Aunque actualmente nos encontramos en una corriente estilística donde lo retro parece que vuelve a estar de moda, parece que no hay sitio para un Citroën 2 CV del siglo XI. A pesar de ello, la firma de los dos chevrones sigue siendo una de las marcas que ofrece a sus clientes una gama de productos que incluso puede llegar a ser algo extravagante.
Si no lo crees, piensa cuando se lanzó el C4 Cactus (del que no habrá segunda generación) o el colorido C3. Incluso hemos visto algunos productos tan peculiares como el e-Mehari, pero no veremos un sucesor moderno del legendario 2 CV. “Evolucionamos nuestros diseños al mirar el pasado”, dijo la CEO Citroën, Linda Jackson, “pero lo que no quiero hacer es convertirme en un fabricante de vehículos retro”, añadió.
En primer lugar, nunca está de más recordar brevemente la historia del modelo original. Fue introducido en 1948 en París con la idea de motorizar a las masas, al igual que el Volkswagen Escarabajo hizo en Alemania y el MINI en Inglaterra. Su nombre viene del francés “deux chevaux”, lo que, literalmente, significa “dos caballos de vapor”. El motor era simple y fácil de mantener, ofreciendo inicialmente una potencia de 11 CV.
Mientras Fiat y MINI han resucitado sus clásicos del siglo pasado con gran éxito, Citroën no tiene intenciones de unirse al juego. “No voy a producir un nuevo 2 CV. Tuvo su tiempo (de 1948 a 1990), estaba bien, pero se trata de encontrar el próximo diseño que sea adecuado para el cliente”, declaró Jackson al medio británico. Y, aunque estamos tristes de escuchar que el 2CV está básicamente muerto para siempre, las palabras de Jackson tienen sentido.
Estamos en medio de una revolución en la industria automotriz y traer ideas bien olvidadas probablemente no funcionarían bien. “Creo que necesitas estar pensando continuamente de manera innovadora. Fue exitoso entonces, pero creo que la gente quiere novedad. La gente quiere algo diferente, pero necesitas mantener la coherencia. Si vuelvo al 2014 cuando comencé, hicimos algunos coches geniales, pero no hubo coherencia. No habrías sabido que era una familia”.
Los potenciales compradores de un pequeño urbanita de Citroën tendrán que ir a por un C1 si quieren recuperar un poco la magia del 2CV. El C1 es dimensionalmente equivalente al Fiat 500 (segmento A), aunque ciertamente carece del encanto absoluto del “deux chevaux”.
Fuente: Top Gear