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Luis Ramos Penabad

La Unión europea quiere frenar la invasión de coches chinos, ¿pero puede y debe hacerlo?

El miércoles pasado, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, anunciaba una investigación a los coches chinos, argumentando la posible existencia de ayudas gubernamentales con las que se consiguen abaratar el precio final. El auge de la automoción china es tremendo. En los últimos tres años, la demanda de exportación de automóviles chinos ha crecido un +86 % y ya supera a Japón. No tienen ya suficientes barcos para satisfacer la demanda.

La Comisión anuncia una investigación a las subvenciones chinas a sus coches eléctricos. En 13 meses esperan completarla. Imagina que dentro de año y pico descubren que existen esas subvenciones. ¿Qué ocurrirá? Pues reuniones, negociaciones… y posiblemente un acuerdo para aumentar los aranceles a la importación. Ahora son de un 10 %… y del 25 % si son coches exportados de Europa a China.

También podría ponerse fin a las ayudas públicas (en España en estos momentos tenemos el Moves III vigente) destinadas a la compra de vehículos eléctricos… que no estén fabricados en territorio europeo. Algo que Francia ya había planteado en su día… y que aplica Estados Unidos desde hace tiempo (incluyendo a coches europeos y japoneses).

«Los mercados mundiales están ahora inundados de coches eléctricos más baratos. Y su precio se mantiene artificialmente bajo gracias a enormes subvenciones estatales. Eso está distorsionando nuestro mercado y, como no aceptamos esta distorsión desde dentro, tampoco la aceptamos desde fuera», eran las palabras de Ursula von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea. Eso sí, rebajaba luego la posible tensión: «Reducir los riesgos y no desvincular: este será mi planteamiento con los dirigentes chinos».

Cosas que olvida la Unión Europea

En realidad, las marcas chinas, hoy en día, no venden tanto. Entre todas tienen una cuota de mercado del 8 % en los coches eléctricos. El Grupo Volkswagen, por citar un ejemplo, les duplica. Hemos podido comprobar en la prueba del MG 4 o la prueba del Aiways U5 que ya no son aquellos productos «baratos» y con fallos imperdonables: son coches que cumplen estándares europeos en seguridad, tecnología y confort al nivel de los europeos. Y ojo, a precios algo más bajos, pero no de derribo.

Si no venden más es en parte por desconocimiento del público o por falta de redes de distribución. El problema latente es que nos llevan años de desarrollo e inversiones… y en Europa se ha legislado a favor de una tecnología de propulsión en la que nos llevan mucha ventaja otras zonas del mundo (China principlamente). Por eso las marcas europeas están destinando sus inversiones a alianzas con empresas chinas, tratando de reducir la distancia.

La Comisión también olvida que los fabricantes europeos precisan el mercado chino, el más imoportante para muchas de ellas. Vendieron ingentes cantidades de producto con motor de combustión, hasta el punto de tener que fabricarlo allí. Marcas como Renault y BMW tienen plantas de producción en China y exportan vehículos a Europa. Un coche como el Dacia Spring se fabrica allí, incluso el futuro Cupra Tavascan nacerá en una factoría china. ¿Resultado? Unos hipotéticos aranceles más altos acabarían perjudicando a fabricantes europeos.

¿Cómo ha logrado China ser potencia en electrificación?

El auge de los coches eléctricos en China tiene una respuesta sencilla: controlan toda la tencología eléctrica (batería, motores, controles…). Así consiguen unos costes menores, no es solamente una mano de obra más barata (que también, pero es muy especializada). Fabricar un coche eléctrico, además, es más sencillo, hay mucha competencia… y su mercado interior grande, es el 60 % del mercado mundial.

¿Ha habido ayudas gubernamentales? La consultora AlixPartners habla de 57.000 millones de dólares en subsidios entre 2016 y 2022. También en Europa se ayuda a la industria con planes como los PERTE VEC. Ahora se teme que se «perturbe y distorsione gravemente la industria automovilística y la cadena de suministro mundiales, incluida la de la Unión Europea». Es el mercado, amigos…

Ojo, que además habría que diferenciar quién es propietario de las empresas. Hay muchos fabricantes chinos de titularidad pública, pero otros como BYD de propiedad privada…. pero ahí también puede que nos metiésemos en un berenjenal, ya que por ejemplo el länder de Baja Sajonia (similar a una Comunidad Autónoma en España) es de los máximos accionistas de Volkswagen y el Estado francés controla el 15 % de las acciones del Grupo Renault.

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