En alguna ocasión hemos hablado del término barn find, que los anglosajones emplean para denominar a los hallazgos de coches olvidados. En los sitios más insospechados puedes encontrar desde un Maserati Ghibli olvidado hasta un Lancia Stratos aparcado 15 años en un rancho. El modelo que se desemplova hoy, dentro de unas horas en París, es un Facel Vega Facel II, una reliquia que ha permanecido en un granero de Missouri nada menos que cuatro décadas.
Habíamos repasado someramente la historia de Facel cuando el Facel Vega de Ringo Starr salió a subasta. Este fabricante francés produjo aproximadamente 2.900 automóviles, todos ellos con tres características principales: eran elegantes, lujosos y rápidos.
Se fabricaban a mano (por eso eran muy caros, casi como los Rolls-Royce), pero conquistó a ricos y famosos que buscaban algo exclusivo y distintivo, como Tony Curtis, Danny Kaye, Ringo Starr, Joan Fontaine y Ava Gardner. Pero tras el estilo y lujo indiscutibles en los Facel también destacaron sus prestaciones, admiradas (e impulsadas) por grandes figuras del automovilismo como Sir Stirling Moss, Maurice Trintignant y Rob Walker.
Lanzado en 1961, el Facel II iba a ser el último de los modelos con motor V8… pero la empresa desapareció justo tres años después, en 1964, tras fallar su aventura de fabricar sus propios motores. Se habían fabricado unas 500 unidades del modelo anterior, el HK500, entre 1958 y 1961. La producción del Facel II se quedó en unas escasas 182 unidades, lo que hace que estos clásicos franco-estadounidenses sean hoy muy codiciados.
Una de esos raros especímenes acaba de aparecer, cuando se creía perdido. Su primer dueño era de Estados Unidos y fue entregado a través de Hoffman en Nueva York (sí, el mismo que impulsó el BMW 507 Roadster o el Mercedes 300 SL). No se sabe exactamente quien era, pero se le entrgó nuevo en 1971 y lo tuvo dos años, antes de venderlo a su siguiente dueño, en 1973.
Esta persona lo mantuvo en su granero de Missouri desde entonces, como en una cápsula del tiempo, tal y como se había entregado en el concesionario. Pintado en azul «pavo real», con interior de cuero gris y unas preciosas llantas multiradio. Y, por supuesto, el motor V8 Chrysler de 6,3 litros original, que apenas recorrió 31.152 millas (51.134 km).
Entre otras caracerísticas notables esta su transmisión automática de Chrysler, la dirección hidráulica, los frenos de disco Dunlop, un diferencial de deslizamiento limitado, radio HMV y un espectacular tablero de instrumentos con madera de grano trompe l’ oeil .
Está en un estado bastante malo, de ahí que se espere vender, dentro de unas horas, por una cantidad entre 80.000 y 140.000 euros. Si tenemos en cuenta que se trata de un coche de una producción tan limitada y que mantiene las especificaciones originales de fábrica, podemos esperar que alcance un precio mayor. Si alguien se hace con él y lo restaura, es un candidato a ganar muchos cocnursos de elegancia.
Fuente: Bonhams
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