Que los vehículos eléctricos serán parte muy importante de nuestro futuro lo tenemos cada día más claro, lo que aún no sabemos es cómo haremos para aumentar la autonomía de estos. Son muchas las empresas que se dedican a innovar buscando formas de recarga fáciles y rápidas, como las baterías para el hogar de Tesla y Mercedes, las farolas que recargan los coches o las estaciones solares de recarga. Pero, ¿no sería mejor que la propia carretera cargase la batería del coche?
Volvo ya presentó las carreteras con raíles para cargar sus coches, como si de un Scalextric se tratara. Pero la mejor idea la tuvieron unos estudiantes de la Universidad de Stanford, que desarrollaron una tecnología que carga los vehículos de forma inalámbrica gracias a un receptor que va en el autobús y unos cables que están situados por debajo de la carretera, y lo probaron en Corea del Sur con los autobuses eléctricos.
Reino Unido, por su cuenta, ha creado algo bastante parecido. Su idea consiste en la instalación de una tecnología bajo la superficie de la carretera que permite cargar de forma inalámbrica los vehículos eléctricos, aumentando notablemente su autonomía y sin necesidad de realizar largas paradas. Además, instalarían puntos de recarga cada 32 kilómetros. Esperan poder comenzar con las pruebas a finales de este año, todavía necesitan encontrar una empresa que fabrique el sistema, y esperan que estos ensayos duren 18 meses, de los que dependerán las pruebas en carreteras reales.
El Ministro de transportes Andrew Jones afirma que «el potencial de recargar los vehículos de bajas emisiones en movimiento ofrece posibilidades interesantes» y nos explica que «continúan explorando opciones sobre cómo mejorar los trayectos en coche y hacer los vehículos de bajas emisiones más accesibles a las familias y negocios».
Esta iniciativa forma parte del proyecto del gobierno inglés de «Road Investment Strategy», un plan a largo plazo para mejorar las vías. En los próximos 5 años el gobierno va a invertir 12,5 billones de libras en arreglar y renovar la red de carreteras, destinando 500 millones al desarrollo de esta tecnología.
Fuente: Highways England