Seguramente, esta sea una pregunta te ha estado quitando el sueño durante mucho tiempo. Y no es para menos, porque, ¿quién no desea tener un récord de distancia recorrida en el menor tiempo posible marcha atrás? Muchos dirán que podría tratarse de un vehículo eléctrico, dado que su reversa puede ser exactamente igual de larga de su directa. Pero no estamos hablando de velocidad únicamente, sino de esta relacionada con la cantidad de metros del camino.
Los héroes de este récord son Rob Gibney y su coche, un incombustible Ford Crown Victoria del 2003 al que solía llamar su vehículo favorito en el mundo entero. El 22 de agosto de 2004, en las instalaciones de Race City Motorsports Park en Calgary, Alberta, Canadá, Gibney logró lo que uno solo puede asumir como un sueño de toda la vida. Condujo su gran berlina estadounidense marcha atrás a una velocidad promedio de 66,67 km/h, llegando a cubrir una distancia de 807,39 kilómetros. Eso es casi como ir desde Barcelona hasta Córdoba.
Más tarde, uno de los amigos presentes le explicó a los medios de comunicación que la hazaña le llevó a Gibney más de 12 horas, cubriendo 1.220 vueltas al trazado americano de 11 curvas y 3,2 km, cerrado en octubre de 2011. También dijo que, si bien tenía marcadores que aseguraban que no se saliera de la pista, haber conseguido el récord conllevó varios desafíos. Uno de ellos fue la lluvia que había caído esa misma mañana, haciendo resbaladizo el asfalto. De hecho, Gibney se escapó cuatro veces durante el intento de récord.
Como suele ocurrir con la mayoría de los registros de récord, esto también fue el resultado del trabajo de todo un equipo. Con la marca en mano, el piloto canadiense intentó hacer algo más que entrar en el salón de la fama de los locos de la automoción y tener un lugar en los libros de historia: también recaudó dinero para los servicios de asistencia sanitaria STARS, (Shock Trauma Air Rescue Service). Se trata de una organización sin ánimo de lucro que brinda atención médica de emergencia y transporte a los enfermos y heridos críticos.
Desafortunadamente, no es un récord ampliamente que fuese ampliamente difundido. De facto, este hito está tan sumido en el olvido que solo se pueden encontrar algunos detalles al respecto, a excepción de la mención en el Libro Guinness de los récords mundiales. No se sabe si el Ford Crown Victoria se había modificado de alguna manera, pero a buen seguro que bajo su capó aún mantenía su motor V8 de 4.6 litros asociado a una transmisión automática de cuatro relaciones. No destacaba por ser eficiente en consumos, sino por su robustez.
Fuente: Guinness World Records