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Pruebanoticias/
Gonzalo Yllera

Volkswagen Tiguan 2.0 TDI 150 CV DSG 4Motion, prueba a fondo

Aunque parezca difícil de creer, el Volkswagen Tiguan es un coche que lleva más de una década en el mercado. Ha sido uno de los grandes impulsores de la marca alemana en los últimos años (siempre con permiso del Polo y del Golf), debido al enorme auge que han experimentado los SUV. Estando en un segmento que aglutina un buen porcentaje de las ventas totales, no podíamos dejar de comprobar qué lugar ocupa el modelo alemán.

El primer Tiguan de 2007 nació bajo la sombra del Touareg, que se trataba del único modelo de esas características que tenía Vollkswagen. De ahí que tuviera ese diseño redondeado que tanto se llevaba en esa época. Se trató de un producto bastante completo y equilibrado, cualidades que le valieron para triunfar con celeridad y llegar a vender casi tres millones de unidades de esta primera generación. Y su relevo no se podía quedar atrás.

La segunda generación del Volkswagen Tiguan llegó en 2016, ya asentado sobre la popular plataforma MQB de la marca. Esto le permitía ganar en dimensiones al mismo tiempo que reducía su peso. También ha permitido que posteriormente se sumase una variante de siete plazas, el Tiguan Allspace. En términos de diseño se adecuó a la tendencia actual con líneas más rectas que le daban un aspecto robusto. Probamos este ejemplar para contaros de primera mano cuales son sus cualidades.

Exterior

Como íbamos introduciendo, el Volkswagen Tiguan tiene un diseño muy reconocible y repleto de personalidad. Se sube al carro de los crossovers (la primera generación era un poco más monovolumen) con un frontal muy horizontal que destaca por su parrilla surcada por tres listones cromados. Éstos van a quedar integrados con los faros (Full LED en nuestra unidad) a la perfección. Por encima queda el capó con unas marcadas nervaduras y por debajo un paragolpes con las tomas de aire y las luces antiniebla.

Aunque el perfil podría ser una de las zonas más sobrias de este Tiguan, lo cierto es que nuestro ejemplar lo compensa con unas enormes llantas de 19 pulgadas, que son opcionales. Para potenciar su imagen de todocamino, tiene todos los bajos de la carrocería recubiertos de plástico negro. A la altura de las manecillas de las puertas hay un marcado nervio que atraviesa el coche longitudinalmente. Las barras de techo aunque son discretas están presentes.

En la zaga continua la misma tendencia con un pequeño spoiler de techo que queda por encima de una luneta de dimensiones considerables. El Volkswagen Tiguan cuenta con unos pilotos traseros cuya forma recuerda a la de la letra ‘L’ tumbada. Por debajo del portón el paragolpes se ensancha y nos deja con unas líneas muy marcadas. La parte inferior está copada por más protecciones plásticas y por la doble salida de escape en uno de los laterales.

Dentro del segmento SUV-C, el Tiguan es uno de los grandes, al menos si hablamos de dimensiones. Cuenta con una longitud de 4,48 metros, una anchura de 1,84 metros y una altura de 1,66 metros. A eso hay que sumar una distancia entre ejes de 2,68 metros. Son unas medidas considerables que lo diferencian notablemente de los SUV más pequeños que han ido saliendo en la marca, el Volkswagen  T-Roc (4,23 metros) y el Volkswagen T-Cross (4,11 metros).

Interior

Cuando entramos al habitáculo del Volkswagen Tiguan, lo primero que llama la atención es la actualización a nivel tecnológico que ha recibido. Por primera vez se beneficia del Volkswagen Digital Cockpit, la instrumentación digital con pantalla de 12,3 pulgadas que ha sido heredada directamente de Audi. Destaca por sus posibilidades de personalización, que permiten al usuario ver todo tipo de información y estructurarla al gusto. Se completa en nuestra unidad con un Head-Up Display que ayuda a no apartar la vista de la carretera.

Tampoco pasa desapercibida la pantalla táctil de 9,2 pulgadas que descansa en la parte alta de la consola central. Corresponde al sistema multimedia superior de la marca, que incluye una navegación avanzada con mapas en 3D y una conectividad notable Android Auto y Apple CarPlay. Justo por debajo están los controles de la climatización, que es trizona (tiene un módulo para las plazas traseras). En la zona de la palanca de cambios quedan el resto de botones para las acciones relacionadas con la conducción.

