Allá por 2016 llegaron tres modelos fruto de un acuerdo entre Grupo PSA y Toyota. Es cierto que han cambiado bastantes cosas desde entonces, PSA se ha fusionado con FCA y puede que no vuelva a repetirse este acuerdo entre franceses y japoneses. Sin embargo, los Toyota Proace, Peugeot Traveller y Citroën SpaceTourer todavía tienen mucho que decir. Son las furgonetas dedicadas al transporte de pasajeros, un segmento que parece estar ligeramente al alza en la actualidad.
Porque ahora que prácticamente han desaparecido los monovolúmenes convencionales, este tipo de vehículo se coloca como una de las únicas opciones que quedan para familias numerosas que además necesiten espacio adicional. Para comprobar esa practicidad de la que siempre ha hecho gala vamos a poner a prueba a una Toyota Proace Verso 2.0D 150 CV. Se trata de un modelo que ofrece muchas opciones, tanto por tamaño como por plazas disponibles.
Y decimos esto porque se ofrece en tres tamaños de carrocería para adaptarse a las necesidades de cualquier usuario. Arranca con la Compact, que tiene una longitud de 4.609 mm y una batalla de 2.925 mm, quedando equiparada a la nueva Toyota Proace Verso City. En la Media crece hasta los 4.959 mm de largo y 3.275 mm de distancia entre ejes. La versión Larga tiene 5.309 mm de longitud y los mismos 3.275 mm de batalla. En todos los caso la anchura es de 1.920 mm y la altura varía entre los 1.899 y los 1.910 mm.
Exterior
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En nuestro caso estamos al volante de la medida intermedia, la que tiene una longitud de 4.956 mm y una batalla de 3.275 mm. Ya en el exterior es fácil apreciar el típico diseño sin muchos alardes del que suelen hacer gala las furgonetas. Esas dimensiones y formas cuadriculadas hacen que apenas difiera de otros modelos del segmento y que el parecido con sus primos franceses sean más que evidente. Aún así, hay algunos aspectos que debemos destacar.
En el frontal se aprecia esa parrilla en forma de flecha que parte desde el logo en el centro, yendo surcada por un listón cromado en nuestra unidad. Se dirige hacia ambos lados en sentido ascendente para desembocar en unos faros bastante anodinos. En la parte inferior hay una segunda parrilla más ancha y remarcada por unas molduras cromadas. En las esquinas aparecen unas luces antiniebla circulares dentro de un plástico negro.
En el lateral de la Toyota Proace Verso vemos una serie de toques en negro que hacen contraste con el resto de la carrocería. Hablamos de los espejos retrovisores y de la moldura de la parte inferior de las puertas. En este caso encontramos unas llantas de acero de 16 pulgadas adornadas por unos tapacubos que quieren dar la sensación de que son de aleación. Como se trata de un acabado bastante completo, también cuenta con cristales tintados que le dan ese extra de privacidad.
La zaga probablemente sea la zona menos expresiva de esta furgoneta con alma de monovolumen. Hay una luneta trasera de considerables dimensiones para mejorar la visibilidad (que es abatible, como veremos más adelante) y un portón que ocupa prácticamente todo el ancho del vehículo para mejorar la carga. Por fuera, a ambos lados, quedan unos pilotos traseros muy verticales típicos de este segmento. En la zona inferior el paragolpes se ensancha ligeramente y recibe dos pequeños catadióptricos.
Interior
Al acceder a su habitáculo encontramos la grata sensación de que no hay tanta diferencia respecto al resto de turismos de la gama. Atrás quedaron los días en los que las furgonetas estaban muy atrás en cuanto a tecnología y se centraban únicamente en el apartado práctico. Lo cierto es que la Toyota Proace Verso cumple con creces en este apartado gracias a una pantalla táctil de 7 pulgadas con el sistema multimedia Toyota Touch 2 & GO.
Es cierto que la nueva generación de modelos de la marca (como el nuevo Toyota C-HR o el Corolla) cuentan con sistemas más avanzados, pero no tenemos nada que achacar. Se trata de un infoentretenimiento muy capaz, con una navegación muy acertada y una respuesta bastante precisa de la pantalla. El único punto negativo que se le puede sacar es que no tiene conectividad con Apple CarPlay, algo que Toyota acaba de incorporar hace poco a su gama.
Por debajo quedan unos controles de la climatización analógicos, muy simples para facilitar el funcionamiento. Porque, al fin y al cabo, en esta furgoneta todo se ha hecho con sentido práctico y sin alardes. Desde el puesto del conductor se alcanza un volante multifunción que sirve para controlar algunas funciones como la instrumentación. El cuadro está formado por dos grandes esferas (o casi hexágonos tendríamos que decir) para la velocidad y las revoluciones, además de una pequeña pantalla que hace las veces de ordenador de a bordo.
