SEAT Ateca 1.0 TSI 110 CV, a prueba: ¿es suficiente motor para este SUV?

El Seat Ateca siempre tendrá el honor de ser el primer SUV de la marca. Llegó al mercado en 2016 y, allá por 2020 recibió una interesante puesta al día. En su presentación habíamos conducido la versión diésel más potente y toca ahora ponerse al volante de una más equilibrada y demandada, el Seat Ateca 1.0 TSI de 110 CV.

La unidad probada corresponde al acabado Style Go, uno de los más interesantes (de hecho la mecánica no se ofrece con la terminación deportiva FR o el más campero X-Perience. Cuenta ya con elementos como las llantas de aleación de 17 pulgadas, faros Full LED con asistente de luces de carretera, climatizador bizona, asistente de aparcamiento con cámara trasera, sistema de alerta por cambio involuntario de carril, Front Assist con frenada de emergencia, , radio digital, detector de fatiga.

Si eliges el paquete Style Go M ganas elementos como la pantalla con navegador de 9,2 pulgadas, ocho altavoces y Seat Connect, paquete exterior en negro… por apenas 280 euros más. Y el Style Go L añade una mayor dotación de seguridad.

¿Precio de partida? Pues en estos momentos, 31.110 euros con esta combinación de acabado y motor, una cifra que no incluye descuentos ni promociones de ningún tipo. Puedes encontrar ofertas del Seat Ateca en nuestra sección de coches nuevos, publicadas por los concesionarios oficiales de la marca. Recuerda que puedes financiar el coche con nuestra herramientas para que resulte más cómodo pagarlo mes a mes. Hora de analizarlo y ver qué ofrece.

Exterior

Seat llegó tarde al segmento de los SUV. Muchos decían que demasiado, pero supo hacerse un hueco en esta categoría tan contenida, hasta el punto de liderar el mercado con el Arona. Sin duda el diseño fue uno de los puntos fuertes, sin estridencias y buscando gustar a todo el mundo.

Las mayores novedades en la puesta al día fueron en la parte frontal, apenas una nueva parrilla que tomó el camino que inició el Tarraco. También variaron ligeramente las formas de las luces delanteras, que pueden ser Fulll LED en los acabados más sencillos. Los paragolpes tienen también una apariencia más robusta.

No variaron sus dimensiones, con 4.381 mm de longitud, de los cuales 2.638 corresponden a la distancia entre ejes. Otras cotas son los 1.841 mm de ancho y 1.615 mm de altura. Las silueta no cambió, apenas nuevos juegos de llantas disponibles, de 16 pulgadas en las terminaciones más sencillas y de 17 en el acabado probado Style Go.

Ya en la zaga, los faros estrenaron nuevas formas y el logo adoptó un tramado bidimensional. Lo más visible de las novedades fue el nombre del modelo, que pasa a ocupar la parte central del portón del maletero y tiene una tipografía diferente, como si hubiese sido escrita a mano.

Interior

Por dentro, los cambios en el Ateca fueron igual de sutiles, centrados sobre todo en la mejora de conectividad y de algunos materiales de recubrimiento. Los ajustes entre piezas continúan siendo muy buenos.

Destaca la pantalla central, de 9,2 pulgadas del sistema multimedia en la unidad probada, si bien de serie monta una de 8,1. Es muy completa, cuenta con control gestual y conectividad con el móvil con Apple CarPlay y Android Auto inalámbrico. Dos tomas de tipo USB-C o la zona de carga inalámbrica ayudan a no separarse del móvil.

Tras la actualización se cambió el volante y me gusta que ahora incluya los mandos del control de velocidad de crucero, olvidando el mando satélite a la izquierda. Tras el volante vemos un cuadro de instrumentos digital con diferentes modos para visualizar la información, muy abundante. Es opcional, otras versiones más sencillas cuentan con relojes analógicos.

Y no hay variaciones en espacio o habitabilidad. Buen espacio delante y detrás suficiente altura y espacio para la cabeza para dos adultos, incluso si equipas un techo solar como el que tenía nuestra unidad de pruebas. En cuanto a la anchura, no es el mejor para tres (pocos SUV compactos ofrecen una buena cota aquí). Además, el túnel central es bastante voluminoso y el asiento central no es tan mullido como los laterales. Tenemos, eso sí, aireadores para salida de la climatización y un par de tomas USB-C.

Maletero

Como es habitual en las puestas al día de vehículos, no hubo cambios en la capacidad de carga. El maletero conservó los 510 litros de capacidad… en las versiones de tracción delantera. La cifra se reduce a 485 litros si eliges la tracción total (solamente disponible con el gasolina más potente.

