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Mario Nogales

BMW 420d, a prueba el racional de los Serie 4

Siempre he sentido cierta debilidad por los coupés. Como muchos de vosotros, cuando era pequeño soñaba con tener un modelo de dos puertas en mi garaje cuando fuera mayor. A día de hoy ese sueño ha sido cumplido, aunque ese tema lo trataremos otro día.

Hoy vamos a analizar el nuevo BMW Serie 4, el coupé mediano de la marca alemana, que pasa por nuestras manos después de haber recibido un cambio generacional notable. Arranca desde 48.950 euros y tiene mucho que aportar.

La marca bávara ya dejó claro que quería una diferenciación clara entre berlina y coupé cuando decidió cambiarles de nombre. Todo comenzó en 2014 cuando el Serie 3 Coupé cambió su denominación para llamarse Serie 4.

Desde ese momento se han vendido más de 800.000 unidades del modelo y con esta segunda generación pretenden que siga creciendo esa cifra. ¿Sus bazas principales? Diseño, calidad, tecnología y un comportamiento dinámico de esos que enamoran:

Exterior

Y hablando de estética exterior hay que comenzar por el elemento que más polémica ha desatado desde que fue presentado. Esta es la parrilla de la discordia, la que ha sido criticada por muchos seguidores de BMW. Emulando lo que le dijo Quevedo a Góngora, aquí podríamos decir que “érase un coche a una parrilla pegado”. El motivo no es otro que el rediseño de los riñones, que adoptan una disposición más vertical y que van integrados en el mismo marco en color negro, en este caso. La parrilla tiene aerodinámica activa y permite entrar el aire cuando lo requiere.

Aunque no es todo parrilla en el BMW Serie 4. En su frontal también llaman la atención los afilados faros LED, que pueden llevar tecnología láser por primera vez. El paragolpes es voluptuoso, con unas tomas de aire en los laterales. Desde el perfil llama la atención los grandes pasos de rueda para albergar llantas desde las 17 hasta las 20 pulgadas. En nuestro caso hay unas de ese tamaño más grande y las pinzas de freno van en color rojo. Como buen coupé, solamente tiene dos puertas.

En la parte trasera se hace aún más patente esa silueta sugerente de coupé. La caída del techo es muy marcada y aparece la curva Hofmeister de forma clara en el pilar C. Lo más característico de la zaga son los alargados pilotos LED, aunque también llaman la atención detalles como las tomas de aire o el spoiler con forma de labio en color negro. La zona baja queda copada por un difusor en contraste que acoge dos salidas de escape reales que también van en negro.

Con respecto a la anterior generación experimenta un aumento de dimensiones notable. Es casi 13 centímetros más largo, pues se queda en una longitud de 4.768 mm. También es ligeramente más ancho y alto, con una anchura de 1.852 mm y una altura de 1.383 mm, respectivamente. Además, su distancia entre ejes se extiende hasta los 2.851 mm para mejorar el espacio del interior, algo que vamos a ver a continuación.

Interior

Si por fuera es fácil apreciar los cambios notables que tiene el BMW Serie 4 frente al Serie 3, por dentro son muy difíciles de apreciar. Si visteis hace unos meses la prueba de mi compañero Luis con el Serie 3 Touring sabréis de lo que os hablo. Para mí, la diferencia principal sería la posición de conducción, que en este ejemplar es más baja.

Destaca para bien el agarre que ofrecen los asientos deportivos o el grosor del volante, uno de los puntos que más me gusta a nivel personal. También se nota que hay menos espacio en las plazas delanteras, aunque sigue siendo suficiente para la mayoría de usuarios y cuentan con detalles como el sistema que te acerca el cinturón.

Y desde la posición del conductor se puede observar la instrumentación digital de 12,3 pulgadas, que es el BMW Live Cockpit Professional opcional, de serie sería una pantalla de 5,1 pulgadas. Los gráficos son avanzados y las opciones de visualización abundantes, la pega principal que tiene son los reflejos que aparecen cuando le incide la luz directamente. En esta unidad también contamos con un Head-Up Display que hace que no tengamos que apartar demasiado la vista de la carretera.

En la parte central está la pantalla táctil principal de 10,25 pulgadas. De serie habría una de 8,8 pulgadas, pero es recomendable montar ésta por ventajas obvias. Tiene una conectividad completa gracias a Android Auto y a Apple CarPlay inalámbricos, también navegación con datos del tráfico en tiempo real, además de unos menús muy intuitivos. El control es táctil, pero también puede ser hecho desde el mando iDrive de la consola central, con los comandos de voz e incluso con el control gestual para algunas tareas sencillas como subir el volumen.

