Adquirir un coche nuevo debería ser una experiencia agradable, pero, en muchas ocasiones, más de las que nos gustaría, todo el mundo comete errores y fallos que acaban convirtiendo la experiencia en un mal trago difícil de digerir. Para dar con el coche adecuado y que todo el proceso de compra se desarrolle con el menor número de incidentes posibles, hemos resumido en diez puntos los errores más habituales que se tienen al comprar coche nuevo:
1. No saber qué combustible elegir
En 2014, un 66,7% de los compradores se decidieron por un coche diésel. Se trata de una cifra alta, pero que ha ido bajando en los últimos años. Y es que, aunque parezca mentira, hasta un 25% de los compradores de diésel no aciertan si atendemos a los factores meramente económicos. Sin querer extendernos demasiado en las bondades de cada combustible, recordamos el estudio de Lease Plan en 2013, que indicaba cuál es la mejor opción en función del uso que dé al vehículo cada conductor:
Diésel
Los motores diésel consumen menos es algo que la mayoría de la gente conoce (aquí te explicamos por qué). Por regla general, conviene elegir un motor diésel a medida que el modelo que uno desee sea más voluminoso y pesado, ya que la ventaja de consumo es mucho mayor. Para saber cuándo compensa, lo ideal es hacer el cálcular cuánto tardas en amortizar el coche diésel, empleando una sencilla fórmula. Lo habitual es que si haces más de 15.000 – 20.000 km al año (depende de la diferencia de precio del coche) te compense el coche diésel. Son todavía más ventajososo cuando realizas un 70% de tus desplazamientos o más por autopistas o vías rápidas.
Gasolina
Son más baratos de mantener, con un comportamiento mucho más refinado que los propulsores diésel. Cuando el porcentaje de km en carretera disminuye se empiezan a convertir en aconsejables. Para ello más del 50% de los km recorridos han de ser en ciudad, y de los realizados en carretera, cuantos menos sean en vías rápidas, mejor para tu bolsillo.
Híbridos
Si el porcentaje de kilómetros recorrido en zona urbana aumenta, en el mismo porcentaje aumentan los beneficios de contar con un motor eléctrico que ayude. Eso significa que sale rentable si realizas un 90% o más km en zona urbana (¿entiendes ahora por qué hay tanto taxi híbrido?). Hace tiempo Lease Plan publicaba un estudio
Eléctricos
Poco a poco empiezan a compensar, ya que su coste de utilización es el más bajo con difrencia (en torno los dos euros cada 100 km). No obstante, tienen limitaciones, sobre todo su reducida autonomía, la escasez de puntos de recarga y su precio elevado, comparado con coches equivalentes. Las ayudas a la compra ayudan a disipar las diferencias, pero no son aconsejables como único vehículo en el hogar, por el momento.
Te pueden ayudar:
Los diez coches diésel que menos consumen [Edición 2014]
Los diez coches gasolina que menos consumen [Edición 2014]
2. No dar con el motor (y el cambio) adecuado
El motor es el corazón de todos los vehículos… pero no todos los propietarios saben (ni quieren) saber de mecánica. En nuestra guía para elegir motor te explicamos las claves para acertar. La potencia mínima (y recomendable) por tipo de coche, los tipos de motor, la «plaga» del turbo en los motores modernos, número de cilindros y su disposición, materiales con que se fabrican los motores… Tardarás en leerlo menos de cinco minutos y no te convertirás en un experto, pero te garantizamos que la elección del motor para tu coche será mucho más razonada… y posiblemente razonable.
Si el motor es el encargado de transformar la energía del combustible en movimiento, has de saber que luego hay que llevarla a las ruedas para que el coche se mueva. De ello se encarga la transmisión. En España, tradicionalmente, siempre han predominado los cambios manuales, pero de un tiempo a esta parte ha aumentado mucho la demanda de transisiones automáticas. Es cierto que suponen un sobrecoste importante en algunos modelos, que su mantenimiento es algo más caro también… pero no cabe duda de que se gana en comodidad, seguridad… y en fiabilidad de la mecánica en general. Hay diversos tipos de cambio automático en el mercado, cada uno con sus pros y contras determinados.