No hace falta compartir mucho tiempo con la Toyota Proace Verso para darse cuenta de que, a pesar de estar un paso más cerca de los turismos por tecnología, sigue estando un poco atrás en cuanto a calidad percibida. Como es lógico, la mayoría de superficies están cubiertas por plásticos duros, uno con un tacto rugoso y de mejor apariencia en la zona superior y otro más liso y de peor ver en la parte inferior. Para dar un toque de contraste aparece una moldura plateada en salpicadero y puertas. Los ajustes son buenos en general, aunque algo toscos y peor terminados en la zona de la consola central.
Si en calidad no quería destacar, donde sí lo hace es en habitabilidad. Esta furgoneta quiere posicionarse como alternativa a los monovolúmenes tradicionales, como una opción predilecta para familias numerosas. De ahí que ofrezca varias configuraciones en su habitáculo. Las dos plazas delanteras son innegociables, con unos asientos que buscan confort gracias a los reposabrazos, pero que no sujetan demasiado el cuerpo por sus formas. Sobra el espacio en todas las cotas.
Para la parte de atrás hay todo tipo de opciones. En la Family se puede llegar a las 8 plazas con dos banquetas, divididas en 60:40 con capacidad para tres personas (2+3+3), mientras que la VIP introduce dos butacas individuales como segunda fila y los tres asientos por detrás (2+2+3). Cabe destacar que en ambos casos todos los asientos pueden sacarse y meterse al gusto gracias al sistema de raíles que hay en el suelo. Incluso en la VIP se podrían montar al revés la segunda fila y tener una mesa opcional para montar una especie de oficina sobre ruedas.
Lo más llamativo es que todas las plazas son aprovechables por adultos, por su generosa anchura y también por su sobresaliente espacio libre al techo. La distancia disponible para las piernas dependerá de la configuración que se haya elegido, mientras que en la Family también se pueden reclinar los respaldos de los asientos (o plegarlos por completo). Además, se puede contar con bondades como las salidas de aire en el techo, la apertura eléctrica de las puertas correderas e incluso toma de 220 V.
La unidad de pruebas se trataba de una Proave Verso Family, aunque sorprendentemente no contaba con las tres filas. Tenía solamente las plazas delanteras y una banqueta corrida detrás para sumar cinco plazas. Lo cierto es que tampoco importó mucho y aprovechamos la ocasión para hacer una pequeña mudanza y comprobar su capacidad de carga. Es lo bueno de este tipo de vehículo, que destaca para el transporte de pasajeros pero también sigue siendo muy capaz para el traslado de objetos.
Maletero
En el apartado del maletero de esta furgoneta hay que tener en cuenta varios aspectos. La capacidad dependerá de la posición que adopten los asientos, si van todos montados y a la altura a la que van. Ya de entrada, su ficha técnica nos arroja una capacidad de 640 litros con todas las plazas montadas y hasta la altura de los asientos (hasta el techo serían 900 litros. Esto se incrementaría sustancialmente si vamos quitando asientos para favorecer esta superficie de carga.
Gracias a las formas tan rectas y aprovechables se puede conseguir hasta 2.700 litros quitando las dos filas traseras y dejando únicamente las plazas delanteras. Como veis, perfecto para ir al Ikea o para realizar una mudanza. Aunque habrá que tener en cuenta un aspecto, las dimensiones del portón y su apertura hasta formar un ángulo recto. Eso hace que no se pueda abrir cuando está aparcado cerca de una pared o que cueste un poco cerrarlo. Opcionalmente se puede encargar una luneta practicable, para abrir solo la zona del cristal y meter y sacar objetos pequeños con facilidad.
Equipamiento
La gama de la Toyota Proace Verso se ha simplificado hasta dejar solamente dos niveles de equipamiento bien diferenciados y que coinciden con lo que hablamos antes de las plazas que montan. Por un lado está el acabado Family, que cuenta con esa banqueta de asientos y otros elementos como las llantas de 17 pulgadas, sistema multimedia Toyota Touch 2 con pantalla de 7 pulgadas, sensores de luz y lluvia, sensores de aparcamiento y cámara trasera o Head-Up Display.
En este nivel ya se encuentran todas las ayudas a la conducción del Toyota Safety Sense, entre los que tenemos que destacar el avisador de cambio involuntario de carril, el gestor automático de luces de carretera, el sistema de seguridad pre-colisión con detector de peatones, el control de crucero adaptativo o el lector de señales de tráfico. El acabado Family puede sumar el Pack Plus para incorporar apertura eléctrica de las puertas laterales, navegador o techo solar panorámico.
Por encima quedaría el acabado VIP, que tiene más concesiones al lujo gracias a los asientos traseros individuales. Las plazas delanteras cuentan con reglajes eléctricos, climatización y función masaje en este nivel. También suma las puertas correderas con apertura eléctrica, cristales tintados, tapicería de cuero, techo solar panorámico o la mesa en la segunda fila. Este acabado solo puede ir con las medidas Media y Larga, no se ofrece con la Compact.
Motor
La gama mecánica de la Toyota Proace Verso es la esperada por parte de la marca japonesa, con tres opciones turbodiésel de cuatro cilindros. Arranca con el 1.5D con 120 CV y ligada a la caja de cambios manual de seis velocidades. Por encima aparece el 2.0D con 150 CV de potencia y el mismo cambio manual. El tope de gama es la versión con el mismo 2.0D pero con 180 CV y solamente ligada a la transmisión automática de ocho velocidades. Llama la atención un 2.0D con 120 CV y el cambio automático en tierra de nadie (suponemos que dicha transmisión no podría ir con el 1.5D). Todas ellas son de tracción delantera.
