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Pruebanoticias/
Jesús Ramos

Hyundai i30 Fastback 1.0 T-GDi 120 CV ¿qué aporta esta carrocería?

En unos tiempos donde no paran de crecer las ventas de los SUVs, Hyundai se adentra en un segmento atípico pero muy atractivo a su vez, que en su día fue inaugurado por el Mercedes CLS, considerado el primer cupé de cuatro puertas, y al que se han ido sumando el Volkswagen CC, BMW Serie 4 Gran Coupe, Audi A5 Sportback. Aunque el Hyundai i30 Fastback cuenta con cinco puertas (el maletero se abre junto a la luneta trasera), mantiene esa estética de berlina fastback que caracteriza a los modelos citados anteriormente.

Hablamos de segmento atípico porque la variante fastback del i30 es la primera berlina de corte deportivo que presenta una marca generalista en el segmento C (el de más venta en el mercado europeo). Por lo tanto, a la espera de nuevos competidores, podemos decir que el Mercedes CLA es el único rival (precio al margen) del modelo coreano.

Exterior

Su carrocería de 4.455 mm de longitud, 1.795 mm de anchura y 1.425 mm de altura, luce unas líneas muy bien esculpidas. Lo más característico de esta carrocería es el perfil, con el largo techo que cae de manera muy acentuada en la parte posterior y que culmina su diseño con un alerón integrado que le da un confiere un aspecto más deportivo. El techo se ha rebajado 25 milímetros lo que ha supuesto una mejora aerodinámica respecto al compacto.

La línea fastback está muy conseguida, las puertas y los marcos de las ventanillas están perfectamente integrados en el diseño. Como punto negativo, el portón trasero al estar muy inclinado, resta mucha visibilidad al mirar por el retrovisor.

Respecto al compacto, a pesar de compartir anchura, es 11,5 centímetros más largo y 2,5 centímetros más bajo. Este cambio de cotas y la línea de cintura más elevada que luce la variante fastback, le otorga esa mayor sensación de robustez que normalmente suele tener un sedán frente a un compacto. Este aspecto perjudica a la cantidad de superficie acristalada, y en consecuencia, a la visibilidad interior.

El diseño del frontal apenas presenta diferencias con el i30 convencional. La gran calandra está situada ligeramente más baja y está acompañada por las luces diurnas tipo LED. Las ópticas delanteras en forma ascendente que parten desde los extremos cuenta con tecnología LED en nuestra unidad de prueba e iluminan a la perfección. La parte inferior del parachoques cuenta con un diseño muy aerodinámico que distribuye mejor la entrada del aire y nos ayuda a conseguir un menor consumo.

La zaga luce espectacular. Los faros traseros en disposición horizontal aportan sensación de anchura a todo el conjunto y el alerón en forma de cola de pato es su mayor sello de identidad, le sienta realmente bien. Justo en el medio se ubican el emblema de la marca y la denominación fastback. La parte baja del portón cuenta con un nervio horizontal que acoge los reflectores laterales, y con una especie de difusor de plástico donde se sitúa la matrícula.

En definitiva, la transformación llevada a cabo no desentona en absoluto, de hecho, luce una línea algo más deportiva que la del i30 convencional. Se trata de un modelo atractivo que llama la atención y que seguro tendrá una buena acogida en el mercado.

Interior

El diseño del salpicadero no destaca por ser del todo rompedor, es un poco sobrio pero tampoco desentona. Todos los elementos están situados al alcance del conductor y no hay nada que llame la atención para mal. Quizás, lo único que choca a simple vista es la ranura para la tarjeta SD ubicada justo encima del botón de los warnings. Aunque está disimulada con una pestaña, podrían haberla ubicado en un sitio más oculto. Si se rompe esa pestaña, la ranura quedaría al descubierto justo en medio de la consola.

Los materiales empleados tienen un tacto muy agradable y la calidad percibida está a la altura. En la parte superior se recurre a plásticos con un mullido más blando para conseguir un mayor aislamiento del habitáculo. Los paneles de las puertas, la moldura central y las zonas más bajas, al estar en zonas más expuestas a posibles golpes, están recubiertos de un material más duro. Todo el conjunto denota buena calidad y no se percibe crujido alguno.

Lo que más llama la atención una vez al volante, es la gran pantalla de infoentretenimiento de 8 pulgadas que no queda del todo integrada en la consola central. Está puesta al día en materias de conectividad y la de nuestra unidad llevaba consigo navegador TomTom, que funciona muy bien. Tiene un manejo bastante intuitivo y no distrae mucho en marcha. La presencia de los seis botones físicos con función de acceso directo más los dos joystick, nos evita tiempo para desplazarnos entre los diferentes menús. Asimismo, siempre tendremos la opción de duplicar la pantalla de nuestro smartphone a través de Android Auto o Apple CarPlay.