3. Elegir equipamiento que te acabará pasando factura
Hace no demasiado tiempo hacíamos hincapié en el equipamiento extra que acaba costando dinero. Entonces ya señalábamos algunos elementos que pueden acabar pasando factura ya que ocasionan gastos a posteriori que, en ocasiones, no hacen demasiada gracia. Entre sllos, señalábamos las llantas más grandes de aluminio, la tracción total (aumenta la seguridad, pero también el peso del coche y su consumo), la tapicería de cuero o el GPS integrado. Los techos solares son bonitos… pero disminuyen la rigidez del coche y, con el tiempo, pueden originar ruidos y tener problemas de estanqueidad.
Cierto es que, aunque no supongan un sobrecoste más adelante, también se puede prescindir de elementos como la suspensión deportiva, los faros LED (que aunque no se funden, iluminan menos y son bastante más caros), asientos con calefacción, arranque por botón, sensores de lluvia y luces, conexión a Internet… Nada está de más en el coche, pero si uno suma todos los equipameintos, al final el ahorro en elementos prescindibles puede ser considerable.
… olvidarse de elementos que harán que tu coche se devalúe demasiado
No somos amigos de comprar coches básicos, las opciones más baratas que se pueden encontrar en concesionario. Tal y como te contamos en nuestra guía de equipamiento del coche, hay elementos cuya falta solamente conseguirá que tu coche no se venda bien. Un ejemplo: las tomas de USB hace unos años podían ser opcionales, pero hoy un coche se vende mucho mejor si cuenta con ellas.
Nunca nos cansaremos de recomendar que se invierta en sistemas de seguridad. Elementos como el ESP (control de estabilidad) o los anclajes ISOFIX ya son hoy equipamiento obligatorio en los coches nuevos. Presta especial atención a estos cuatro elementos: AEB, LKA, BSM, DDD, unas siglas que puede que no te digan nada, pero que habrían salvado la vida a 420 personas en España en 2013.
Además de esto, debes tener en cuenta elementos que sí benefician a tu seguridad, caso del aire acondicionado (va en favor del confort y de la seguridad), los retrovisores térmicos (que se desempañan automáticamente) o el volante multifunción, que evita tener que soltar las manos para atender menesteres cotidianos (cambiar el dial de la radio, atender una llamada, subir y bajar el volumen…).
4. No saber cuánto te puedes gastar
Una de las máximas a la hora de comprar un coche (o cualquier otro bien) es definir el presupuesto con el que cuentas y ajustarse a él. En la sección de consejos de compra de coche puedes encontar gran cantidad de artículos que te pueden guiar sobre qué coche comprar. Es clave resistir la tentación de comprar un coche que no puedes permitirte, por mucha ilusión que te haga.
Cometer este «pecado» puede comprometer seriamente tu salud financiera. Eso supone que, al final pierdas el dinero y el coche soñado. Por esta razón, la regla del 20 / 4 /10 puede ayudarte. Son tres pasos muy básicos que todo el mundo debería tener en cuenta para que la compra de coche no se convierta en un futuro ahogo económico.
Si has de financiar la compra del coche, hemos explicado en nuestra sección de financiación en que consiste todo el proceso, así como los términos financieros que conviene conocer para no llevarse sorpresas:
- Nivel de endeudamiento y tipo de préstamo de coche
- ¿Dónde financiar el coche?
- ¿Qué es el cuadro de amortización?
- Condiciones del contrato de préstamo de un coche
- ¿Qué necesitas para poder acceder a un préstamo de coche?