La calidad es algo que siempre va a estar mirado con lupa en los BMW simplemente por el hecho de ser una marca premium, especialmente en modelo con un precio de partida elevado como este Serie 4. El caso es que este modelo saca buena nota en este aspecto, con unos acabados muy bien realizados y materiales agradables al tacto. Destacar el cuero que recubre los asientos, con los pespuntes de los colores de M sport, algo que también se repite en estos cinturones que se acercan cuando cierras la puerta. Añadir los acolchados del salpicadero o las molduras metálicas.

Es sabido por todos que la peor parte de un coupé es la habitabilidad. El acceso a las plazas traseras de este ejemplar es complicado y eso que las puertas delanteras son de un tamaño generoso y que los asientos se desplazan hacia delante solos gracias al accionamiento eléctrico. Estamos con un ejemplar homologado para cuatro pasajeros con una configuración 2+2.

Es una buena decisión y nos deja con unas plazas laterales generosas por anchura y con un espacio para las piernas y cabeza que no está mal. El primero dependerá de la posición de los ocupantes delanteros. La segunda fila también cuenta con un reposabrazos en la plaza central, salidas del aire acondicionado y dos tomas USB-C.

Maletero

En un modelo de estas características el maletero no va a ser uno de los puntos fuertes. El motivo principal es que la tercera puerta se sustituye por un portón que hace que la boca de carga sea más pequeña. Costará dejar objetos voluminosos al final, pero también lo compensa con la apertura eléctrica opcional o con unas formas bastante aprovechables. De hecho, este BMW Serie 4 ofrece 440 litros de capacidad, una cifra que se sitúan algo por encima de la media del segmento.

Este maletero tiene algunas otras ventajas como la iluminación o una toma de 12 V. Desde esta superficie se pueden abatir los asientos traseros gracias a unos tiradores. Se haría en tres partes (40:20:40), permitiendo ese hueco central para objetos largos. Bajo el piso encontramos el kit antipinchazos, sin tener opción a montar una rueda de repuesto, ni siquiera de forma opcional.

Equipamiento

El equipamiento de serie de este modelo es bastante completo. Hay detalles como los faros LED, llantas desde las 17 hasta las 19 pulgadas (van en función de la mecánica escogida), climatizador trizona, volante deportiva, iluminación interior o tapicería de tela. También hay que destacar un buen número de ayudas a la conducción y tecnologías como el BMW Live Cockpit o  sensores de aparcamiento delanteros y trasero.

Y siempre se puede completar aún más con las diferentes líneas de equipamiento que están disponibles. El paquete M Sport es de los más populares, pues le da una imagen más deportiva a través de sus detalles específicos. También hay otros packs interesantes como son los Connectivity, Comfort o Innovation para completar el Serie 4 a nivel tecnológico de una forma magistral.

Como buen vehículo premium, la personalización es muy extensa y se puede configurar este ejemplar prácticamente al gusto. Eso incluye molduras de fibra de carbono, asientos deportivos o los colores de la división deportiva M en puntos como las costuras o el cinturón. También hay que tener en cuenta que su precio subirá mucho en cuanto se empiecen a sumar opcionales a la tarifa.

Motor

La gama mecánica del BMW Serie 4 es bastante equilibrada. No hay opciones híbridas, pero sí electrificadas, pues la mayoría de versiones cuentan con un sistema Mild Hybrid de 48 V para conseguir la etiqueta ECO de la DGT. Entre los diésel aparece el 420d con cuatro cilindros y 2.0 litros. Es el que monta nuestra unidad y cuenta con 190 CV, permitiendo elegir entre tracción trasera o total xDrive. Por encima estarían los de seis cilindros y 3.0 litros, el 430d con 286 CV y el M440d con 340 CV; ambos con tracción total. Todos ellos llevan la transmisión automática de ocho velocidades.

También hay cuatro opciones de gasolina para todos los gustos. El de acceso es el 420i con sus cuatro cilindros y 184 CV, la misma mecánica es usada por el 430i que llega hasta los 245 CV; con la propulsión presente en ambos casos y sin el sistema Mild Hybrid. Por encima queda el M440i xDrive con el seis cilindros, la tracción total y 374 CV. El tope de gama es el todopoderoso BMW M4 Competition, que llega hasta los 510 CV y ofrece unas prestaciones de infarto.