Como ya se podía intuir desde que leíste el titular, nuestra Toyota Proace Verso es la versión 2.0D con 150 CV y 370 Nm de par ligada al cambio manual de seis velocidades, única opción para esta versión. La ventaja principal frente a la de 180 CV que ya probamos será, a priori, un consumo más reducido. En su ficha técnica indica entre 6,7 y 7,8 l/100 km (ciclo WLTP) y unas emisiones de CO2 entre177 y 205 g/km. Las prestaciones pasan bastante desapercibidas, con una aceleración de 0 a 100 km/h en 10,3 segundos y una velocidad máxima de 183 km/h.
Comportamiento
Aunque todos los datos pasan a un segundo plano cuando nos ponemos al volante de esta Toyota Proace Verso 2.0D 150 CV. Lo primero que llama la atención al arrancar es que se trata de un diésel de esos hechos a la vieja usanza. Con un sonido algo audible y tosco, queda claro que la insonorización pasa a un segundo plano en un vehículo de estas características. También hacemos la afirmación anterior por la forma en la que entrega la potencia.
Es una mecánica con ciertas similitudes a la de un tractor, que responde bien desde muy abajo y que apenas deja nada para la parte alta del cuentarevoluciones. De esta forma, podemos ver que ya sale con cierta soltura desde las 1.500 rpm y que los 370 Nm de par se dan a las 2.000 rpm. Eso viene bien cuando se va cargado o para salir en los cruces, por ejemplo. Lo malo es que a partir de las 3.000 rpm apenas hay nada aprovechable.
Desde el primer momento los 150 CV nos parecen una cifra suficiente para este modelo. Los 120 CV de la versión de acceso se quedarían justos cuando vamos con carga y los 180 CV limitan a cambio automático y a un mayor consumo de combustible. Y hablando de cambios, el manual que tiene nuestra furgoneta nos deja buen sabor de boca. La respuesta y el tacto son correctos, aunque los recorridos de la palanca los encontramos algo largos, algo lógico en este tipo de vehículo.
Según iban pasando los kilómetros a su lado, más nos convencía por su facilidad de conducción. Es cierto que la elevada posición de conducción la delatan y que hay que tener en cuenta sus dimensiones. No es fácil maniobrar con ella en ciudad, ojo a meterla en algunos parkings estrechos y hay que anticipar las frenadas con suficiente tiempo. Pero está más cerca de un turismo como SUV grande, en términos de comportamiento, de lo que podíamos esperar inicialmente.
En carreteras secundarias destaca por una agilidad bastante conseguida. Tiene un esquema de suspensiones de tipo Pseudo MacPherson en el eje delantero y de doble trapecio en el eje trasero, pero han conseguido una puesta a punto satisfactoria que reduce en gran medida los balanceos de la carrocería. Seguirán apareciendo, no te vamos a mentir, pero no es nada exagerado. En autopistas y autovías se convierte en un devorador de kilómetros, apto para hacer viajes sin que aparezca demasiada fatiga al volante.
Lo que no han conseguido enmascarar es esa dirección blanda y demasiado asistida que caracteriza a las furgonetas. En este caso, además, cuesta acostumbrarse a la desmultiplicación que tiene, hay que girar más el volante a velocidades bajas para maniobrar. Se ha hecho para facilitar aparcamientos, pero hay que acostumbrarse a ello. Tampoco sale bien parado en la calidad de rodadura, pues el ruido aerodinámico es notable debido a esas proporciones tan cuadradas y poco aerodinámicas.
Tras recorrer con ella un millar de kilómetros llega una buena noticia, una media de consumo de 7,6 litros. Lo cierto es que entra dentro de lo que decía la homologación y una buena parte de los trayectos los ha hecho cargada. No está nada mal para tratarse de una furgoneta que ronda los 5 metros y que supera los 1.800 kg en vacío. Han pasado SUV por nuestra sección de pruebas con consumos mayores y una capacidad de carga muy inferior.
Opinión coches.com
Las furgonetas están de moda. Y ya no hablamos de aquellas más comerciales/industriales dedicadas puramente al trabajo. Cada vez más particulares optan por este tipo de carrocería para sus desplazamientos diarios por su habitabilidad y modularidad interior. Si hablamos de la Toyota Proace Verso, hay que tratarla como una opción realmente completa que proviene de esa alianza con el Grupo PSA.
No destaca por estética, pero su interior ahora se completa con la tecnología que vemos en los turismos convencionales y mantiene esa versatilidad de contar con hasta 8 plazas y un maletero de órdago. El equipamiento de serie ya es bastante completo para tratarse de una furgoneta y la gama mecánica tiene lógica. En esta versión intermedia 2.0D de 150 CV, la potencia es suficiente y el comportamiento bastante equilibrado y accesible para todo el mundo.
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