5. No tener en cuenta la devaluación de tu coche actual
Está bien tener un coche y quererlo como si fuese tu hijo… pero desde un punto de vista meramente financiero, eso suele ser un verdadero desastre. Y es que, cuantos más años tienes un coche, más se deprecia, más cuesta su mantenimiento y se hacen menos kilómetros. Para saber si ha llegado la hora de venderlo, Audatex, compañía especializada en soluciones de valoración de siniestros, nos da una serie de pautas centradas en los factores de antigüedad, rodaje y mantenimiento para decidir convenientemente cuándo vender para optimizar el retorno de la inversión.
Un coche llega a su fin cuando su valor venal aún es suficiente como para venderlo y recuperar algo de la inversión… pero sus prestaciones de consumo, confort y estética son muy inferiores al coche nuevo que eres capaz de pagar. Hace tiempo elaboramos también una guía en diez pasos parasaber si conviene reparar el coche o comprar uno nuevo, pues antes o después llegará el momento de tomar una decisión.
6. No buscar el mejor precio del coche
El mercado de los vehículos nuevos tiene sus particularidades. Una empresa (el fabricante) se encarga de producir el vehículo, pero no cuenta con tiendas propias donde venderlo, sino con una red de distribuidores (los concesionarios) que pueden marcar sus propios precios de venta, que siempre son más bajos de los que recomienda el fabricante. Este sistema (así impuesto por las leyes de distribución) permite que el fabricante se centre en lo que relamente sabe hacer (producir el vehículo), dejando en otro ente especializado las tareas de venta, entrega del coche y postventa.
Llegados a este punto… ¿cómo localizar el mejor precio del coche? Hasta hace unos años era bastante común peregrinar de concesionario en concesionario para ver quién hacía la mejor oferta del coche que se quería. Hoy en día esa ARDUA labor la ha facilitado enormemente Internet. No solemos echarnos flores de forma gratuita, pero la sección de coches nuevos de coches.com es líder en el mercado español por algo. Es tan sencillo como ver el modelo que se desea para ver el concesionario que ofrece el mejor precio en toda España. Una vez que rellenes la solicitud, recibirás en tu email los datos de ese vendedor y del venddedor más cercano a tu domicilio que tiene la oferta más jugosa en el modelo que quieres.
¿Es fácil encontrar dónde, verdad? Pues en coches.com también te indicamos cuándo. En nuestros informes de precios mensuales analizamos la evolución de los precios de los coches trabajando con miles de ofertas reales en concesionario, no con los precios recomendados de la marca. Cada mes te indicamos si es el mejor momento (o conviene esperar) para encontrar buenos precios de cada fabricante.
7. No saber cuánto te costará mantenerlo
Por desgracia, hay muchos gastos más allá de la compra del coche. Esos gastos extra incluyen impuestos, seguros… y por supuesto, el combustible. Hay varias formas de calcularlo, pero la más sencilla consiste en hacer una estimación de cuánto gastarás en carburante y sumar a ese dato todos los gastos que supone tener el vehículo (mantenimiento -puedes preguntar en el concesionario por el precio de revisiones-, seguro, impuestos, plaza de garaje… y dividirlo entre los kilómetros recorridos.
Cuanto más caro es el coche, más costará todo esto. El mantenimiento de un coche de alta gama es mucho más elevado. Siempre se suele decir que el TCO (Total Operation Cost) de un coche generalista equivale en diez años a lo que costó comprarlo, así que en el caso de un coche de lujo esto se produciría antes. Poco importa lo que te gusta el coche: llega un momento en que no puedes mantenerlo, como le ocurrió a este periodista inglés, que mantener su Ferrari se convirtió en una pesadilla y tuvo que venderlo. También sabemos que los coches fabricados en Europa son más baratos de reparar, según un estudio.