Tiene formas muy regulares que lo hacen aprovechable, a pesar de que no es de los más grandes del segmento, en parte porque el tamaño exterior es bastante contenido. Eso sí, hay que salvar un escalón desde el borde de carga hasta el piso. Bajo él, por cierto, contamos con una rueda de repuesto temporal.

No faltan detalles como toma de 12 V o incluso una de 220 que resultan muy útiles, así como perchas o ganchos para fijar la carga. El espacio que deja libre el portón es bastante amplio y eso facilita cargar objetos grandes. Para este menester ayuda también abatir los respaldos traseros, con lo que queda un espacio de 1.604 litros de capacidad.

Motor

La gama mecánica sigue sin electrificación de ningún tipo. Al Ateca le ocurre lo mismo que al Skoda Karoq que pasó hace poco por la sección de pruebas: sus equivalentes compactos (Seat León y Octavia con los que comparten plataforma), sí que cuentan con ella.

Hay versiones diésel, con el 2.0 TDI de 115 y 150 CV y gasolina, el 1.0 TSI de 110 CV. E 1.5 EcoTSI de 150 CV y, en lo más alto de la gama, el 2.0 TSI de 190 CV con tracción total 4Drive. Todos ellos, con la etiqueta C.

El gasolina de acceso es una de las más demandadas. Monta el bloque de tres cilindros en línea sobrealimentado, que entrega sus 81 kW de potencia máxima (110 CV) a las 5.00 rpm, con un par máximo de 200 Nm estable entre las 2.00 y 3.000 rpm. Sobre el papel, un propulsor suficiente para una conducción tranquila, ya que completa el 0 a 100 m/h en 11,3 segundos, con una punta de 180 km/h y un consumo combinado de 6,0 l/100 km con el acabado Style Go que tenemos entre manos.

Comportamiento

Con este propulsor bajo el capó, el Seat Ateca marca en la báscula 1.341 kg. Es una cifra bastante contenida y de ahí que, a ritmos tranquilos y sosegados el propulsor mueva bien el coche. Responde con suavidad y la caja de cambios manual de seis relaciones tiene un buen tacto.

Mencionamos tan pronto a la transmisión porque hay que usarla a menudo cuando necesitas que el coche dé de sí. Hablamos de un modelo de acceso, sin una potencia o par enormes y cuando viajas en autovía o en zona con pendientes, hay que tirar de ella para que el motor responda.

Y es que, desde luego, incluso con esta mecánica, el Ateca es uno de los mejores del segmento en cuanto a dinamismo de chasis, con una puesta a punto fabulosa para tomar curvas. La suspensión tiene un buen tarado y el comportamiento se acerca al de un compacto, combinado con una dirección precisa. Es estable en estos entornos.

Si quieres que el coche se mueva animado, además de tirar del cambio para llevarlo alto de vueltas, será difícil conseguir los consumos homologados. Te moverás en cifras cercanas a ellos en carreteras secundarias a ritmos tranquilos, pero es autovía, sobre todo con pendientes prolongadas, ver en el ordenador de a bordo cifra superiores a los 7 l/100 km no resulta extraño. Y en ciudad, más de lo mismo: no contar con un mínimo grado de electrificación hace que suba el gasto en circulación urbana.

Opinión coches.com

Muchas veces se nos critica a los periodistas del motor porque probamos versiones muy potentes o equipadas. Es de agradecer que Seat nos haya cedido uno de los modelos de acceso de un SUV que ha retomado en 2023 las buenas cifras de ventas. Esta versión es además muy demandada y dinámicamente supera las expectativas que uno se hace con la versión más básica de un todocamino compacto.

Obviamente, su motor no es tan redondo para un coche de su tamaño como puede ser el 1.5 TSI de 150 CV. No viajas tan holgado te obliga a jugar con el cambio, pero a ritmos normales mueve bien el coche y el Ateca puede adelantar sin demasiados problemas.

No contamos con este motor con un cambio automático que, curiosamente, sí se ofrece en el Arona (ver prueba). Este solucionaría tener que jugar a veces tanto con la palanca, que, de todos modos, tiene buen tacto.

Los cambios estéticos no fueron tampoco extremos y eso no podemos decir que sea malo. Han mejorado los acabados y la conectividad, los aspectos donde debían incidir y con ello debería mantener el ritmo de ventas, a pesar de no contar con mecánicas con etiqueta ECO, cada vez más importantes para algunos conductores, sobre todo a la hora de entrar con el coche en ciudades.

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