Comportamiento

La primera vez que me subí a este nuevo BMW Serie 4 fue con un 430i del que dije que me parecía la versión más acertada del modelo. Sin embargo, ahora con el 420d veo que el diésel de cuatro cilindros no es una mala opción para aquellos que recorran un mayor número de kilómetros al año. A priori podría parecer el más aburrido, pero a la vez también es el más práctico y el que mejores consumos tiene. Sorprende por su eficiencia gracias al sistema Mild Hybrid y a ese rodar por inercia o el Start/Stop extendido.

De hecho, llama la atención en esas situaciones el refinamiento con el que se enciende y apaga el motor sin que apenas sea perceptible. Se nota el buen trabajo de insonorización en este BMW Serie 4. A la larga, se traduce en un enorme confort en marcha y también en consumos bajos. Tras una semana al volante obtuvimos una media de 6,5 l/100km, una cifra que no está mal debido a los ritmos altos experimentados.

Siempre podremos bajar un poco más el consumo (o aumentarlo) recurriendo a los distintos modos de conducción disponibles. En este caso, podemos elegir entre el Eco Pro, el Comfort y el Sport; habiendo una diferencia notable entre ellos. Afectan a la dirección, a la respuesta del acelerador e incluso al sonido, que es simulado en el modo deportivo. También modifican el tacto de la transmisión automática Steptronic de 8 velocidades, que tiene unas transiciones muy rápidas y suaves. Se puede usar en versión manual con las levas tras el volante.

Otra opción del cambio es que con el paquete deportivo se monta la el cambio Steptronic Sport con Launch Control y otra función llamativa. Recibe el nombre de M Sprint y permite reducciones hasta la marcha más baja manteniendo pulsada la leva izquierda. Es interesante, aunque este 420d diésel no destacará por prestaciones. Acelera de 0 a 100 km/h en 7,1 segundos y su velocidad máxima es de 240 km/h, aunque para mí lo más destacado es la recuperación de 80 a 120 km/h en 4,8 segundos y la contundencia que aportan los 400 Nm de par entre las 1.750 y las 2.500 vueltas.

Aunque sin duda, el punto más destacado del BMW Serie 4 es su chasis. Con la nueva generación veíamos que su centro de gravedad bajaba ligeramente (21 mm), a la par que su peso. Son 1.680 kg en orden de marcha que lo convierten en un Gran Turismo ejemplar con un reparto de pesos perfecto de 50:50. Decimos esto debido a que no es un deportivo puro, el coupé también ha pensado en el confort. No se siente tan a gusto en tramos de curvas como se sentían sus predecesores, pero a cambio es más completo que nunca.

Al fin y al cabo, estamos con un modelo que consigue ese tacto exquisito gracias a la propulsión, que consigue transmitir muchas más sensaciones que la mayoría de coches actuales. La dirección tiene un peso correcto, los frenos una buena mordida e incluso se incrementa la inclinación negativa en ambos ejes para mejorar su dinamismo. La suspensión M Sport que monta la unidad es una buena opción y también se ofrece la adaptativa.

Opinión coches.com

Hay segmentos que están muy reñidos, en los que es casi imposible sacar un ganador claro por la igualdad entre modelos. Pero entre los coupés medios de cuatro plazas, para mí, el BMW Serie 4 es el vencedor absoluto. Deja atrás a rivales como el Audi A5 o el Mercedes Clase C Coupé con esa dinámica que enamora y que va acompañada de una tecnología totalmente renovada o de una calidad a la altura de un modelo premium. El nuevo diseño gustará a unos y disgustará a otros, pero queda claro que no deja a nadie indiferente.

Aunque también hay que dejar claro que es un coche con un precio de partida elevado. El más básico serían 48.950 euros, pero si queremos una configuración más personalizada y un equipamiento más completo, la tarifa se incrementará cuantiosamente. La unidad probada lleva prácticamente todos los opcionales que se puedan montar en un Serie 4 y eso hace que su precio esté cerca de los 70.000 euros. Esa tarifa se puede reducir si entras a coches.com, donde tenemos las mejores ofertas de coche nuevo del país, así que ya sabes: desata tu movilidad y visítanos para conocer todas nuestras ventajas.

BMW 420d
8Nota
Lo mejor
  • Mejora a nivel tecnológico
  • Calidad a la altura
  • Puesta a punto del chasis
Lo peor
  • Estética controvertida
  • No hay versiones manuales
  • Precio final con extras
Diseño8
Habitabilidad7.5
Acabados8.5
Maletero7
Equipamiento8
Motor8.5
Comportamiento9
Calidad Precio7.5

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