El Lexus LBX es un modelo con el que la marca japonesa quiere, simple y llanamente, conquistar. Pone el punto de acceso a su gama SUV, cada vez más extensa, buscando ser el más vendido a medio plazo. Tienen el objetivo de comercializar hasta 3.000 unidades en España el próximo 2024. Teniendo en cuenta que el total sería alrededor de 8.500 coches, da como resultado que se llevaría más de un tercio de las ventas. Llegará en el mes de marzo con un precio de partida de 33.900 euros. Además, muchas serán nuevas conquistas para el nuevo LBX, que va a abrir muchas puertas.
Hay varias vías de actuación, pues podría servir como segundo (o tercer coche) para los clientes fieles de la marca que ya tienen vehículos grandes. También para aquellos que aspiraban tener un Lexus, pero que no podían por el posicionamiento de sus coches o por nivel adquisitivo. Caer de lleno en el segmento B-SUV premium les permite llegar a nuevos clientes, que son prácticamente una década más jóvenes que el cliente típico de Lexus (de media). Por no hablar que de las 500 reservas que acumulan, más de la mitad son de un público femenino.
Exterior
A pesar de ser el pequeño de la familia, el Lexus LBX quiere ser fácilmente reconocible y eso lo consigue tirando de estética. Lo denominan como un «mini RX» y lo cierto es que el lenguaje de diseño es muy marcado. La marca lo denomina como Next Chapter y va en línea con lo visto en las actualizaciones de los NX y RX, además del nuevo RZ. En el frontal, que es su parte más distinguida, ya no está esa parrilla de doble flecha que había sido característica de Lexus en años anteriores. Ahora hay una de forma trapezoidal sin marco que queda relegada a la parte inferior.
Es muy atractivo el entramado de rombos que tiene y que hace algo de contraste, al igual que el listón horizontal que sirve como nexo de unión a los faros Bi-LED. También son de nuevo diseño, muy estilizados y con una firma lumínica reconocible. Por otro lado, el perfil va sobrado de personalidad gracias a las llantas de 18 pulgadas, disponibles en varios acabados, o a unos tiradores de las puertas que tienen un borde en contraste. Como en otros vehículos se puede elegir carrocería bitono para conseguir un extra de personalización.
De hecho, el LBX se ofrece hasta en nueve colores diferentes, algunos realmente llamativos. La zaga no se va a quedar atrás y dicen que se inspiran en los pasteles de arroz Kagami-Mochi para crearla. Tiene un pequeño spoiler de techo y, según bajamos, la trasera va ensanchando. La zona del portón recibe unos pilotos traseros unidos por el medio que también tienen tecnología LED. El nombre de la marca va con letras en esa zona y la matrícula queda relegada a la zona inferior, con unas aletas en ambos laterales que adquieren protagonismo.
Las dimensiones del pequeño de Lexus son similares a las que tiene el Toyota Yaris Cross, con el que comparte plataforma. Se han realizado algunos retoques y ofrece una longitud de 4.190 mm, con una anchura de 1.825 mm y una altura de 1.545 mm. La distancia entre ejes se va hasta los 2.580 mm, por lo que queda claro que estamos ante un SUV pequeño.
Interior
El habitáculo del Lexus LBX es lo que más le va a hacer destacar respecto a los modelos que consideramos como generalistas. La calidad y el buen hacer de la filosofía Omotenashi están presentes y algunos materiales son realmente buenos. El tacto del volante de muy destacado, como si fuera de un coche superior, mientras que las tapicerías pueden llevar cuero semianilina y un símil de Alcántara en algunos acabados. Incluso los plásticos tienen bastante buen tacto, sobre todo los de las partes más expuestas. Algunos le delatan, pero en general sale muy bien parado en ese aspecto.
Y si es buena la calidad, la tecnología no se queda atrás. Estrena el sistema multimedia Lexus Link Connect con una pantalla táctil principal de 9,8 pulgadas que tiene un tacto muy bueno y preciso. Las funciones son realmente completas y no faltan la conectividad con Apple CarPlay y Android Auto, ni tampoco un asistente por voz bastante avanzado. Es capaz de recibir actualizaciones Over the Air (OTA) y se completa con una instrumentación digital de 12,3 pulgadas en las versiones más equipadas.
Hablando de equipamiento, el LBX quiere ofrecer detalles propios de segmentos superiores y de ahí que encontremos una iluminación ambiental muy llamativa que da a elegir entre 50 colores y 14 temas predefinidos. También un sistema de sonido firmado por Mark Levinson formado por 13 altavoces que hace las delicias de los sibaritas musicales. Por no hablar que integra un sistema e-Latch de apertura y bloqueo de las puertas que elimina la conexión mecánica y hace que se abran sin ruido y de forma inteligente.
Lo cierto es que en la segunda fila de asientos del Lexus LBX encontramos pocas sorpresas. No son demasiado amplias, como casi ninguna de las del segmento B-SUV. Encontramos un hueco bastante justo para las piernas que hace que los que superen el 1.80 no vayan demasiado cómodos. Para la cabeza no está mal el hueco, pero se puede aplicar la misma regla. Además, la plaza central carece de forma y va surcada por un túnel de transmisión. En definitiva, mejor viajar cuatro pasajeros que cinco en este ejemplar.
Maletero
Lo cierto es que el maletero del Lexus LBX está más o menos en la media del segmento. Ofrece una capacidad de 402 litros, nada mal para un modelo que tiene ese nivel de electrificación. Aunque también hay que decir que en el caso de montar la tracción total E-Four, esa capacidad se verá reducida en 85 litros y ofrecer un total de 317 litros en este segmento es quedarse corto. En todo caso, vemos una superficie bastante aprovechable y siempre está la posibilidad de abatir los asientos traseros en dos partes (60:40) para ofrecer un máximo de 994 litros de capacidad.
