modelo que acelera de forma tan brutal que resulta realmente difícil mantener el pie ligeramente presionado sobre el acelerador más de dos o tres segundos, antes de que nos encontremos con alguna chicane móvil… Mejor buscar una carretera de montaña solitaria…
Así que tras varias decenas de kilómetros a este aburrido ritmo tocaba abandonar la autovía y aprovechamos la ocasión para llenar hasta arriba el depósito de combustible, de apenas 60 litros de capacidad, con gasolina de 98 octanos (también funciona con 95…). No había muchas estaciones de servicio en nuestra ruta y debíamos ser previsores.
Atravesamos varios pueblos (siempre a baja velocidad) mientras probábamos las diferentes combinaciones de gestión de la dirección, suspensión, motor y cambio, aunque finalmente nos decantamos por poner todo en su configuración más radical, excepto la suspensión, pues ya conocíamos que los primeros kilómetros de carretera se encontraban algo bacheados.
En cuanto tuvimos vía libre y pudimos exprimir más a fondo el motor se nos grabó una sonrisa permanente en la cara… Pasamos a utilizar el cambio automático DKG de doble embrague mediante las levas situadas tras el volante (de tamaño, posición y tacto ideales), deleitándonos con inserciones instantáneas y aceleraciones fulgurantes, acompañadas de un cautivador sonido de escape que se veía magnificado al rebotar por las inclinadas laderas del desfiladero que recorríamos, de forma que desaparecían por arte de magia los escasos tramos rectos de esta carretera.
Gracias a una gestión más permisiva del control de estabilidad podíamos enlazar curvas a buena velocidad con ligeros deslizamientos de la zaga que, si bien el estado del asfalto no era el ideal, podíamos controlar mediante rápidas correcciones con el volante para mantenernos en el asfalto y salir disparados hacia la siguiente curva.
No hemos tenido la oportunidad de testar los frenos de serie, unos sobredimensionados discos en fundición (M Compound), autoventilados y perforados, con pinzas fijas de 4 pistones, pero lo que sí os podemos asegurar es que los que equipaba nuestra unidad de pruebas, los opcionales carbocerámicos (por la friolera de 12.218,00 €) valen cada uno de los euros invertidos en ellos y son herederos directos de la tecnología empleada en competición, donde se ven sometidos a las más severas solicitaciones. Estas enormes paelleras (400 mm los delanteros y 380 mm en los traseros) apenas caben en las llantas de 19 pulgadas y, por si fuera poco, disponen de pinzas monobloque de 6 pistones en el tren delantero y 4 en el posterior.
Una vez les hicimos coger temperatura nos obsequiaban con unas deceleraciones brutales, de forma que, sobre todo en los primeros kilómetros, no era raro que detuviéramos el coche casi por completo antes de llegar a la curva y tuviésemos que dar gas nuevamente para sobrepasar el ápice de la misma a una velocidad digna del vehículo que llevábamos entre manos… De todas formas era imposible agotarlos incluso en los descensos más prolongados y con un uso muy intensivo, conservando siempre una perfecta dosificación y tacto del pedal.
Todo lo vivido hasta ese momento resultaba apasionante, pero el potencial del vehículo superaba con creces lo que tan siquiera podemos llegar a imaginar en vías abiertas al tráfico, por lo tanto no nos quedaba otra, si queríamos exprimirlo a fondo, que trasladarnos a una pista de carreras…
Dicho y hecho, gracias a la colaboración del Circuito FK1, en Villaverde de Medina (Valladolid), pudimos disponer de sus instalaciones en exclusiva para nosotros solos… y el BMW M4, claro está…
Lo primero, tras unas pocas vueltas de aclimatación, fue regular todas las opciones del M Drive a su nivel más radical, es decir SPORT+, así como el modo más extremo del cambio, además de desconectar el DSC completamente, pulsando durante unos segundos en el botón correspondiente…
Una vez verificados todos los parámetros comenzamos a practicar salidas con el Launch Control, una opción de la caja automática para los aficionados más quemados, para lo cual hay que seguir un corto procedimiento:
- Desactivar el DSC pulsando durante unos segundos la tecla correspondiente de la consola central
- Seleccionar el modo secuencial de la caja de cambios y elegir el programa 3
- Pisar el freno con el pie izquierdo
- Pisar el acelerador hasta sobrepasar el punto de kick-down
- Aparecen 2 banderas cruzadas en la instrumentación indicando que se ha activado el sistema
- Si lo estimamos oportuno podemos cambiar las revoluciones del motor (en tramos de 500 rpm) mediante el control de velocidad
Y entonces bastará con que soltemos el pie del freno para dar rienda suelta a toda la caballería del propulsor, encargándose la electrónica de conseguir la mejor tracción y que ese descomunal empuje se convierta en un desaforado avance hacia adelante…
4,1 segundos de 0 a 100 km/h y apenas 13,6 segundos para alcanzar los 200 km/h dan fe de su potencial, antes de que se nos acabe la corta recta y tengamos que aplicarnos a fondo sobre los frenos…
El único problema es que la electrónica no nos permitía realizar repetidamente este procedimiento, inhibiendo el sistema hasta que no se haya recorrido un mínimo de metros y la temperatura de motor y resto de elementos mecánicos (cambio, diferencial, etc.) vuelva a la normalidad, a fin de salvaguardar su integridad.
El resto de la jornada transcurrió realizando tandas de 4 ó 5 vueltas al circuito (para dejar descansar a la mecánica, frenos y los castigados neumáticos…), en uno y otro sentido llevando cada vez un poco más al límite al coupé más deportivo de la firma bávara.