Debajo de está tenemos el sistema de climatización bizona que mantiene el interior a la temperatura deseada sin ningún problema. Las dos salidas de aire que llevan incorporadas las plazas traseras ayudan a alcanzar esta temperatura en menos tiempo.

En la parte inferior de la consola central tenemos un hueco destinado para dejar el smartphone o las llaves. Si optamos por dejar el móvil, podemos cargarlo de manera inalámbrica por inducción. Otra opción es conectarlo al puerto USB o a una de las dos carga de 12V con las que cuenta en la parte delantera.

El volante tiene un diseño de tres radios y cuenta con los botones necesarios para manejar entre otras cosas: la radio, los menús de la pantalla TFT de 3,5 pulgadas del sistema de instrumentación, el control y limitador de velocidad, colgar y descolgar llamadas etc. Este volante es regulable en altura y profundidad y es muy cómodo para conducir, tiene un tacto muy agradable y su tamaño es ideal.

El sistema de instrumentación luce las dos esferas típicas de Hyundai, diseñoclásico y simplicidad para mostrar toda la información de manera clara y sencilla. En medio de estas, tenemos una pantalla TFT de 3,5 pulgadas que muestra todos los datos del ordenador de abordo y de los sistemas de seguridad a la conducción (cambio carril involuntario, detector automático de frenada…).

Los asientos son bastante cómodos, pero en distancias largas, a más de uno probablemente les resulte un tanto duros. Aún así, ofrecen un buen agarre y sostienen correctamente el balanceo del cuerpo. El del conductor es regulable en altura (de forma manual en nuestro acabado) y nos brinda una buena postura de conducción.

En la variante fastback, el espacio de las plazas traseras es algo menor que en el compacto. La pronunciada caída del techo que caracteriza a este tipo de modelos, hace que la altura al techo se vea comprometida. No obstante, para distancias no muy largas, dos adultos (tres más complicado) de hasta 1,85 metros de altura pueden viajar sin mucho problema. Las ventanillas traseras no bajan del todo y eso le resta amplitud.

Maletero

El estirón que ha pegado la carrocería se traduce en un aumento de la capacidad del maletero, con 450 litros de capacidad, supera en 50 litros a la versión compacta y se queda a 152 litros de capacidad de la carrocería Wagon.

Con los asientos abatidos de manera asimétrica 60:40, la capacidad de carga asciende hasta los 1.351 litros, dejando una gran superficie plana para transportar objetos voluminosos. Asimismo, los asientos traseros están conectados con el maletero para poder llevar consigo unos esquíes sin necesidad de abatir los asientos, pudiendo aprovechar así dos de las tres plazas traseras.

El diseño de la zaga y el paragolpes trasero en posición más elevada de lo normal, deja paso a una boca de carga un tanto alta, lo que dificulta un poco la carga de objetos, hay que levantarlos más de lo normal para introducirlos al maletero.

Nuestra unidad de prueba no contaba con apertura y cierre de portón automático, por lo que lo accionamos manualmente a través de la maneta escondida situada debajo de la denominación fastback. Al abrirse chapa y cristal, la puerta tiene un peso considerable y eso requiere hacer mayor fuerza para bajarla.

Equipamiento

El i30 Fastback de acceso se denomina Klass y ya incluye el programador y limitador de velocidad, cámara trasera de aparcamiento, climatizador bizona, llantas de 16 pulgadas, alerta por cambio involuntario de carril y luces automáticas. Según las promociones de cada mes, la pantalla de infoentretenimiento puede ser de cinco u ocho pulgadas.

El siguiente es el que lleva consigo nuestra unidad, se llama Tecno y suma al anterior el sistema de navegación TomTom, faros LED, sensor trasero de aparcamiento, llantas de 17 pulgadas, compatibilidad Android Auto y Apple CarPlay y cargador inalámbrico de smartphone.

El tope de gama, Style, lleva consigo llantas de 18 pulgadas, freno de estacionamiento eléctrico, asiento del conductor con reglajes automáticos, acceso y arranque con manos libres, programador de velocidad activo, control de ángulo muerto, reconocimiento de señales y reconocimiento de peatones.

A estos niveles de acabado, hay que añadir la posibilidad de optar por el paquete N line, que ofrece una apariencia más deportiva y atractiva, acercándose así a la imagen del Hyundai i30 N. Prestaciones al margen, claro.

