El Porsche 911 es, sin duda, el modelo más importante y carismático en la marca de Stuttgart. Pero eso no quiere decir que a lo largo de su historia no haya hecho otros modelos realmente interesantes. También ha tenido unos cuantos proyectos bastante alocados, algunos que llegaron a producirse y otros que nunca vieron la luz. El Porsche 989 pertenece al segundo grupo, aunque su influencia ha sido muy grande con el paso de los años. Solo basta ver el lugar que ocupa el Porsche Panamera en la actualidad.
El la década de los 80, había un modelo (aparte del 911) que repuntaba con fuerza. El Porsche 928 se trataba de un gran turismo que destacaba por su aspecto coupé y por tener un mayor tamaño y cuatro plazas bastante conseguidas. Era uno de esos Porsche que rompía moldes con su configuración de motor en posición delantera y además había sido el primero en montar un motor V8. En esa época se empezaba a creer que había hueco para un modelo más en este segmento.
Y de este modo, la marca de Stuttgart se puso manos a la obra y comenzó a trabajar en un vehículo de mayor tamaño. Tenía que ser un cuatro puertas que ofreciera más habitabilidad que el 928 pero que mantuviera la deportividad del coupé. El ingeniero Ulrich Bez dirigió este proyecto en el que se pensaba montar un nuevo motor V8de 4.2 litros (con ángulo de 80 º) refrigerado por agua y con una potencia de 350 CV. Por supuesto, estaría colocado sobre el eje delantero y tendría tracción trasera.
Sobre una plataforma con una distancia entre ejes de 2,83 metros (para asegurar el espacio y la comodidad en el interior), Harm Lagaay se puso a trabajar en el diseño. A pesar de tratarse de un sedán, se consiguió mantener esa silueta de coupé con una caída de techo prolongada y atractiva. Aunque estaba más emparentado con el Porsche 928, lo cierto es que estéticamente quedaba cerca de la imagen dinámica que siempre ha caracterizado al 911.
De hecho, este Porsche 989 inspiró algunos modelos que fueron saliendo después de su concepción. Si miramos a su frontal podremos darnos cuenta de que los faros del 911 (993) están muy inspirados en ellos y si miramos la zaga nos recordará también bastante a la del siguiente 911 (996). Pero por muy innovador que fuese aquí lo que cuenta es que jamás llegó a producirse, a pesar de ser un proyecto interesante en el que se había estado trabajando tres años.
El desarrollo del Porsche 989 tuvo lugar entre 1988 y 1991. Justo en ese año Ulrich Bez abandonaba la compañía y el sedán de cuatro puertas comenzaba a perder impulso. A esto hay que sumar que las ventas del Porsche 928 habían comenzado a bajar con el cambio de década y que no era buen momento para asumir riesgos (el coste de producción era alto). El prototipo del 989 descansa en el Museo Porsche de Stuttgart, orgulloso de que casi dos décadas después (en 2009) llegase el Panamera para recoger su relevo.
Fuente: Porsche
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