La normativa Euro 7 acecha en el horizonte como un evento que lo cambiará todo en la industria automotriz. Ya se prorrogó su entrada en vigor el pasado año debido a las implicaciones que tenía para las marcas, aunque llegará un momento en el que llegará con sus elevadas restricciones. El caso es que afectará más en España que en otros países de la Unión Europea. Nuestra nación está en el podio en cuanto a producción de vehículos y en los últimos tiempos las fábricas nacionales se habían centrado en coches pequeños y de combustión, que precisamente serán los que más se recorten.
Es algo preocupante para la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) y su director general no dudó en señalar que el impacto en términos relativos va a ser mayor en vehículos de menor precio y que eso va a perjudicar claramente a la industria nacional. José López-Tafall, señaló que van a salir peor parados los coches en los que el factor precio es más relevante en función de la demanda y considera que la propuesta de la Euro 7 tiene muchos riesgos. También exige grandes inversiones por parte de los fabricantes para preparar sus instalaciones para la electrificación.
Desde Anfac están trabajando con el Gobierno para que se puedan realizar modificaciones durante la presidencia española del Consejo Europeo, que será entre julio y diciembre de 2023. Pretenden que la unidad como país ayude a una adaptación más lógica y acorde a las necesidades reales. Por ejemplo, ven la prohibición de los vehículos de combustión a partir de 2035 como una medida «malinterpretada». Se aboga por el uso de los combustibles sintéticos o de cualquier otra medida que pudiera ajustarse. Por ejemplo, el hidrógeno también estaría contemplado, aunque es una «ventana abierta» que se concretará a partir de 2026.
Otra cuestión que trató el director general de Anfac fue la llegada de las marcas de automóviles chinas y sus vehículos eléctricos de bajo coste. Dijo que todos los agentes que ayudasen a «dinamizar el mercado de una forma constructiva» son positivos para el sector, aunque preocupa que la normativa ambiental europea haga que se reduzca la competitividad de los productos de aquí respecto a los asiáticos. En cuanto a la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) estadounidense, también dijo que podría suponer un riesgo de fuga para las inversiones en Europa, aunque dependerá de como se actúe.
Fuente: Europa Press