Su comportamiento resultó intachable, por posibilidades dinámicas de un propulsor casi inagotable, unos frenos increíbles que nos permitían apurar la frenada hasta el milímetro sin presentar síntomas de desfallecimiento en un uso intensivo y una precisión de cirujano en las trazadas gracias al fantástico trabajo de suspensiones y dirección. El cambio permitía apurar las marchas hasta el corte de encendido y realizar retenciones salvajes que nos ayudaban a colocar el coche en las curvas con apenas una insinuación del volante y salir dando gas a fondo con unas fantásticas cruzadas de la zaga, que cada vez se iban volviendo más adictivas…
De todas formas, aunque el BMW M4 Coupé es una auténtica máquina de drift (como se puede observar en las fotografías que acompañan a esta prueba) se siente más a gusto en los trazados rápidos que en los circuitos ratoneros, como era el caso. Quizá le sobren unos cuantos centímetros y rebajar aún más el peso para considerarse como una bestia de circuito… aunque estamos hablando ya de un nivel altísimo…
Nuestros últimos kilómetros a bordo del BMW M4 tuvieron lugar con un tiempo nada apacible, pues nos acompañaron constantes tormentas que dejaban alguna autovía de reciente construcción con innumerables balsas de agua o regueros que la atravesaban. Y os podemos asegurar que la experiencia no resulta agradable con semejantes ruedas (que se encontraban ya al final de su vida útil…)
Así que para corregir los amagos de aquaplanning no quedaba más que hacer lo que tantas veces nos indicaron en los cursos de conducción: agarrar fuerte el volante, reducir el ritmo y no tocar el freno (en todo caso leves toques de gas para controlar la zaga en caso de que se desmande…) y rezar para que nuestros “respetados” políticos aumenten los presupuestos destinados al mantenimiento de las carreteras y éstas no muestren el estado deplorable con el que nos obsequian a diario…
Veredicto de Coches.com
El BMW M4 Coupé es uno de esos vehículos con el que todos los que nos dedicamos a este mundillo sueña con probar en cuanto se filtran las primeras imágenes y datos.
Tras 5 generaciones este deportivo alcanza niveles prestacionales, de sensaciones y también de calidad percibida o de seguridad pasiva y activa impensables para sus predecesores… Pero, al mismo tiempo, durante el camino se ha perdido parte de su esencia como deportivo radical de la que sí hacía gala la versión original, a mediados de los años ´80 del pasado siglo…
Y ese es precisamente el único “pero” que le podemos poner a un modelo que lo hace todo excepcionalmente bien. Así que pediríamos, ahora que se acercan las fiestas navideñas, a los Reyes Magos de Oriente que fuese un poco más contenido de dimensiones y que pesase algunos kilos menos… Es decir, que dejase de ser un GT de altísimas prestaciones para regresar al espíritu de la primera generación…
Pero si ese modelo… ¡ya existe!, se llama BMW M4 GTS, una edición limitada a tan sólo 700 unidades (están ya todas vendidas…) que consigue extraer 500 CV de potencia y 600 Nm de par máximo de su propulsor, ayudado por la inyección de agua y, sobre todo rebajar su peso hasta los 1.510 kilogramos, a fin de acelerar de 0 a 100 km/h en apenas 3,8 segundos y alcanzar una velocidad punta de 305 km/h (limitada electrónicamente).
De todas formas no creemos que tengamos que irnos a una versión tan radical y simplemente mirando en el catálogo de la firma alemana encontramos un modelo de próxima comercialización que responde perfectamente a ese planteamiento buscado, nos referimos al BMW M2 Coupé… Y si no nos creéis, no tenéis más que analizar la siguiente tabla comparativa:
BMW M4 Coupé | BMW M2 Coupé | |
Longitud (m) | 4,671 | 4,468 |
Anchura (m) | 1,870 | 1,854 |
Altura (m) | 1,383 | 1,410 |
Distancia entre ejes (m) | 2,812 | 2,693 |
Peso en vacío (kg) | 1.572 (con cambio manual) | 1.570 Kg (con cambio manual) |
Potencia | 431 CV entre 5.500 y 7.300 rpm | 370 CV a 6.500 rpm |
Par | 550 Nm entre 1.850 y 5.500 rpm | 465 Nm entre 1.400 y 5.560 rpm |
Aceleración 0-100 km/h | 4,3 segundos (con cambio manual) | 4,5 segundos (con cambio manual) |
Velocidad máxima | 250 km/h (autolimitada) | 250 km/h (autolimitada) |
Precio | Desde 92.099,99 € (con cambio manual) | Desde 62.899,99 € (con cambio manual) |
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Vista la gratísima impresión que nos dejó el BMW M235i Coupé cuando lo probamos el año pasado, que además contará con una puesta a punto más radical y que su precio será bastante más asequible que el del BMW M4 (casi 30.000 euros menos)… ¿no estaremos ante el heredero directo de aquel mítico BMW M3 E30 que inició la saga hace 30 años?
No os quepa ninguna duda que en Coches.com lo probaremos a fondo en cuanto tengamos ocasión y os contaremos aquí si andamos o no muy desencaminados…
- Estética llamativa y muy atractiva
- Propulsor soberbio y prestaciones impresionantes
- Comportamiento y tacto deportivo
- No recomendable si nos gusta pasar desapercibidos
- Capacidad del depósito de combustible
- Ha perdido parte de su carácter radical
Agradecimientos: Circuito FK1, Villaverde de Medina (Valladolid)
Galería de fotos: