La historia de Porsche en competición es larga y provechosa. Hace poco recopilamos casi dos decenas de anécdotas de Le Mans, una de las pruebas favoritas de Derek Bell. El piloto británico se subió a lo más alto del podio de Le Mans en cinco ocasiones (cuatro con Porsche) y por lo tanto es una de las personas más adecuadas para hablar de los mejores coches de competición que ha hecho la marca de Stuttgart.
Para el piloto, la quinta posición la merece el Porsche 911 GT1 de 1995. Todo un campeón de Le Mans (en 1998) que llevaba motor biturbo de 3.2 litros y del que solo se hicieron 21 unidades, que están muy cotizadas a día de doy. La cuarta plaza queda reservada para el Porsche 904 GTS, el primero en usar estas siglas en la marca. Destacaba por su carrocería en fibra de vidrio que le aportaba una ligereza inaudita con sus 655 kg.
La tercera posición es para uno de los triunfadores de la década de los 70. El Porsche 917 KH es uno de los más reconocibles de la lista debido a sus triunfos en Le Mans. Su motor bóxer de doce cilindros y 600 CV le permitían alcanzar hasta 340 km/h. La segunda plaza la ocupa el Porsche 962 C, que fue conducido por el propio Bell y en el que destaca el ‘efecto suelo’ y su motor de 3.0 litros que podía alcanzar casi 800 CV.
La primera posición se la merecía un modelo precursor como es el Porsche 550 Spyder. Uno de los primeros en llegar a la competición en la década de los 50. Destacaba por su simplicidad y ligereza con una construcción de aluminio y un pequeño motor de 1.5 litros y 110 CV. Este modelo ganó popularidad por ser el favorito de James Dean y se convirtió en leyenda tras el trágico accidente que acabo con su vida.
Fuente: Porsche