Muchas veces el desconocimiento o el afán por tener el coche a la última pueden hacer que tu coche no sea todo lo cómodo que pudieras desear y te acabe acarreando problemas más graves de salud como dolores de espalda o contracturas, sobre todo si pasas muchas horas al volante. Sin embargo, no te preocupes porque hoy te traemos las claves para que tu coche luzca «molón» y no tengas que renunciar a la comodidad.
1. Forma del asiento
Es fundamental escoger un asiento cómodo que nos permita adoptar una postura correcta a lo largo de todo el recorrido y que no sea muy blando -ya que tienen más posibilidades de fatigarnos, sobre todo en los viajes largos-, y comprobar que podamos apoyar correctamente los muslos, la parte superior de la espalda, la zona lumbar y las caderas. Si el fabricante de coches que estás buscando ofrece la posibilidad de unos asientos ergonómicos, el desembolso extra te merecerá la pena.
2. Reposacabezas
El objetivo del reposacabezas es evitar el movimiento de la cabeza hacia atrás en caso de un frenazo brusco o de un choque. Por tanto, no lo trates como si fuera una almohada.
Hoy en día, la mayoría de los reposacabezas son regulables en altura y en profundidad o inclinación. Esto es muy importante, ya que si llevas coleta o sufres problemas de cervicales puedes adaptarlo como mejor te convenga.
3. Volante
La altura y la inclinación del volante respecto al suelo van a ser fundamentales para nuestro confort durante la conducción. Por ejemplo, un volante alto y muy inclinado hará que nos sentemos muy próximos a él para poder girarlo y nos producirá tensión en los hombros. La posición del conductor frente al volante le debe permitir que al extender los brazos, las muñecas se queden sobre la parte alta del mismo. Por otro lado, para completar la postura correcta, los hombros no deben separarse de la parte alta del respaldo, teniendo en cuenta en todo momento lo que vemos hacía adelante.
4. Techo solar
En caso de accidente los techos solares son menos fiables y seguros que los techos normales porque son menos rígidos. Además, este tipo de techos hace que se pierda algo de altura en el interior de los vehículos, por lo que si eres muy alto podría causarte problemas.
5. Neumáticos
En general, unas llantas grandes son sinónimo de estética. Sin embargo, con unas llantas grandes vamos a notar como el coche va más «duro», hace más ruido, y vamos a notar más los baches. Por lo tanto, en este caso, a no ser que la velocidad sea una de tus prioridades, la pérdida de confort no compensa la estética.
6. Superficies acristaladas
Las superficies acristaladas aunque visualmente queden muy bien y llegue más luz al habitáculo, al final van a dotar al coche de una mayor temperatura. Por tanto, es mejor escoger coches que permitan incorporar algún tipo de cortinilla o cristal atérmico (absorben los incrementos de temperatura), ya que en un viaje largo, el sol nos castigará menos y la climatización del vehículo será más fluida.
7. Regulador de temperatura
El aire acondicionado tiene que ver tanto con el confort como con la seguridad. Importancia extra tienen las salidas del aire traseras regulables, ya que harán que los pasajeros que se sienten atrás puedan dirigir ese chorro de aire como más les plazca.
8. Cambio automático
Obviamente los coches automáticos son mucho más cómodos que los coches manuales y son pocos los conductores que después de probarlos vuelven al modo de conducción manual.
Con el cambio automático te olvidarás de tener que embragar o de los riesgos de llevar el motor o muy alto o muy bajo de revoluciones. Si te lo puedes permitir es, sin lugar a dudas, una muy buena alternativa.
Vía: Autopista