8. No saber negociar en el concesionario
Los concesionarios juegan con un margen de beneficio y podrán o no (según diversas circunstancias) ajustar su precio más o menos a tus necesidades. Eso no significa que sea Jauja, sino que siempre puede haber pequeñas argucias para tener un mejor precio. He aquí algunos trucos:
- Pequeñas atenciones comerciales: ¿Sabes, por ejemplo, que las alfombrillas o la rueda de repuesto son extras en mucho vehículos? Comprueba bien el equipamiento de tu coche antes de firmar. Es posible que detalles como este corran a cargo del concesionario si les urge cerrar la venta.
- Atención a la matriculación del coche: Hay concesionarios que exageran mucho el coste de matriculación del vehículo. Conocemos casos de incluso el doble de lo que cuesta ir a Hacienda y a la Jefatura de Tráfico. Es más cómodo que lo haga el concesionario, sin duda alguna, pero si ves que es exagarado, pide rebajas en ese punto.
- Técnicas de persuasión: A los buenos comerciales parece imposible decirles que no a algo. Son simpáticos, cercanos… pero no por ello hay que dejar que influyan en tu decisión de compra. Elige el coche que te guste a tí, que cumpla con tus necesidades… y no el mega chollo que de repente te descubren «porque eres tú».
9. No probar el coche que quieres comprar
Es bastante habitual que el concesionario no disponga exactamente de un vehículo de pruebas idéntico a la versión que te interesa. Normalmente disponen de una versión de cada modelo, con un motor determinado. Lo ideal es que preguntes en varios concesionarios por si tienen la versión más similar al modelo en el que estás interesado (motor, cambio, equipamiento…) y probarlo allí.
Al probar el coche, tómate tu tiempo, sin agobios y, en la medida de lo posible, combina tramos de carretera, ciudad y autopista. Como señalábamos en nuestros consejos para probar coche, siempre con la radio apagada, para comprobar ruidos aerodinámicos, rumorosidad del motor… Ten en cuenta también que estas unidades de prueba suelen ir equipadas al máximo para entrar por los ojos, así que pregunta al vendedor cuáles de todos esos elementos irán de serie en la versión que quieres.
Puede parecer algo absurdo, pero hay gente que, en el fragor de la negociación en concesionario, se olvida de comprobar detalles en absoluto nimios, como las plazas traseras o el maletero. Para comprobar que el espacio detrás es suficiente, coloca el asiento del conductor en la posición adecuada para ti (o quien vaya a ser el conductor habitual) y, a continuación, siéntate detrás. En el maletero, comprueba que la boca de carga es lo suficientemente ancha y sus formas lo hacen aprovechable (más allá de los litros de capacidad que anuncia). Si metes a menudo objetos voluminosos (como una silla infantil) llévala al conccesionario y comprueba si cabe.
10. No comprobar el coche cuando te lo entregan
Antes de salir del cocnesionario con tu flamante coche nuevo, hay que comprobar que todo está en orden. Y sí, hay que hacerlo ahí, pues una vez que llegas a casa, si ves que algo no es correcto será más difícil que se solucione.
Uno de los errores más comunes en este sentido es comprobar que el coche incluye las herramientas para la rueda de repuesto (o el kit antipinchazos) o el tornillo antirrobo de las ruedas. También que cuenta con triángulos de emergencia y chaleco reflectante… el concesionario no está obligado a proporcionarlo, pero suele hacerlo (sobre todo para que no puedan multarte nada más salir de la concesión).
Es aconsejable que mires que la carrocería no ha sufrido golpes y no hay daños en el interior. Echa un ojo a ver si funcionan todas las luces, el cláxon, el equipo de sonido, los elevalunas eléctricos… Comprueba también que cumple con todas las especificaciones que solicitaste y, de no ser así, déjalo en el concesionario (una reclamación al departamento de atención al cliente de la marca ayudará a que el problema se solucione más rápido.
Por último, ya solamente falta comprobar que todos los papeles del coche son correctos (ficha técnica, con el número de bastidor troquelado, permiso de circulación, y la factura. En ella deben reflejarse, de forma detallada, todos estos términos, sobre todo para no tener problemas con las garantía, en caso de futuras averías.