Si nos ponemos a hablar de la calidad percibida del Volkswagen Tiguan comprobaremos que sale bastante bien parado. Hablamos de un modelo generalista que quiere acercarse a sus rivales premium con materiales muy agradables al tacto como es la tapicería de cuero de asientos y volante. Los plásticos de las zonas superiores son blandos y tienen buenos acabados, en las partes inferiores son más duros pero están bien resueltos. La única pega es el Piano Black que sigue apareciendo.

Si tenemos en cuenta que por dimensiones es uno de los más grandes del segmento, podemos pensar que en términos de habitabilidad va a ser igual. Las plazas delanteras son como podríamos esperar en un SUV de estas características, pero donde destaca en mayor medida es en las plazas traseras. Hay espacio de sobra para piernas y cabeza, además de una anchura considerable que puede permitir que viajen tres adultos en trayectos cortos. La plaza central es más estrecha y queda penalizada por el túnel de transmisión.

Maletero

El maletero del Volkswagen Tiguan también es bastante destacado y ya de inicio ofrece una capacidad de 520 litros. Aunque no lo hemos dicho antes, la segunda fila de asientos puede desplazarse longitudinalmente y eso hace que se ganen hasta 18 centímetros en el maletero, incrementando la capacidad hasta los 615 litros. A esto hay que sumar unas líneas rectas y muy aprovechables en la zona de carga.

El portón puede contar con apertura eléctrica, como es el caso en nuestra unidad de pruebas. Da paso a una boca de carga ancha, que sin embargo queda a una altura bastante elevada y dificulta un poco la carga de objetos voluminosos. También hay que decir que hay un compartimento bajo el piso para dividir esta carga. En el caso de que se necesite más espacio siempre se puede abatir la segunda fila para llegar a los 1.655 litros de capacidad total.

Equipamiento

En nuestro país, el Volkswagen Tiguan cuenta con tres niveles de equipamiento. Arranca con el Edition, que se muestra bastante completo gracias a elementos como las llantas de 17 pulgadas, el asistente de mantenimiento de carril, la frenada de emergencia en ciudad, el control de crucero, los sensores de luz y lluvia o los antiniebla con iluminación en curva.

Más completo es el Advance, que añade los asientos delanteros confort, asistente de luces de carretera, asistente de aparcamiento ‘Park Assist’ con ‘Park Pilot’, climatizador de tres zonas o selector de modos de conducción. Por encima queda el Sport, el que lleva nuestra unidad de pruebas y que suma llantas de 18 pulgadas, asientos con reglajes eléctricos, molduras cromadas, faros LED, Volkswagen Digital Cockpit o control de crucero adaptativo.

Este modelo también ha ido introduciendo diferentes ediciones para completar su equipamiento. Hablamos de algunas como el Tiguan Tech&Go, que destacaba por su tecnología y conectividad. También del reciente Tiguan Offroad, con un claro enfoque para la conducción fuera del asfalto. El más actual ha sido el Tiguan Black Style R-Line, con un toque deportivo y el color negro como protagonista.

Motor

Si pasamos a analizar la gama mecánica del Tiguan, encontramos más opciones que en la mayoría de sus rivales. La plataforma MQB hace que pueda aceptar todo tipo de configuraciones. En gasolina las opciones quedan limitadas al nuevo 1.5 TSI de 150 CV, pues el 2.0 TSI de 180 CV ha desaparecido temporalmente debido al cambio a WLTP. Este motor puede ir ligado tanto a la caja de cambios manual de seis velocidades como a la transmisión automática DSG de siete relaciones.

Aunque en este caso estamos más interesados en las opciones diésel. El 2.0 TDI, el archiconocido cuatro cilindros turboalimentado, es el total protagonista de esta gama. Se podía escoger en varios niveles de potencia, pero en la actualidad la oferta queda limitada al 150 CV. También se puede configurar con el cambio manual y con el automático, y en este caso acepta la tracción total 4Motion (como es el caso de nuestra unidad).

De esta forma tenemos entre manos una de las versiones más equilibradas de la gama. El Volkswagen Tiguan 2.0 TDI 150 CV DSG 4Motion con sus 150 CV y 340 Nm de par cuenta con unas prestaciones algo discretas, pero suficientes para le uso diario. Es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 9,3 segundos y su velocidad máxima es de 200 km/h. En cuanto a consumos homologa 5,4 l/100km y sus emisiones de CO2 se quedan en 143 g/km (según ciclo NEDC).

