Y lo que tenía que pasar, pasó. En julio se presupuestaban 70 millones de euros para el Plan Pive 3, el programa de ayudas a la compra de coches nuevos. A finales de la semana pasada apenas quedaban 800.000 euros para cumplir con las últimas 800 reservas, que se realizaron ayer. Eso sí, si alguien va a comprarse un coche estos días, es posible que aún obtenga la subvención, ya que siempre se producen cancelaciones de pedidos. De hecho, la plataforma del IDAE sigue acogiendo solicitudes.
No cabe duda de que el Plan PIVE ha reconducido, ligeramente, la maltrecha situación. Recapitulemos. Las ventas de coches en 2011 alcanzaron las 808.059 unidades. Fue el tercer año por debajo del millón de unidades. Pero en 2012 se subió el IVA del 18% al 21% en el mes de septiembre. Eso provocó que se adelantasen muchas compras en verano… y que el Gobierno intentase reconducir la situación con el plan de ayuda a la compra. No fue mucho mejor. Mientras que las ventas de coches en Europa en 2012, fueron un 8,2% menos que en 2011, la mayor caída desde 1993, el mercado automovilístico en España caía un 13%, hasta las 700.562 unidades.
El problema es que el Plan PIVE original había adelantado muchas ventas de coches que se iban a producir antes o después, posiblemente en 2013. Sin esas ventas no es que fuese a producirse una caída, sino un descalabro del mercado. De ahí que el Gobierno se viese obligado a lanzar una segunda fase del Plan PIVE que entró en vigor el 4 de febrero. Y después, el Plan Pive 3, que en su día calificamos de salto hacia delante.
Las subvenciones no crean nuevos compradores de coches. Solamente adelantan ventas futuras. Ese ha sido el motivo por el que ha habido que prolongar dos veces (hasta el momento) el PIVE. Porque anularlo no devolvería el mercado a la situación anterior al plan sino a una disminución aún mayor de las ventas. De ahí que el Gobierno deba alimentar el fuego con más madera.
¿Y ahora qué?
Tras el análisis pasado, veamos qué puede ocurrir ahora. No creemos que el Plan PIVE sea el salvador de los vendedores de coches. Sus efectos han sido temporales. Cierto es que, en los años de burbuja, el mercado sobredimensionó y con él la red de concesionarios. Ahora solamente sobrevivirán los mejores, los que sepan competir en un mercado interconectado y que ofrezcan los mejores servicios.
Ahora el Gobierno tiene dos opciones. Porrogar las ayudas o no. De hacerlo, seguiría distorsionando ese mercado que tanto defiende. Y adelantando compras futuras. Desde Aniacam, la patronal de los importadores de automóviles, aseguran que el PIVE sí ha generado una expectativa adicional de ventas (que cifran en 30.000-40.000 unidades solamente con el PIVE 3). Hablan de que no se hubieran producido de no tener ese plan de ayudas.
Pero ¿alquien cree que por 1.000 euros de ayuda gubernamental (realemnete luego, porque las subvenciones pagan impuestos) la gente se lanza a comprar un coche? Puede que en algún caso. Incluso dando por cierta la cifra de Aniacam, solamente en 2013 han recibido ayudas más de 200.000 compradores. Es decir, el Gobierno ha ayudado a 140.000 personas a comprar un coche… que se hubiesen comprado igualmente. Con los beneficios ambientales sucede lo mismo (
Si el Gobierno decide no prorrogar las ayudas es cierto que se pasarán unos meses muy duros. Sin el «chute» de las subvenciones no se adelantarán más ventas y será difícil alcanzar en 2013 las 700.000 matriculaciones. Las marcas deberán mejorar sus ofertas si quieren mantener sus volúmenes de ventas y los departamentos de marketing estrujarse un poco más los sesos y hacer campañas que vayan más allá de «aprovecha el Plan PIVE».
En los próximos días deberíamos conocer si habrá o no renovación del Plan PIVE. Aunque si el gobierno ha decidido mantener las ayudas a la compra de coches eléctricos en 2014, quizá haya PIVE 4… El Ministerio de Hacienda tiene la última palabra.
Fuente: IDAE
Vía: Diariomotor