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2007 Dodge Demon Roadster Concept (1)
Luis Blázquez

Dodge Demon Roadster Concept: la historia del MX-5 de Detroit que jamás llegó a las calles

El Dodge Demon RoadsterConcept fue la idea de la firma de carnero de un deportivo biplaza de dimensiones compactas y tracción trasera que fuese asequible. Si estas premisas te suenan es porque son las mismas con las que aterrizó el Mazda MX-5 en 1989. Desafortunadamente, el modelo estadounidense no pasó de fase de prototipo y cayó en el olvido, y por eso es por lo que su historia merece ser recordada.

Actualmente, nos referimos a la denominación “Demon” como la versión más prestacional del irreverente Dodge Challenger, el cual ofrece 852 CV de potencia y 1.044 Nm de par motor, suficiente para llegar hasta los 100 km/h desde parado en apenas 2,5 segundos y alcanzar los 326 km/h de velocidad máxima. Pero antes de que el nombre “Demon” fuera una amenaza para el resto de los conductores, había un pequeño roadster destinado a desafiar al siempre popular Mazda MX-5, y tenía bastantes argumentos para ser su honorable rival.

En términos de proporciones, el Demon Roadster Concept era bastante escueto, midiendo solo 3.962 milímetros de largo, 47 mm más que un MX-5 actual (ND). El ancho era exactamente el mismo, de 1.735 mm, mientras que la masa total se acercaba más al de un Toyota GT86, con 1.179 kilos. Nada de esto suena muy emocionante, pero Dodge quería vender este coche por 15.000 dólares en ese momento, unos 16.500 euros actuales. Tal vez no habría sido una mala idea ponerlo en producción; además, la marca aún operaba en 2007 en España.

Tomando las líneas clásicas de un deportivo biplaza –capó alargado y habitáculo retrasado–, la parte delantera está dominada por la gran rejilla en forma de cruz distintiva de la marca. La vista lateral queda dominada por una línea de cintura en sentido descendente que conectaba con la abultada aleta trasera y una toma de aire que, aunque no refrigeraba ningún motor, ayudaban a enfriar los frenos. Pero quizá el elemento distintivo fue la forma inusual de los pasos de rueda asimétricos, ocupados por unas llantas de aleación de 19 pulgadas.

La parte trasera presentaba continuaba con superficies limpias que hacen que todavía se vea moderno y atemporal. Las luces traseras de forma casi triangular, y un tanto parecidas a las del Audi TT contemporáneo, fluyen con los nervios de las aletas posteriores, a la vez que dictan la forma de la parte central. Allí se deriva a unas salidas de escape gemelas trapezoidales. El diseño de la carrocería se complementó con la pintura Bright Amber Pearl que ofrecía un gran contraste con el marco negro del parabrisas y los elementos de aluminio del habitáculo.

Un interior que, según el diseñador de interiores principal de Dodge, Dan Zimmermann, tenía el objetivo de ser simple y funcional, centrándose solo en los elementos que importan para la experiencia de conducción. La franja horizontal en el salpicadero enfatizaba la anchura, alojando el cuadro de instrumentos, cuatro toberas de aire circulares y una unidad radio-CD con perillas físicas. El túnel central también estaba terminado en aluminio, con un freno de mano físico, una palanca manual y algunos botones e interruptores, así como dos portavasos.

“Si bien el icónico Viper es un coche de ensueño para muchos, el Dodge Demon Roadster Concept se ha diseñado para ser un automóvil de ensueño alcanzable”, dijo en su presentación Jae Chung, diseñador jefe del por entonces consorcio DaimlerChrysler (1998-2007). “El diseño exterior es simple pero audaz, con una combinación energética de curvas y planos de intersección”. Técnicamente, era el hermano pequeño del Viper, y si entrecierras los ojos y miras la parte delantera, puedes ver medianamente el parecido.

Se suponía que el Demon Roadster Concept competiría con el trío de roadsters gemelos de General Motors (GM), el Pontiac Solstice/Opel GT/Saturn Sky, y el ya más que mencionado MX-5. Por esta razón, Dodge eligió usar un motor relativamente modesto, aprovechando también el bajo peso del coche. Se trataba de una unidad de cuatro cilindros en línea de 2.4 litros que entregaba un total de 174 CV y 233 Nm a las ruedas trasera a través de una transmisión manual de seis relaciones.

Y lo mejor de todo es que era una máquina totalmente funcional. Conseguía un tiempo de aceleración de 0 a 60 mph (96 km/h) de 7,1 segundos y una velocidad máxima de 210 km/h.  Chrysler se tomó tan en serio la idea de hacer que el Dodge Demon Roadster Concept llegase a los concesionarios que permitió a los periodistas del motor conducir el prototipo durante unas tomas de contacto en 2007. Road & Track fue uno de los medios afortunados y, aunque se quedaba un peldaño por debajo del MX-5, tenía mucho potencial para alcanzarle.

¿Y por qué el Demon Roadster Concept jamás llegó a producción? Cuando hizo su debut en el Salón del Automóvil de Ginebra de 2007, Daimler buscaba deshacerse de Chrysler. Ese verano, la compañía alemana vendió una gran mayoría de sus acciones a Cerberus, que inicialmente parecía algo bueno para el prototipo. La mala gestión de Cerberus, que no entendía cómo dirigir una empresa automotriz, y la crisis financiera de 2008, minaron los recursos de Chrysler dejando a este modesto deportivo en un segundo plano.

En enero de 2008, Dodge anunció que compartiría una plataforma de tracción delantera con un compacto desarrollado juntamente con la marca china Chery. El precio todavía se mantendría, pero sin tracción trasera, difícilmente sería un competidor del MX-5. Este compacto nunca se materializó, tampoco el Demon Roadster Concept, una víctima de la crisis financiera en la que se sumió Chrysler en abril de 2009, cuando se declaró en bancarrota para poder fusionarse con Fiat, lo que finalmente condujo a la Fiat Chrysler (FCA) que conocemos hoy.

En 2010, se rumoreó acerca de una posible nueva luz verde para el proyecto compartiendo una plataforma de propulsión con un próximo Alfa Romeo Spider. Eso no sucedió. Pero en 2012, FCA anunció que colaboraría con Mazda para construir Spider bajo la misma plataforma del MX-5, sin mención alguna al Demon Roadster Concept. Dos años más tarde, el supuesto Spider de la casa del biscione se materializó en el Fiat 124 Spider, y su correspondiente versión Abarth. El Alfa Romeo fue cancelado y el Demon perdido en el olvido.

Ahora bien, esta no era la primera vez que Chrysler había intentado llevar un pequeño deportivo a las masas. Algunos aún pueden recordar al Crossfire, fabricado entre 2004 y 2008. Se basó en el Mercedes SLK de primera generación (R170) y compartió la mayoría de sus componentes. Con ello, la tercera firma más grande de Detroit se aseguraba una plataforma y conjunto mecánico ya probado. Sin embargo, el Crossfire no replicó el éxito de su homólogo alemán y ha pasado sin pena ni gloria.

Fuente: Top Speed

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