Motor
La gama mecánica del Lexus LBX es muy simple, solamente tiene una opción a elegir. Como lleva la plataforma GA-B de Toyota, eso significa que integra el mismo sistema de propulsiónhíbrido que vemos en otros modelos como el Toyota Yaris Cross. Está formado por una mecánica de gasolina de tres cilindros y 1.5 litros, a la que se suma el transeje híbrido y el conocido e-CVT. No puede faltar una batería de níquel metal-hidruro (NiMH) de 1 kWh para completar el conjunto.
Es un modelo de tracción delantera que también puede equipar opcionalmente el sistema de tracción total E-Four sumando un segundo motor eléctrico en el eje trasero. Mientras que esa opción llegará más adelante, nosotros hemos probado el de acceso, que ya presume de unas prestaciones bastante correctas. Tiene 136 CV y 185 Nm de par, suficientes para su tamaño. Consigue una aceleración de 0 a 100 km/h en 9,2 segundos y una velocidad máxima de 170 km/h. Aunque es más interesante cómo se comporta durante la marcha.
Comportamiento
Nos ponemos al volante del Lexus LBX de tracción delantera, el que más se va a vender en nuestro mercado. Es la configuración ideal para un coche urbano, tanto por nivel de potencia como por planteamiento. El sistema de propulsión híbrido le permite conseguir la etiqueta ECO y también un comportamiento refinado y aprovechable. Son 136 CV de potencia que son suficientes para la mayoría de trayectos, mientras que los 185 Nm de par le aseguran una buena respuesta entre semáforos. Ya vimos las prestaciones, que no desentonan ni para bien ni para mal.
En ese sentido, sobresale más por el confort en marcha que consigue. El aislamiento empleado en este modelo es elevado y eso hace posible que apenas llegue ruido del exterior. Eso siempre es un punto a favor, sobre todo cuando te quieres posicionar como premium, pero también hay una pega en ese aspecto. Es lo mismo que solemos decir con otros modelos que emplean la transmisión e-CVT de engranaje planetario. Y es que, en aceleraciones fuertes y continuadas, el sonido es más audible y hay cierta sensación de resbalamiento, como si la velocidad no aumentase en la medida esperada.
Es algo congénito en todos los Lexus y Toyota, aunque también hay que hacerle justicia diciendo que es mucho menor ese «ruido» que el que veíamos en los híbridos de hace años. Más allá de ese detalle, vemos una calidad de rodadura elevada y un funcionamiento fluido del sistema híbrido. Apenas se nota la transición en sus modos, hay que fijarse para ver si estamos rodando haciendo uso de la energía eléctrica o de la combustión. También sorprende gratamente la cantidad de tiempo que puede ir rodando utilizando ese electricidad acumulada en la batería.
Ahí es cuando comprobamos que su terreno predilecto es la ciudad, pues es fácil ver como vamos la mayor parte del tiempo en eléctrico sin forzarlo. Cuando pisamos más el acelerador entra en funcionamiento el motor de gasolina, pero aún así hemos podido comprobar que los consumos pueden llegar a ser irrisorios. Homologa 4,4 l/100km y en condiciones reales, en una ruta por los alrededores de Valencia (zona bastante llana y favorable) conseguimos estar en torno a los 4,8 litros. A falta de una prueba más a fondo, nos deja claro que va a ser bastante ahorrador.
Para quien busque una conducción eficiente, siempre podrá ir un paso más allá. Lo puede hacer con el modo Eco, que limita un poco la potencia entregada. También con el modo EV, que fuerza el eléctrico siempre y cuando haya batería y se pise el pedal derecho con cuidado. Otra forma sería aprovechar bien la recuperación de energía del sistema. Hay una posiciónB en la palanca de cambios que lo que hace precisamente es aumentar la retención y regenerar más energía. Por supuesto, este modelo cuenta con frenada regenerativa para esa finalidad.
El tacto del freno no es tan natural como en otros vehículos, hay que acostumbrarse a él. Es más fácil pillar su dirección, bastante precisa, aunque no demasiado comunicativa (como la mayoría). La puesta a punto del chasis es muy acertada y ofrece un equilibrio ejemplar gracias a la suspensión con eje delantero tipo McPherson y eje de torsión para el trasero. Se prima más el confort que la deportividad, pero no desentona en ningún ámbito. De hecho, con un peso de 1.280 kg incluso nos ha parecido ágil para tratarse de un modelo híbrido.
Opinión coches.com
El Lexus Breakthrough Crossover, que es lo que significan las siglas LBX, se postula como una opción casi única en el segmento de los SUV pequeños. Es de los pocos premium con un nivel de calidad y un equipamiento al alcance de muy pocos. También es el único con un sistema de propulsión híbrido, pues otros apuestan por la combustión tradicional o por la tecnología híbrida enchufable. Un ejemplar «made in Japón» que busca embaucar al público europeo con los fundamentos que se buscan en nuestro continente y una plataforma más que probada.
La personalización es uno de sus puntos fuertes, con el estilo muy en el punto de mira. De ahí que se pueda configurar en cinco niveles, que harán cambiar su dotación y también su precio. El básico es el que se anuncia por un precio de 33.900 euros, aunque a partir de ahí hay más opciones. Por 37.800 euros están los Elegant y Emotion, cada uno con su personalidad marcada. También hay un escalón superior reservado para los Relax y Cool que cuestan 43.200 euros. El tope de gama es la edición especial Original Edition, que tiene prácticamente todo y llega hasta los 48.000 euros de tarifa.
- Diseño muy destacado
- Calidad del habitáculo
- Equipamiento puede ser muy completo
- Interior algo justo
- Solamente una opción híbrida
- Precio elevado
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