Si hablamos de cambios automáticos, hay unos cuantos nombres que te vendrán a la cabeza. Cada fabricante de coches suele utilizar su propia denominación para estas transmisiones (véase el Powershift de Ford) y hay algunas que ya tienen una popularidad encomiable. Probablemente el más reconocible de todos es el cambio DSG del Grupo Volkswagen, que ha sido montada en más de 26 millones de vehículos desde su lanzamiento.
En la actualidad, la tendencia de los cambios automáticos es ascendente en muchos mercados. Cada vez más usuarios se animan con este tipo de transmisiones por sus ventajas (aunque también tienen algunos inconvenientes). A día de hoy, el cambio DSG va montado en aproximadamente el 40 % de los Volkswagen Golf, en el 30 % de los Volkswagen Polo y hasta el 70 % en los Volkswagen Passat. Por este y otros motivos, se merece un repaso a fondo para conocer su historia, su funcionamiento y mucho más.
Historia del cambio DSG
Las siglas DSG vienen de Direct Shift Gearbox y fueron acuñadas por primera vez en el año 2003. Se trata de una caja de cambios automática de doble embrague que supuso una revolución para la marca y que mejoraba en casi todos los aspectos a la anterior transmisión de convertidor de par (que era más lenta, imprecisa y cara). El primer modelo en llevarla fue el Volkswagen Golf R32 (MK4), demostrando que el nuevo cambio podía ser montado en un deportivo.
Al poco tiempo saltó al Audi TT 3.2 quattro (bajo la denominación S tronic, eso sí) y a partir de ahí la expansión fue notable y pasó a muchos modelos de Volkswagen y de otras marcas del Grupo VAG. Podemos hablar de que el DSG fue el cambio que consiguió democratizar los automáticos por su bajo coste y buen funcionamiento (del que hablaremos a continuación). Los cambios de doble embrague ya habían sido probados por otras marcas y en competición, pero el DSG inició su verdadera expansión.
Funcionamiento del cambio DSG
Las cajas de cambio automáticas de doble embrague tienen una configuración muy particular y reconocible. Al uso, se trata de dos cajas de cambio manuales que van unidas y que funcionan en paralelo. Cada una de ellas tiene su propio embrague y tres o cuatro velocidades, porque Volkswagen ha tenido DSG de seis y de siete marchas. Como se puede ver en el esquema anterior, una caja tendrá las marchas 1ª, 3ª, 5ª y 7ª (si procede) y la otra tendrá las marchas 2ª, 4ª y 6ª.
Como decíamos, su funcionamiento consigue coordinar estas dos cajas para lograr una transición entre marchas muy rápidas. Por ejemplo, cuando se engrana la primera marcha y se empieza a rodar, el segundo embrague está desacoplado aunque ya tiene seleccionada la segunda marcha. Así que cuando sea necesario se hará ese cambio en apenas 40 milisegundos. Esa acción se hará repetidamente, siempre teniendo preseleccionada alguna marcha para que no se note ese salto entre marchas.
Los cambios son realizados a través de la unidad de control mecatrónica, que es el cerebro del sistema y la encargada de saber cuándo es necesario el cambio gracias a una serie de sensores. Además de cambiar de forma automática, la transmisión DSG también tiene una opción secuencial que permite al usuario cambiar cuando quiera. Las levas en el volante serán una alternativa interesante para lograr una mayor implicación en la conducción.
Mantenimiento y averías del cambio DSG
En el caso del cambio DSG es necesario un mantenimiento básico para un correcto funcionamiento y alargar su vida útil. Se habla de un cambio de aceite y filtro cada aproximadamente 60.000 kilómetros. Ese aceite es el que baña tanto a los embragues como a la unidad de control mecatrónica, por lo que si no está en un estado óptimo pueden llegar las averías. Con llevar ese mantenimiento al día, la fiabilidad de los cambios de doble embrague suele ser bastante buena.
Popularidad y evolución del cambio DSG
Como decíamos, en los últimos años hemos podido ver cambios DSG 6 y DSG 7. El primero es el original y admitía cifras de par bastante altas en su época (hasta 350 Nm de par). Después llegó una variante de siete marchas con embragues secos cuya principal desventaja era que solo podía llegar hasta los 250 Nm de par. En la actualidad ya tenemos un DSG 7 con embragues bañados en aceite que es el que aparece en la mayoría de modelos nuevos y que ya acepta cifras de par por encima de las anteriores.
Con el tiempo, la transmisión DSG ha ido evolucionando para mejorar en casi todo. Ahora es un cambio más rápido y eficiente, ya no hay tanta diferencia en consumos respecto a una caja manual y las prestaciones del vehículo mejoran considerablemente. Hace tiempo se comenzó a hablar de un cambio generacional, que se materializaría en un DSG de 10 velocidades, aunque finalmente se descartó esta opción temporalmente. Parece que el actual DSG todavía tiene recorrido y que estará presente algunos años más.
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