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Luis Ramos Penabad

Consejos para conducir con nieve

Hay estudios que indican que un tercio de los conductores españoles no sabe conducir ante situaciones climatológicas adversas. Una de ellas es la nieve. La primera recomendación cuando un manto blanco cubre la calzada es no utilizar el coche. Como eso siempre no es posible conviene saber cómo conducir con nieve con seguridad.

Existen notables diferencias respecto a conducir un vehículo teniendo el pavimento seco (o incluso mojado) o con nieve. Es por ello que resulta vital conocer el estado del vehículo, los neumáticos y quienes viajan en él. Hay algunos asuntos que pueden parecer menores, pero todos tienen su importancia para moverte con seguridad cuando te pones a conducir con nieve:

Antes de salir de casa

No es lo mismo conducir un vehículo cuando nieva que ir vestido para la nieve. Por eso, no conduzcas nunca con el abrigo puesto, para no ralentizar tus movimientos dentro del coche o poder hacer alguno de manera brusca, algo que tendrás que evitar en todo momento.

Es vital también contar con un calzado adecuado para conducir. Las botas con suela muy gruesa impiden que sientas los pedales y a veces puedes acelerar o frenar de más. Si crees que será necesario bajarte del coche es mejor contar con un par de zapatos para conducir y otro adecuado para moverte por la nieve si es menester bajar del vehículo.

Consulta la previsión del tiempo en la ruta que piensas seguir y también posibles alternativas por si la cosa se pone más fea de lo previsto. No te olvides de llevar el teléfono móvil contigo en el vehículo. Cargado y, a ser posible, también un cargador que puedas utilizar en el coche.

Y coge dinero, pues un punto vital es tener el depósito lleno de combustible. En caso de quedar atrapado en la nieve podrás usar la calefacción. Echa un ojo al indicador de depósito de combustible y que no te de pereza parar en una estación de servicio a repostar. De 10 ya contar con todos los elementos que recomendábamos en esta lista, pero sobre todo, presta atención a estos dos:

Cadenas y neumáticos de invierno

Somos muchos los que echamos las cadenas al coche en diciembre y no vuelven al trastero hasta finales de marzo o abril. Sobre todo, los que acostumbramos a visitar puertos de montaña. Recuerda que debes saber cómo ponerlas (en el eje motriz siempre)… y si te ha pillado el toro y has de comprarlas de última hora, conocer bien todos los tipos de cadenas para nieve que existen.

Recuerda que las cadenas sólo son adecuadas con nieve. Por eso conviene que, en función de tus hábitos, puedas plantearte usar neumáticos de invierno o neumáticos todo tiempo. No son para todos los públicos y aquellos que no salgan de zonas costeras españolas con su coche durante el invierno puede que no los necesiten. Pero debes recordar que a menor temperatura del asfalto, mayor riesgo. Y si puedes contar con un “calzado” adecuado para tu coche, mejor.

Coche listo. Retirar la nieve

¿Tienes el coche en la calle? ¿Con la que está cayendo? Si es así, recuerda cómo debes retirar la nieve y el hielo del coche para no dañarlo. No seas perezoso y pienses que ya irá despareciendo con el paso de los kilómetros. Afecta al comportamiento del coche. Y no se te ocurra hacerlo como este tipo, por más que tengas un equipo de sonido con muchos bajos.

Vamos a pensar que ya has puesto el coche a punto para el invierno, revisando elementos clave como dirección, luces, batería, ruedas, frenos (incluido el de mano), limpiaparabrisas, lavaparabrisas y sistema de calefacción. Debes extremar cuidados en esta época del año y recordar, si visitas lugares muy fríos con un coche diésel, que el gasóleo se congela a -15º C.

Arrancar, un proceso delicado

¿Qué ocurre si ya hay nieve cuando vas a poner el coche en marcha? Es posible que patine, así que acelera poco a poco, procurando no revolucionar el motor. Si sigue patinando, emplea una marcha superior si es posible para disminuir la fuerza aplicada a las ruedas y lograr salir. Y mantén en todo momento la dirección recta.

