Si hay dos elementos que hayan marcado la historia reciente de Audi son los motores de cinco cilindros y la tracción quattro. Por lo tanto es todo un privilegio tenerlos unidos en el modelo que probamos esta semana, el Audi TT RS. Tenemos que remontarnos a 1976 para encontrar el primer cinco cilindros en línea de la historia de la marca de los cuatro aros. Lo montaron en la segunda generación del Audi 100, tenía 2.1 litros de cilindrada y desarrollaba 136 CV.
Pero el máximo apogeo de esta mecánica llegó en la década de los 80, coincidiendo con el nacimiento de los Grupo B. Esta época dorada de la competición dejó imágenes inolvidables que serán recordadas por todos. Y del rally pasó a las carreteras gracias al mítico Audi Sport Quattro. Porque desde 1980 había otra novedad que quizá sea la más importante de la historia de la marca: la tracción total permanente quattro.
¿Quién no recuerda el anuncio del Audi 100 CS subiendo esa pista de salto de esquí nevada? Esta hazaña, que luego repetiría el Audi A6 por el 25 aniversario de la tracción, marcó un punto de inflexión y una relación que se mantiene muy viva en la actualidad. Tal ha sido el éxito que Audi ya lleva vendidos 8 millones de coches con tracción quattro. Esta pequeña introducción es solamente para tomar perspectiva y para comprender la fórmula ganadora del Audi TT RS.
Exterior
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El Audi TT RS es el tope de gama del coupé y eso es algo que se puede apreciar a simple vista. Si ya se trata de un modelo con aspecto bastante deportivo de serie, el ADN RennSport ha conseguido mejorarlo con creces. La parte delantera del vehículo destaca por su gran parrilla Singleframe hexagonal en negro con forma de nido de abeja. Integra el nombre del modelo en una esquina superior y la palabra quattro en el borde inferior de la misma.
Los alargados faros Matrix LED que tiene nuestra versión le dan el toque distinguido. Las grandes tomas de aire laterales con la parte inferior en negro acentúan la deportividad. La silueta coupé se muestra sencilla y atractiva, con una caída del techo progresiva y acertada. En esta vista probablemente lo que más llama la atención son las excesivas llantas de 20 pulgadas, que son específicas y que esconden unas pinzas de freno negras con las siglas ‘RS’. Los retrovisores puede ser de fibra de carbono opcionalmente.
La zaga del Audi TT RS también es fácil de distinguir gracias a un elemento, el alerón trasero fijo (opcionalmente puede ser retráctil). Tiene un tamaño suficiente para no pasar desapercibido sin llegar a resultar desmesurado. Los pilotos traseros OLED tienen un diseño tridimensional que se aprecia cuando cae la noche y quedan unidos por una fina luz de freno que consigue un efecto curioso. En la zona inferior queda el difusor trasero de fibra de carbono que integra las dos salidas de escape ovaladas.
En definitiva que rezuma deportividad y que es un imán de miradas allá por donde pasa. Las medidas del Audi TT RS lo meten directamente en el segmento de los coupés compactos. Tiene una longitud de 4,19 metros, una anchura de 1,83 metros y una altura de apenas 1,34 metros. La distancia entre ejes es de 2,50 metros. Las nuevas incorporaciones a su carrocería hacen que su aerodinámica haya mejorado considerablemente hasta conseguir un coeficiente de 0,32 Cx (0,33 Cx el Roadster).
Interior
Esta generación del Audi TT asentó unas bases en cuanto a interiores allá por 2014, cuando fue lanzada. Exponía un nuevo concepto, muy minimalista y centrado en la instrumentación digital Audi Virtual Cockpit. La pantalla de 12,3 pulgadas es la única que encontramos en el interior de este coupé, es el centro neurálgico del infoentretenimiento, cuenta con el sistema multimedia Navegación Plus y se puede controlar desde el volante o con la ruleta táctil de la consola central.
El volante en el Audi TT RS merece una mención a parte. Es uno de los mejores que he tenido el placer de palpar y cuenta con un grosor ideal. Toma la fórmula del Audi R8 al incorporar el botón de arranque y el del Drive Select para cambiar de modo de conducción. También cuenta con otros botones para controlar el sistema multimedia. Aunque lo que más llama la atención es que es de cuero por su parte superior e inferior y de Alcántara en los laterales. El tacto es maravilloso, pero no sabemos que tal envejacerá al usarse normalmente sin guantes.
Ha quedado claro que en el TT RS todo está dispuesto hacia el protagonista, el conductor. En el centro del salpicadero están tres salidas de aire circulares, que cuentan con una pequeña pantalla LCD cada una para controlar la potencia, la temperatura o la dirección de la climatización. Por debajo una estrecha botonera y en la consola central la llamativa palanca de cambios y pocos botones más, minimalismo máximo.
