Puede resultar curioso o incluso una broma, pero no sería descabellado pensar que el coche más famoso del mundo en la actualidad no es más que un dibujo en un papel o una pantalla. Y lo es porque lo conocen todos, los mayores y los pequeños. La época dorada que está viviendo el cine de animación ha cautivado tanto a niños como adultos y una de las películas más apreciadas es Cars. La saga automovilística ha conseguido atrapar a los espectadores, y todos ellos se hacen la misma pregunta: ¿qué coche es Rayo McQueen?
La respuesta que más se suele escuchar a esta pregunta es que el protagonista de las películas de Pixar es un Chevrolet Corvette C6, pero esto no es del todo cierto. Aunque otros de los personajes sí tienen un espejo claro en el que mirarse, el caso de McQueen es diferente. Cruz Ramírez es un Subaru BRZ; Luigi, un Fiat 500; Doc Hudson es un Hudson Hornet; y Miss Fritter es el típico bus escolar estadounidense de los años ochenta. Sin embargo, otros coches son mezclas o son inventados. Este es el caso de Rayo McQueen.
El secreto mejor guardado
A pesar de todas las elucubraciones, los creadores y diseñadores de Cars siempre se han negado a responder a la pregunta de qué coche es Rayo McQueen. Han preferido mantener el misterio y favorecer las teorías y discusiones en torno a ello.
Bob Pauler, responsable del diseño de producción de la saga, afirmó que para dar forma a Rayo McQueen habían tomado partes e ideas de los diseños que más les gustaban, “desde los GT40 a los Chargers”. Por su parte, el guionista y director de la película John Lasseter llegó a decir que, aunque querían dotar al protagonista de una apariencia de coche de NASCAR, las formas de los coches que compiten en esta competición son “planos y no demasiado interesantes”. Por ello, tuvieron que añadirle otras características.
Es cierto que McQueen no presenta la misma estructura que los Chevrolet que compiten en el óvalo. En realidad, el rayo rojo se parece más a una mezcla entre la NASCAR y Le Mans. La influencia del Corvette se ve matizada por otros detalles del Ford GT40 y aspectos de los míticos Lola.
Tampoco son despreciables las coincidencias con el Porsche 911, sobre todo en la zona del techo. Además, la pintura y decoración del protagonista de Cars cambia a lo largo de las películas. El patrocinio de Rust-Eze desaparece en la segunda entrega, siendo sustituido por el logo de la Copa Pistón, aunque se recupera en Cars 3. Además, algunos otros aspectos como las luces o los alerones también sufren una evolución. Por no hablar de su final, pintado en un color azul, un homenaje a Doc Hudson.
Sus detalles, al descubierto
Todas las películas de Pixar guardan un montón de homenajes y referencias, como los famosos easter eggs, los mensajes ocultos que esconden en sus películas. El primer aspecto a tener en cuenta es el propio nombre de Rayo McQueen. A pesar de que pueda parecer evidente que es una referencia a Steve McQueen por sus películas automovilísticas como Le Mans, la elección de ese nombre encierra otro significado. En realidad, de quien toma ese apodo es del animador de Pixar, Glenn McQueen.
Además del nombre, al protagonista siempre le acompaña un número, el inconfundible 95. En el año 1995 se estrenó Toy Story, la primera película de Pixar y dirigida, como Cars, por John Lasseter. La cinta de los juguetes que cobran vida fue la primera que realizó la compañía, y la de los coches parlantes fue la última que hicieron antes de ser comprados por Disney. La historia de Pixar se resumía en ese Rayo McQueen portando el 95 de Woody y Buzz Lightyear.
En definitiva, Rayo McQueen es un trabajo propio del doctor Frankenstein que, con piezas de infinidad de coches, ha conseguido tener una identidad y carácter propio e inconfundible.