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Mario Nogales

Toyota Gazoo Racing Experience: probamos en circuito lo más deportivo de la marca

«Toyota solo sabe hacer híbridos», hemos escuchado en más de una ocasión. Este extendido cliché cada vez va teniendo menos fundamento gracias a los últimos movimientos de la marca japonesa. Es cierto que su negocio y sus volúmenes de ventas están asegurados gracias a la tecnología híbrida, algo que llevan fomentando durante las dos últimas décadas. Sin embargo, también tienen hueco para productos más pasionales, precisamente eso nos han demostrado con la primera Toyota Gazoo Racing Experience.

Asistimos al madrileño Circuito del Jarama para lo que la marca considera una prueba piloto. Somos los conejillos de indias de un evento que pretende ser el primero de muchos. A partir del próximo año comenzarán estas experiencias con clientes y seguidores de la marca con un objetivo claro: mostrar como las tecnologías de competición pasan a los coches de calle. Y, de hecho, lo hacen de una forma magistral y cada vez más clara.

Gazoo, que significa imagen en japonés, nació en 1998 y al poco tiempo quedó ligado de forma inexorable a las actividades de la marca en competición. No son pocas, actualmente tienen el foco puesto en el Campeonato Mundial de Resistencia (WEC), en el Campeonato Mundial de Rallyes (WRC), en el Dakar y en otras competiciones como la Nascar o el Super GT japonés. Los éxitos han hecho que aflore el «fenómeno fan», algo potenciado notablemente en nuestro país por la llegada de Fernando Alonso.

Si empezamos por el WEC, destaca la tecnología híbrida, algo que se aplica (a menor escala lógicamente) en los modelos de calle. El próximos Toyota Corolla estrena una nueva mecánica híbrida con 180 CV que promete bastante. Si seguimos por el WRC, se puede tomar la diversión en la conducción, algo que actualmente vemos en los modelos de calle Toyota GT 86 y Yaris GRMN. El máximo exponente dentro de poco será el Toyota Supra y en un futuro ya se rumorea acerca de nuevos modelos herederos de Celica o MR2.

Aunque de un modo menos deportivo, también hay que mencionar la influencia que tiene el Dakar en modelos como los actuales Toyota Hilux y Land Cruiser. Incluso se verá reflejado en la nueva tracción total AWD que estrenará el Toyota RAV4. El objetivo final de todo esto es el de rejuvenecer y emocionalizar la marca. Además de los deportivos que hemos citado, también se abren nuevas posibilidades con el Toyota Yaris GR Sport, misma mecánica pero aspecto y puesta a punto más dinámicos. También se pretende hacer embajadores de marca con los productos de la Toyota Collection.

Pero todo lo dicho anteriormente es pura teoría. El público es exigente (y nosotros también) y quiere comprobar de primera mano que es verdad toda esa influencia de competición. De esta forma se desarrolla la Toyota Gazoo Racing Experience, que nos da la posibilidad de probar en circuito dos modelos de calle (los ya citados Toyota Yaris GRMN y Toyota GT86), además de dos ejemplares de competición, un Toyota Aygo y un GT86 con especificaciones de circuito.

Toyota Aygo Copa

Nos toca empezar por el más pequeño (pero matón), el Toyota Aygo de la Copa Kobe vestido con los colores de Gazoo Racing. Charlando antes con algunos de los pilotos que han aportado en su puesta a punto nos dicen que es una de las opciones más interesantes y baratas para comenzar en el mundo de la competición. Este ejemplar tiene un precio alrededor de los 16.000 euros ya preparado y sus cualidades hacen que sea una cuna interesante.

Nos sentamos en el peculiar Aygo y vemos algunos elementos como la instrumentación o la palanca de cambios de serie. Pero lo demás ha sido altamente modificado, incluye jaula de seguridad, asientos de competición con arneses de seis puntos, un volante que también nos transporta a las carreras y los paneles interiores han sido sustituidos por fibra de carbono. De esta forma logra un peso aproximado de 900 kg por exigencias de la competición.

A ralentí y con el casco puesto apenas oigo el sonido de su motor, que sorprendentemente es el mismo tres cilindros 1.0 VVT-i, aunque en este caso desarrolla 78 CV (el nuevo de calle tiene 72 CV). A priori podría parecer aburrido, pero nada más alejado de la realidad. El nuevo escape y la suspensión le dan un carácter inédito al pequeño urbano. Afrontamos la primera curva después de la salida de boxes y nos muestra de lo que es capaz.

A pesar de llevar neumáticos de calle en sus pequeñas llantas de 14 pulgadas, el Aygo se comporta de forma ejemplar. Cuando coges confianza te anima a pasar cada vez más rápido en cada viraje (aunque en recta o en la subida Pegaso le cueste ganar velocidad). Uno de los aspectos que más sorprende es la frenada, las pastillas de competición obran maravillas y consiguen pararlo con celeridad. Su corta distancia entre ejes hace que sea nervioso y que tenga su punto divertido.

Toyota Yaris GRMN

Bajamos de la «pelotilla» para subirnos en el Toyota Yaris GRMN. Una gozada poder contar con 3 de las 7 unidades que hay en España de este ejemplar (400 unidades en Europa). Lo primero que se aprecia es que estamos ante algo serio de verdad. La aceleración es mucho más acusada que en el Aygo, aquí tenemos bajo el capó al motor 1.8 Dual VVT-iE, un bloque sobrealimentado por un compresor Magnuson Eaton que es pata negra.

