Si hay una marca que pretende revolucionar la automoción tal y como la conocemos, esa es Tesla. Su berlina eléctrica, el Tesla Model S, es ya la referencia del segmento en Estados Unidos. Ha solventado la falta de infraestructuras de recarga con su propia red de supercargadores (que permiten recorrer Norteamérica de punta a punta y próximamente Europa, gratis). También ha revolucionado la distribución de coches al prescindir de concesionarios, sustituyéndolos por una serie de showrooms que permiten al fabricante vender directamente al cliente final.
Además de otros planes del visionario Elon Musk, como el espectacular proyecto Hyperloop, el CEO de Tesla debía resolver el camino que debía tomar la compañía. Ya lo advertíamois hace un par de años cuando repasábamos los retos futuros de la marca. El fabricante podría convertirse en un fabricante de masas o reconvertirse de diferentes maneras.. y una de ellas era como proveedor de tecnología. Para ello uno podría pensar que debes contar con un producto innovador propio… pero el señor Musk ha vuelto a sorprender con un anuncio sorprendente: ha decidido liberar todas las patentes tecnológicas de Tesla relacionadas con el desarrollo de los coches eléctricos.
Desde un punto de vista tradicional, la decisión podría parecer un suicidio empresarial. Significa que el resto de marcas automovilísticas podrá usar todo el conocimiento y desarrollo tecnológico de Tesla sin tener que pagar nada en concepto de patentes. Y se trata, hoy por hoy, de la tecnología más avanzada en coches eléctricos tanto en motores, como baterías, cargadores…
Elon Musk justifica su decisión en el blog de Tesla y todo parece empezar a cobrar sentido: “El verdadero rival de Tesla no son los otros coches eléctricos, sino los coches de motor de combustión, que aún representan el 99 % de las ventas. Para ganar esta guerra hay que ofrecer más y mejores coches eléctricos. Una cosa que difícilmente puede lograr una sola empresa». Y parece que BMW ya ha cogido el guante y se reunirán con Tesla esta misma semana para discutir cómo colaborar, según asegura Reuters.
Lo que pretenden con esta decisión es que los grandes fabricantes utilicen las patentes de Tesla. Al no tener que realizar inversiones tan altas, se espera que eso les anime a lanzar nuevos productos y se impulse verdaderamente el desarrollo de la industria del automóvil eléctrico. Se trata de un acelerarón para que se popularicen mucho antes medios de transporte más sostenibles.
Musk asegura que una empresa que se basa solo en sus patentes muestran un signo de debilidad: “Esto significa que no están innovando con la suficiente rapidez. Deberían estar innovando tan rápido que ellas mismas superasen sus propias patentes”. Visto así, tiene su lógica, pero al final las empresas tienen unos recursos limitados y no todo puede destinarse a innovación. No se trata de un caso único. Hace más de medio siglo Volvo regaló la patente del cinturón de seguridad de tres puntos, y también hemos conocido casos como el de Toyota, que comparte las mejoras de procesos con la comunidad.
Fuente: Tesla