Mientras que las ventas de coches eléctricos no despegan en Europa, en China van viento en popa. Este año se eperaban vender 5,5 millones de vehículos eléctricos, pero tras un julio espectacular, con 486.000 entregas (un 27 % del mercado de coches nuevos), la Asociación de Automóviles de Pasajeros de China (PCA) elevó la estimación para el total del año a 6 millones.
El mes pasado se duplicaron las matriculaciones de eléctricos respecto a las registradas un año antes, de ahí ese dato espectacular de 486.000 unidades de las 1,84 millones del mercado total. Esta subida tan grande puede suponer un desafíao para algunos fabricantes de automóviles convencionales, que han de adaptarse a un mercado que ha decidido virar a lo elétcrico rápidamente.
El auge de coches y SUV eléctricos es tal que el pronóstico de 6 millones de unidades al año es «bastante cauteloso», tal y como explica la PCA en un comunicado. De hecho, podrían ser más si el último cuatrimestre del año sigue con ese ritmo. En 2021 se vendieron en China 2,99 millones de coches eléctricos, con lo que duplicar la cifra, supone toda una hazaña.
Las marcas preferidas en China
BYD, que a principios de este año finalizó la producción de automóviles exclusivamente con motor de combustión, vendió el pasado mes 162.530 unidades (eléctricos puros como híbridos enchufables). De la fábrica de Shanghái de Tesla salieron 28.217 coches, un 64 % menos que el mes anterior debido a que cerraron varias líneas, pensando en el plan para duplicar su capacidad anual hasta el millón de vehículos.
Hozon New Energy Automobile, empresa de ampenas ocho años, que comenzó dirigiéndose a clientes fuera de las grandes ciudades con automóviles económicos, entregó 14.037 vehículos el mes pasado. Leapmotor Technologies, que compite en el mismo rango de precios, hizo un récord de 12.044 automóviles. Ambos superaron a otros como Xpeng, Li Auto y Nio, que entregaron más de 10.000 automóviles el mes pasado.
¿Adiós ayudas?
Este tipo de vehículos cuenta con subvenciones a la compra desde 2009. El gobierno chino ha invertido más de 28.000 millones de euros en fomentar su compra. El alto coste para las arcas públicas, sobre todo con el rápido aumento de ventas, unido a problemas de fraude hicieron que estos incentivos se revisasen en 2017, con estándares técnicos más altos para ir eliminando gradualmente de las ayudas.
Entonces llegó la pandemia y los gobiernos central y local volvieron a ayudar a la industria automotriz, que vio cómo las restricciones casi acabaron con las ventas a principios de año. En mayo, el gobierno central recortó los impuestos de compra de algunos vehículos de bajas emisiones un 50 %, mientras que los gobiernos municipales apostaron con subsidios e incentivos para atraer compradores.
Si bien estas ayudas, a las que pueden optar tanto las empresas nacionales como las extranjeras, continúen al menos hasta 2023, la idea es que en el horizonte de 2030 los coches eléctricos no cuenten con ayuda de ningún tipo.
Fuente: Autonews