Es un Audi y eso suele ser sinónimo de interiores de calidad y buenos acabados. En esta ocasión no puede ser menos y destaca por los asientos deportivos S cubiertos de cuero negro con motivo de rombos y costuras en rojo. La consola central cuenta con una moldura de fibra de carbono que acentúa su deportividad. Es prácticamente imposible encontrar plásticos con mal tacto y los ajustes son muy buenos, sin que haya fricciones ni ruidos.
El TT Roadster se trata de un modelo biplaza, pero en este Coupé hay espacio para cuatro personas (2+2). Aunque es lo que homologa, hay que coger esta afirmación con pinzas. Lo cierto es que las plazas delanteras son muy confortables, solo los más altos podrían tener algún problema por lo bajo que es el coche. Pero las dos plazas traseras son casi testimoniales, un adulto empezará a sufrir claustrofobia debido al poco espacio para la cabeza y las piernas
Maletero
Aunque inicialmente se podría pensar que el maletero de este Audi TT RS va a ser insuficiente. Pero lo cierto es que sorprende en este aspecto, porque tiene una capacidad de 305 litros. Tiene una boca de carga muy amplia y es fácil llegar al final del maletero, aunque queda algo alta. Las formas son muy regulares y aprovechables.
Llama la atención que bajo el piso del maletero encontremos la batería, además de los triángulos, kit antipinchazos y hueco para más objetos. Una de las principales ventajas es que permite abatir los asientos traseros (50:50) y queda una superficie totalmente plana con hasta 712 litros de capacidad para cargar objetos más voluminosos.
Equipamiento
El Audi TT RS es la versión tope de gama y por lo tanto su equipamiento es muy completo. De serie ya trae llantas de 19 pulgadas, faros LED, alerón trasero fijo, asientos deportivos S, paquete de cuero ampliado, inserciones en aluminio, climatizador automático, sistema multimedia Navegación MMI plus, Audi virtual cockpit, asistente de aparcamiento, asistente de mantenimiento de carril o tren de rodaje deportivo RS.
Pero claro, nuestra unidad de pruebas iba un paso más allá y llevaba algunas dotaciones de la lista de opcionales. Es fácil destacar las llantas 20 pulgadas bitono (2.160 euros), los faros Matrix LED (1.170 euros), pilotos traseros Matrix OLED (1.015 euros), paquete exterior RS negro brillante (825 euros), retrovisores en fibra de carbono (1.780 euros), asientos en cuero Napa (1.125 euros), sistema de sonido Bang & Olufsen (755 euros) y varias ayudas a la conducción.
Algunas cosas que mejoran su comportamiento y que tenía nuestra unidad era el sistema de escape RS (1.270 euros) o el tren de rodaje deportivo RS plus (1.145 euros). Otros extras que no tenía era la ampliación de velocidad máxima a 280 km/h por 1.905 euros (aunque no lo llegamos a comprobar) o frenos cerámicos delanteros por 5.905 euros, que solo es recomendable para un uso intensivo en circuito.
Motor
El motor es el elemento que hace un guiño al pasado, como comentábamos al principio, por sus características. El 2.5 TFSI se trata de un cinco cilindros en línea turbo que no se ha dejado seducir por el downsizing. Se trata de un motor bastante laureado, con varios premios Engine of the Year en su categoría. Para este modelo llega con una potencia un 17% mayor y un peso 26 kg menor al de su predecesor.
Este 2.5 TFSI desarrolla 400 CV y 480 Nm entre las 1.700 rpm y las 5.850 rpm, una máquina que arroja hasta 161,3 CV por litro. Va ligado a la transmisión automática de doble embrague S tronicde siete velocidades. También a la tracción total permanente quattro, como no podía ser de otra forma. Su software ha sido mejorado para ir calculando continuamente el par enviado al eje trasero (incluso durante una curva), aunque en situaciones normales el reparto será de 80% delante y 20% detrás.
Su ficha técnica da vértigo literalmente. Nos dice que el Audi TT RS es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 3,7 segundos y alcanzar una velocidad máxima limitada electrónicamente a 250 km/h (280 km/h opcionalmente si se deslimita). Tiene un peso de 1.515 kg y gracias a ello consigue estos números a la altura de los mejores superdeportivos. Aunque no importe mucho, su consumo medio homologado es de 8,4 l/100km.