Comportamiento

Lo primero que se aprecia desde el puesto de conducción del Tiguan es su posición elevada que permite una visibilidad muy buena, sobre todo en ciudad. Cuando pulsamos el botón de arranque, el bloque diésel nos devuelve un sonido característico que es perceptible en frío. Por suerte, su refinamiento es bastante bueno y la marca ha hecho un buen trabajo de insonorización con este modelo, eliminando prácticamente las vibraciones y los ruidos del interior.

La mecánica 2.0 TDI siempre ha destacado por su entrega de potencia lineal y por tener una curva de par muy aprovechable. Los 340 Nm de par logran que notemos un empuje notable a bajas revoluciones, que será su zona más aprovechable. Esta cualidad ayuda a que tengamos la sensación de que sus 150 CV son suficientes para mover los más de 1.600 kg que pesa el SUV. Aunque no sea una potencia apabullante, será adecuada para el día a día.

Otro factor clave que afecta a la conducción de este Volkswagen Tiguan es el cambio DSG. La caja automática de doble embrague tiene un tacto bastante conseguido, las marchas se suceden con celeridad y las transiciones entre ellas son bastante suaves. Para adaptar su comportamiento podremos ayudarnos de los modos de conducción. En un extremo está el Eco, que busca bajos consumos y cuenta con el ‘modo vela’ que desacopla la transmisión, mientras que en el otro el modo Sport se apuran los cambios.

Estos modos de conducción también afectan a otros parámetros como la dirección o la respuesta del motor. La primera nos ha resultado demasiada asistida, con un tacto no demasiado comunicativo. Más nos ha gustado el tarado de la suspensión, que consigue alcanzar un equilibrio envidiable, justo lo que necesita un coche de estas características. La hemos encontrado confortable en vías urbanas y con una firmeza que consigue eliminar la mayoría de balanceos en carreteras reviradas.

El Tiguan mostraba una imagen más robusta y de todocamino en esta segunda generación. Lo pusimos a prueba también fuera del asfalto y lo cierto es que nos sorprendió bastante. Es una de las pocas opciones del segmento que todavía pueden equipar la tracción total (4Motion en este caso) y eso es un valor añadido. En zonas con una meteorología acusada o en presencia de caminos se tendrá la seguridad extra de saber que el eje trasero también actuará en caso de pérdida de tracción.

Además contamos con otros modos de conducción, los del 4Motion Active Control, que nos permite seleccionar en función al terreno al que nos enfrentemos. El modo Carretera es el que utilizamos por defecto, pero también podemos elegir Nieve, Off Road e Individual. A esto hay que sumar una generosa distancia libre al suelo y unos ángulos todoterreno aceptables. Tenemos un ataque de 25,6º y eso nos da una seguridad extra en pistas.

Aunque es cierto que la mayoría de usuarios que opten por el Volkswagen Tiguan no lo sacarán fuera del asfalto prácticamente nunca. Ese sector se beneficiará del buen hacer del SUV en carretera. Nos ha parecido un rodador incansable, un coche muy confortable para hacer cientos de kilómetros de una tacada. Y todo eso con unos consumos bastante contenidos para un ejemplar de sus características, pues nos ha dejado medias en torno a los 7 litros. Nos damos por satisfechos teniendo en cuenta su peso y dimensiones, además de la penalización que supone la tracción total en este ámbito.

Opinión coches.com

El Volkswagen Tiguan ha madurado de manera positiva tras el éxito inicial. La segunda generación se renueva por completo y la adopción de la plataforma MQB le ha beneficiado mucho. A nivel estético se coloca como un coche con una mayor personalidad que busca seguir la tendencia crossover. En el interior integra toda la tecnología de la marca mezclada con una calidad que será referente entre otros modelos generalistas.

Una opción con un habitáculo amplio y cómodo, con una versatilidad envidiable y un maletero por encima de la media del segmento. Para los que recorran más kilómetros, esta versión 2.0 TDI 150 CV DSG 4Motion será una de las más recomendables. Presenta un comportamiento muy equilibrado y capaz en cualquier situación. Tampoco le tiene miedo a las salidas fuera del asfalto, aunque no haya sido concebido expresamente para ello.

Volkswagen Tiguan 2.0 TDI 150 CV DSG 4MOTION
7.6Nota
Lo mejor
  • Estética robusta y atractiva
  • Habitabilidad y modularidad interior
  • Capacidades con tracción 4Motion
Lo peor
  • Equipamiento algo justo de serie
  • Tacto de la dirección artificial
  • Precio bastante alto
Diseño8
Habitabilidad7.5
Acabados8
Maletero7.5
Equipamiento7
Motor7.5
Comportamiento8
Calidad Precio7

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