No cabe duda alguna de que 2012 es un año importante para Tesla Motors. El google del automóvil está empezando a ser una competencia cada vez más incómoda de otros fabricantes. Tesla es conocida por su coche deportivo eléctrico, el Tesla Roadster, pero en verano comenzó a vender ya la fabulosa berlina Tesla Model S y la gama podría incrementarse aún más si cuaja el prototipo que presentó en febrero en Los Angeles, el Model X, un SUV eléctrico que podría llegar en 2013.
¿Pero podrá sobrevivir Tesla mucho tiempo o será flor de un día? Los expertos aseguran que, de no conseguirlo, podría ser adquirida por una compañía más grande o funcionar como proveedor para fabricantes de automóviles más importantes. Por ahora las cosas marchan. A mediados de septiembre, Elon Musk, su dueño y fundador, informaba desde Twitter que ya fabricaban 100 coches semanales:
Tesla made 100 vehicle bodies this week for the first time. Really proud of the team! Pic of S/N 396: twitter.com/elonmusk/statu…
— Elon Musk (@elonmusk) septiembre 17, 2012
Tesla y el triunfo
El éxito de Tesla como fabricante de automóviles independiente, dependerá de que pueda vender suficientes unidades. La compañía californiana anunció en septiembre unos ingresos en 2011 de 204 millones de dólares, un 75% más que en 2010. Sí, ingresan más, pero perdió 254 millones en 2011, un 65% más que el año anterior. Tesla espera aumentar los ingresos más en 2012, cuando empiecen a entregarse los Model S. La compañía pronostica ingresos de fin de año de entre 550 a 600 millones de dólares, la mayor parte del dinero procedente de la segunda mitad de 2012.
El plan de negocio de Tesla incluye la producción de 20.000 sedanes Model S al año, aunque vender esa cantidad de coches podría resultar difícil. El Model S se venderá por un precio entre 38.000 y 75.000 euros. Un rival podría ser el Porsche Panamera, un deportivo de cuatro puertas con una aceleración similar y un precio base de 57.000 euros. Y Porsche vende solo unos 7.000 Panamera al año en EE.UU. No solo eso. Porsche tiene más distribuidores y es una marca más conocida. El reto de Tesla es convencer a los conductores para que renuncien a las marcas tradicionales y le den una oportunidad. Y eso es algo muy complicado.
Además, la industria del automóvil ha cambiado mucho desde la fundación de Tesla en 2003. Entonces, una serie de cambios en una ley de California, que había exigido a los fabricantes de automóviles producir coches eléctricos, provocaron que GM cancelara su vehículo eléctrico EV1, y que Toyota hiciera lo mismo con el RAV4 elécrico. Tesla tenía el mercado de vehículos eléctricos casi entero para ella.
En la actualidad, empresas como General Motors o Nissan venden vehículos eléctricos y todos los grandes fabricantes de automóviles ha anunciado planes para vender los suyos. Es más, los vehículos de compañías como BMW y Mercedes competirán directamente con Tesla en el mercado de coches eléctricos de lujo. El plan de Tesla es diferenciarse… y ya ha empezado por olvidarse de los concesionarios fundamentando su negocio en las tiendas Tesla. Pero ese cambio en el modelo de distribución de los coches, también puede acarrearle problemas con el poderoso lobby de los concesionarios si aumenta su volumen de venta. Y parece que quiere hacerlo, ya que Elon Musk confesó a Wired que tiene entre ceja y ceja fabricar un rival del BMW X3 partiendo de la base del Roadster (llegaría en 2015).
Vender Tesla
Tesla también puede sobrevivir si no vende vehículos suficientes para ser rentable. Si logra vender un número significativo del Model S y de Model X, la convertirán en una marca aún más valiosa, que fuese más atractiva de lo que es hoy para ser adquirida. Podría ser una excelente marca de vehículos eléctricos de un gran fabricante de automóviles.
Tesla como proveedor
Algunos expertos piensan que Tesla también podría tener futuro como proveedor de otros fabricantes de automóviles. Tesla ha desarrollado su propio motor, controles y tecnología de baterías, una valiosa propiedad intelectual y conocimientos que, en consecuencia, le han hecho desarrollar tecnologías similares para vehículos eléctricos de Daimler y Toyota.
Sin embargo, debe tener cuidado. Si las ventas coches eléctricos no despegan, y los fabricantes de automóviles los abandonan, Tesla tendría pocas opciones. Si se popularizan, los grandes fabricantes querrán desarrollar ellos mismos la tecnología base. General Motors, por ejemplo, diseña sus propios motores y ha desarrollado desde cero los paquetes de baterías para el Chevrolet Volt que probamos. De hecho, puede que la mejor situación para Tesla fuese que los vehículos eléctricos lograsen un éxito modesto, con un volumen demasiado bajo para justificar el desarrollo de tecnología dentro de la empresa.
Gracias a las mejoras de estandarización en el diseño y fabricación de los coches, será más sencillo obtener beneficios en vehículos fabricados en volúmenes más reducidos. Tesla podría tener futuro vendiendo tecnología para estos productos específicos. Sería má barato para un fabricante comprar las baterías y los motores a Tesla en lugar de desarrollarlos. Además, Tesla podría generar importantes ingresos produciendo volúmenes relativamente pequeños de sus paquetes de baterías para varios fabricantes de automóviles, ya que puede adoptar su tecnología para varios tipos de coches.
Tesla como electrolinera
A finales del mes de septiembre, Elon Musk, CEO de Tesla, presentó en un evento a lo Apple un novedoso sistema de electrolineras capaces de proporcionar hasta 120 kW de potencia. El resultado es un cargador que alimenta a un Model S en 30 minutos con energía suficiente como para recorrer unos 300 kilómetros.
La idea es que los propietarios del Model S puedan realizar viajes largos sin perder tiempo con los lentos cargadores convencionales. El Model S (la piedra angular del futuro de Tesla, como vemos), tiene una autonomía de 483 kilómetros. Cuando la batería se agote, (en torno a unas cuatro horas de viaje) en media hora de parada recargarías otros 300. Son 783 kilómetros de distancia con una parada, una cifra más es suficiente para la mayoría de conductores.
Tesla ya ha instalado seis supercargadores en una de las vías de comunicación principales de California. Musk ha prometido ampliar la red por todo Estados Unidos, antes de saltar a Europa y Asia a lo largo de 2013. Si esta red fuese compatible con vehiculos de otras marcas, aquí se abre otra vía de negocio.