Con el ecuador del año 2015 a punto de llegar, hemos realizado una retrospectiva cuando nos hemos percatado de la gran apuesta que Ford ha hecho por los deportivos. El año comenzó con el Salón de Detroit, donde se realizó la puesta de largo del Ford GT 2016, el coche que daba luz verde en la marca del óvalo a la producción de superdeportivos.
Heredero directo del Ford GT40, como él contará con una versión de competición, que correrá en Le Mans, justo cuando se celebra medio siglo del «1-2-3» en las 24 Horas de Le Mans en 1966, una de las victorias más sonadas de la historia del automovilismo.
El Ford GT 2016 llega con un despliegue técnico y tecnológico propio de los mejores deportivos del mundo, tiene una aerodinámica fabulosa, un diseño abrumador y, como no podía ser de otra manera, potencia a raudales con más de 600 CV procedentes de la última generación del motor EcoBoost V6 de 3,5 litros twin-turbo, el EcoBoost más potente hasta la fecha.
Un escalón más abajo nos encontramos con el Ford Mustang 2015, ya a la venta. Por primera vez, uno de los coches más famosos y simbólicos de América, se venderá en Europa. Y también este año comenzará la comercialización del Ford Focus ST, con 320 CV y que estrena tracción total (sin que por ello merme la diversión, como Ken Block se encargó de demostrar).
¿Pero tiene sentido esta apuesta por los deportivos en un mundo que parece dar la espalda al motor? ¿Por qué un fabricante generalista vuelve a traer al mercado a un superdeportivo como el Fod GT, tras más de 10 años de ausencia? Y también… ¿Por qué Ford promete hasta una docena de nuevos vehículos de altas prestaciones de aquí a 2020?
La respuesta a estas tres preguntas se reducen a dos: ventas de vehículos y el rendimiento que supone la influencia de los más entusiastas del motor. En Ford no dan puntada sin hilo. A pesar de que los jóvenes pasan del coche cada vez más, han observado que las ventas mundiales de vehículos de alto rendimiento han subido un 70% desde 2009, según sus datos. En el mismo período, las ventas totales de vehículos han crecido mucho menos, aproximadamente un 55%.
Sin embargo, el enfoque de Ford para centrar parte de su estrategia en vehículos de alto rendimiento no es solamente por las ventas (sería de locos pensar que estos fuesen los vehículos principales de la compañía). Pero los vehículos prestacionales son claves para atraer a un público entusiasta, que suelen ser fieles consumidores, así como la clave para influir en un público más joven.
Ambos tipos de consumidores son cruciales para generar vínculos con los futuros clientes en el mercado estadounidense. Ford ha pasado años estudiando la Generación Z, los jóvenes sucesores de los llamados millenials, y esta es una de sus apuestas para atraer a nuevos consumidores en el futuro cercano.
Y sí, la gran mayoría nunca se comprarán un Ford GT 2016, pero desde Ford apuntan que todos sus clientes se beneficiarán de estos vehículos de alto rendimiento, a través de las innovaciones que estrenan y que llegan luego al resto de modelos de la cartera de productos de Ford. El tiempo demostrará que esta apuesta es acertada… o un suicidio.
Vía: Fool