Entrega nada menos 212 CV y 250 Nm de par y lo hace de una forma espectacular. Nos invita a llevarlo alto de vueltas, casi como un atmosférico y apurando las marchas hasta casi el corte, da lo mejor de sí a partir de las 4.000 rpm y casi hasta las 7.000 rpm. La caja de cambios manual es una delicia, rápida y directa. Por no hablar de la conseguida puesta a punto que recibe su chasis y que lo convierte en un claro referente en el segmento.

No estamos ante algo tan extremo como los de competición, pero la suspensión gana firmeza gracias a unos amortiguadores Sachs Performance que también reducen la distancia respecto al suelo. La dirección se muestra bastante comunicativa y eso se agradece en estas circunstancias. En definitiva, la receta perfecta para disfrutar de unas tandas en circuito, amenizada por la dulce sinfonía que nos regala su escape central.

Rodar rápido con él se antoja sencillo, es muy rápido y equilibrado. Del Yaris GRMN nos sorprende su agilidad en curvas enlazadas y cambios dirección rápidos, pesa solamente 1.135 kg y gracias a ello tiene un destacado ratio potencia de 5,3 kg/CV. Además contamos con la garantía que aporta un elemento como el diferencial autoblocante Torsen, que nos ayuda a redondear cada trazada gestionando el reparto de par entre las ruedas.

Toyota GT86

El Toyota GT86 es un viejo conocido para nosotros. Lo probamos durante el pasado año y nos sorprendió para bien, siendo una de las opciones más recomendables para puristas. El coupé con motor delantero y tracción trasera ahora ha recibido algunas mejoras que lo hacen aún más competitivo. En él nos sentamos en una posición baja y deportiva, mientras que sus asientos nos recogen a la perfección. Algo necesario, pues se avecinan curvas.

El elemento más característico de este modelo es su motor cuatro cilindros bóxer de 2.0 litros. Es de origen Subaru desarrolla 200 CV y 205 Nm de par. Se trata de un atmosférico y hay que conducirlo como tal, aprovechando la parte alta del cuentarevoluciones y sintiendo cerca el corte de inyección, algo que sucede a las 7.500 rpm. En este caso lo hemos conducido con la caja manual, la que mejor liga con este modelo y ayuda a sacar su máximo rendimiento, a mi parecer.

No es extremadamente rápido (el Yaris GRMN sin duda acelera más rápido), pero es tremendamente divertido. Que sea un vehículo de propulsión hace que las sensaciones se incrementen en circuito y que nos obliguemos a aprender a conducirlo. La tendencia sobreviradora que esperábamos experimentar es bastante controlable, siempre que tengas claro su límite. De hecho, es un coche bastante noble y que también podríamos considerar de escuela.

Las suspensiones son firmes y la dirección comunicativa, algo que nos ayuda en cada una de las trece curvas del Jarama. Con cada paso por meta la confianza se incrementa y nos da la sensación de que los tiempos mejoran (aunque no haya mediciones). Los nuevos frenos Brembo sorprenden por su mordida progresiva y por su resistencia a pesar del uso intensivo (eso sí, había una vuelta de refrigeración entre tandas para preservar su estado.)

Toyota GT86 N3

Terminamos la jornada subiendo al que probablemente fuera el más espectacular: el Toyota GT86 N3. Esta variante de competición tenía una preparación ligera, nada extremo si tenemos en cuenta el potencial del coche. A nivel estético lo que más destaca es el enorme alerón fijo y las llantas más pequeñas que las de serie. En el interior todo ha cambiado, se ha reforzado su seguridad con la jaula y transformado todos los paneles para aligerar.

El acceso a su interior es complicado y sentarse en su baquet con arnés de seis puntos es claustrofóbico, pero una vez ahí te pica el gusanillo de la competición. Te sientes como un piloto y experimentas como es lo de salir con un embrague cerámico que apenas tiene tacto. Si decíamos anteriormente que el GT86 era firme, sus suspensiones ahora nos parecen de chicle comparadas con las de este ejemplar con amortiguadores y muelles Tecnoshock.

Nada más salir al asfalto notamos como si nuestros sentidos se hubiesen hiperdesarrollado, notamos todo incrementado en nuestra espalda, pies y oídos. La melodía que surge de su escape ARC de competición hace que tengamos que hablar con nuestro copiloto por el intercomunicador integrado en el casco. Llama la atención que mantenga la misma potencia que el GT86 de serie, a nosotros nos parecía ir mucho más rápido.

Y realmente era así, pero no por su aceleración o por la velocidad punta. Empezamos a notar que en algunos puntos del circuito donde habíamos levantado el pie con el GT86 de serie, con este de competición pasamos a fondo. A pesar de mantener la tracción trasera su capacidad de tracción es sencillamente increíble y además contamos con unos neumáticos slick de Michelin que aseguran un agarre brutal.

En definitiva, la Toyota Gazoo Racing Experience es una forma de comprobar que la marca japonesa tiene su parte emocional y que esa parte cada vez está ganando más protagonismo. Esperamos poder más de estos eventos con los

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