Y recuerda que los sistemas de ayuda a la conducción son tus aliados. Así que mejor dejar conectado el ESP, que aporta seguridad en situaciones de baja adherencia. Pero como todo, hay momentos en que sí puede ser necesario desconectarlo. En concreto dos:

  • Con cadenas puestas: Como aumenta el diámetro de la rueda, se confunde al sistema cuando realiza sus cálculos y puede actuar como si se produjese un deslizamiento (reduciendo potencia y frenando alguna rueda) cuando en realidad eso no sucede. Con las cadenas de tela no ocurre pues no varía el diámetro de la rueda.
  • Rampas o inicio de marcha. En estas situaciones ayuda que las ruedas derrape y escarben un poco hasta encontrar un punto de agarre que permita iniciar la marcha. Ojo, luego vuelve a conectarlos

Circulando

Cada vez que hay un temporal los comentarios acerca de la falta de previsión de las autoridades inundan bares y foros. Pero créeme. Su trabajo es inmenso. Quienes llevamos algunas décadas conduciendo y más viajando no solíamos ver jamás un quitanieves en la carretera, algo más que habitual hoy en día. O que se esparciese sal en las vías de comunicación, evitando que la nieve se acumule y se creen placas de hielo.

Esto viene al hilo de que no has de confiarte si hay sal en la carretera por donde circulas. Puede haber hecho desparecer hielo y nieve, pero también hacen la calzada más resbaladiza, en conjunción con el barro y agua.

Pero volvamos al manto blanco. Lo principal es aumentar la distancia de seguridad respecto a otros coches. Una buena regla al conducir con nieve puede ser dejar 1 m de distancia por cada km/h de velocidad. Parece mucho… hasta que tienes que frenar.  También hay que conducir suavemente. Esto último lo consigues circulando a marchas largas, sin superar los 40 km/h, llevando suavemente volante, freno y acelerador.

¿Sigues lo surcos que han dejado los neumáticos de coches precedentes? Sí, pues esas roderas te evitan los bandazos que puede dar el coche al salirse de ellos. Pero dependerá de cuánta sea la cantidad de nieve existente y de si al haber sido pisada mucho la nieve se ha convertido en hielo. Luego, hay situaciones concretas

  • Frenadas: Hay que frenar a pequeños toques para controlar la dirección, de modo que no se vaya el coche. Olvida eso de bajar marchas en subidas o bajadas, pues el aumento de par aquí no ayuda. Lo mejor es conducir con mucha previsión, adecuando la velocidad mucho antes de que sea necesario.
  • Patinar: Si patinas, levanta el pie del acelerador y controla el coche solamente con el volante hasta colocarlo donde vuelvas a tener tracción. Acelerar aumentará el descontrol del coche… así como frenar, que desequilibraría más la trasera. Esto es lo que sale de manera natural en muchas ocasiones… pero solamente empeora la situación.
  • Curvas: Siempre tómala de manera que el neumático no pierda el contacto. Así que a velocidad constante y sabiendo que puedas necesitar acelerar en algún momento.
  • Bajadas: Si ves que no puedes frenar, lleva el coche hacia una zona con más grosor de nieve acumulada y gira la dirección por completo a un lado, frenando a fondo. Será la nieve quien te detenga. Obviamente este es un punto a usar sólo en aprietos.
  • Subidas: Aumenta un poco la velocidad y súbela en una marcha que te permita completar la subida sin cambiar… y en la que puedas llevar el acelerador como a mitad de recorrido.

Ya en destino

Has llegado sano y salvo, sin problemas tras seguir todos los consejos anteriores Enhorabuena. Pero el viaje no ha acabado, sobre todo si siguen las bajas temperaturas y cayendo la nieve. Así que ahí van un par de trucos:

  • No dejes el freno de mano tirado al máximo: Si bajan mucho las temepraturas puede congelarse y costará mucho quitarlo. Mejor en ocasiones dejar una marcha engranada.
  • Limpiaparabrisas: Son los primeros en quedarse congelados. Lo ideal es dejarlos desplegados y, mejor aún, colocar un cartón o una manta entre la ellos y la luna. Así matas dos pájaros de un tiro: no se congelas y al día siguiente no hay que rascar el cristal. Son algunos de los consejos para cuidar el parabrisas en invierno.

Y recuerda, la sal que has encontrado en el camino daña tu coche, pero hay soluciones.

Fuentes: DGT, RACE, El Confidencial, Autobild

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  • seguridad vial
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