Comportamiento
El momento de sentarse en el Audi TT RS pisar el freno y pulsar el botón de arranque en el volante es casi una experiencia religiosa. El cinco cilindros cobra vida con un rugido característico a la vez que se dibuja una sonrisa en nuestra cara. El escape deportivo RS es una de las opciones más recomendables, pulsando su botón en la consola hace que el sonido sea una más grave y audible, algo con lo que no pasarás desapercibido y con lo que tendrás unas reducciones inolvidables.
En marcha esta mecánica se muestra muy llena incluso desde abajo. Es verdad que puede haber algo de lag pero ‘la patada’ te deja pegado al asiento cuando pisas a fondo y estiras cada marcha hasta casi las 7.000 vueltas. En ese momento se se acerca al corte, el escape nos regala algún que otro sonoro petardeo que hará las delicias de cualquiera. Las recuperaciones son fulgurantes y los adelantamientos e incorporaciones un juego de niños.
El cambio automático S tronic se amolda a la perfección a esta mecánica. Su rapidez es envidiable y parece leerte la mente, ajustándose a tus necesidades. Además contamos con la ayuda de las pequeñas levas en el volante para sacarle más partido. Los modos de conducción del Drive Select (Comfort, Auto, Dynamic e Individual) nos ayudarán a adecuar su comportamiento en cada tipo de recorrido.
Aunque lo de modo ‘Comfort’ es un decir, el Audi TT RS no deja de ser un coche duro y algo incómodo para ciudad. La dureza de su suspensión hace que los badenes e imperfecciones del asfalto repercutan directamente en nuestra espalda. Pero ese es el precio que hay que pagar por un tarado perfecto para obtener un aplomo sobresaliente. Su estabilidad y su rápido paso por curva harán que quieras visitar tu carretera de montaña favorita (o tu circuito) de referencia con asiduidad.
En esos lares es donde salen a relucir de verdad las bondades del Audi TT RS. Tiene un comportamiento muy noble, que no te pondrá en apuros en casi ninguna situación. Sus reacciones son predictivas y parece que va sobre raíles. Aunque pese tonelada y media es un coche ágil que traza las curvas con tiralíneas y cuenta con una dirección muy precisa que transmite todo lo que se puede esperar de ella.
Este deportivo coupé te obliga a mirar de vez en cuando el marcador, ya que es fácil estar rodando por encima de la legalidad sin darte cuenta. Corre mucho, pero no es sólo eso, sino en la forma que lo hace. Su casi infinita capacidad de tracción contribuye a que sea un coche que pueda ser conducido por casi cualquiera. El TT RS puede ser llevado muy rápido sin que haya demasiada exigencia para quien lo conduce. Pero todo gran poder conlleva una gran responsabilidad.
Mención aparte para su función Launch Control. Merece la pena buscar una carretera despejada y con amplia visibilidad para poner el ESC en modo Sport, pisar el freno con el pie izquierdo y el acelerador a tope con el pie derecho. Las revoluciones quedan fijadas en 4.000 vueltas y es momento de levantar el pie izquierdo y salir catapultado literalmente. El empuje brutal te deja pegado al asiento y en apenas 3,7 segundos has superando los 100 km/h. En definitiva, algo extremadamente adictivo.
Con tanto alabar su efectividad y rapidez no nos habíamos parado a pensar en su consumo. Sin que sirva de precedente, hicimos una media semanal en torno a los 13 litros. Aún así no creo que sea un dato negativo teniendo en cuenta la puesta a punto del vehículo y el uso que se le ha dado. Al fin y al cabo, es un coche que te incita a ir rápido y por lo tanto no es un dato vaya a ser tenido en cuenta por el comprador medio del TT RS.
Opinión coches.com
En definitiva, el Audi TT RS se trata de un pequeño superdeportivo muy interesante. Tiene un aspecto exterior que destaca por su deportividad y atractivo, algo que admirara cualquier viandante. El interior minimalista es la perfecta definición de la marca, con una calidad y tecnología sobresalientes. En su habitáculo 2+2 no hay que contar demasiado con las plazas traseras debido a su reducido tamaño. Sí con el maletero, que sorprende para este segmento.
El comportamiento es sencillamente extraordinario. Con el motor 2.5 TFSI y la tracción quattro se muestra tan efectivo y rápido como coches varios miles de euros más caros que él. De hecho es un modelo que apenas tiene rivales en el mercado, pudiendo aproximarse como mucho los Porsche 718 Cayman S o el BMW M2 (aunque este es de propulsión). El punto negativo viene con un precio de partida que roza los 80.000 euros (y que los supera con creces en nuestra unidad de pruebas).
- Comportamiento ejemplar
- Prestaciones de superdeportivo
- Habitáculo minimalista y de calidad
- Plazas traseras testimoniales
- Precio final muy elevado
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