Motor

Para esta prueba la marca nos ha cedido la motorización de gasolina turbo tricilíndrica 1.0 T-GDi de 120 CV, una mecánica que ya he probado en más de una ocasión, tanto en modelos Hyundai (i30 compacto, Hyundai Kona y KIA Ceed), y que destaca por su bajo nivel de sonoridad en la zona baja del tacómetro.

La insonorización del habitáculo es buena pero si subimos de revoluciones se aprecia ruido procedente del motor. No molesta en exceso pero es un punto a mejorar de cara a futuras evoluciones.

A pesar de mover con soltura los 1.317 kilos que pesa todo el conjunto, por debajo de las 2.100 rpm se muestra algo perezoso y en ocasiones nos obliga a reducir marcha para encarar alguna cuesta o realizar un adelantamiento rápido. Una vez entra el turbo en escena, extraemos sus 171 Nm y la respuesta no es del todo mala.

Está asociado a una caja de cambios manual de 6 velocidades suave y cómoda a pesar de contar con un recorrido entre marchas algo largo. No ofrece distintos modos de conducción por lo que en ningún momento podemos modificar las relaciones entre marchas, y en consecuencia, la respuesta del motor. Sorprende que no cuente con botón ECO como si lo hacen algunos de sus competidores en el segmento.

Sobre el papel tiene un consumo homologado de 5,2 litros cada 100 km. En la práctica hemos estado rondando los 7 litros en ciudad y los 5,6 litros en carretera. Es una mecánica capaz de conseguir unos buenos consumos, pero para ello, tendremos que ser muy cautos con el pie derecho.

Comportamiento

En ciudad se desenvuelve bien a pesar de ser unos 11,5 centímetros más largo que el compacto. Al igual que este, es un coche bastante ágil y sencillo de manejar. Además, cuenta con una dirección bastante suave y asistida que favorece los movimientos en espacios pequeños. El tarado blando de sus suspensiones también ayuda a aumentar esa sensación de confort ya que filtra muy bien las irregularidades del asfalto. Lo que peor llevaremos en este tipo de trayectos es la escasa visibilidad que nos ofrece la luneta trasera.

En zonas reviradas se muestra un pelín más perezoso que el i30 compacto. Esos “kilitos” de más que arroja en la báscula le hacen ser menos preciso y tener unas reacciones algo más lentas. En este tipo de trazados el juego con la palanca de cambio tendrá que ser constante si queremos sacarle el jugo y no perder ritmo.

Fuera de la ciudad es donde resulta más cómodo. Su buena insonorización y la suavidad del motor a velocidad constante, hacen que sea un coche ideal para realizar largos viajes. A 120km/h tiene un comportamiento notable y apenas se aprecia la rodadura. No obstante, su superamos esa velocidad, rondamos las 3.200 rpm y el sonido empieza a ser palpable.

Su comportamiento en los distintos tipos de vías es muy similar al del compacto. Sin embargo, en carretera es donde gana la batalla al i30 convencional, ya que tener más maletero siempre es un punto a favor para realizar un trayecto largo.

Opinión Coches.com

La variante sedán del i30 es perfecta para todo aquel que esté pensando en adquirir un coche de diseño atractivo, confortable en carretera, manejable en ciudad, con consumo contenido en ambos tipos de vías, y sobretodo, con una capacidad de carga superior a la de un compacto. En definitiva, si buscas un coche para viajar, el i30 Fastback es mejor que el i30 compacto.

A mi personalmente me parece más interesante que el compacto, su imagen es más atractiva y distinta. Además, apenas presentan diferencia en su comportamiento dinámico. Eso sí, hay que acostumbrarse a la escasa visibilidad que ofrece la luneta trasera.

Veremos la evolución de sus ventas y si realmente tiene sentido esta apuesta. Para nosotros, este segmento tiene un enorme atractivo que puede desencadenar en la llegada de modelos de la competencia. Tiempo al tiempo…

Hyundai i30 Fastback 1.0 T-GDi 120 CV
7.8Nota
Lo mejor
  • Estética atractiva
  • Capacidad del maletero
  • Comportamiento dinámico adecuado
Lo peor
  • Visibilidad trasera
  • Rumorosidad del motor a altas vueltas
  • Consumo algo elevado
Diseño8
Habitabilidad7.5
Acabados7.5
Maletero8.5
Equipamiento8.5
Motor8
Comportamiento7.5
Calidad Precio7
  • berlina
  • Hyundai
  • Hyundai i30 Fastback
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