No es ningún secreto que la mayoría de coches que se venden en la actualidad son SUV. La tendencia que se ha acentuado en la última década hasta llegar a límites insospechados. Y el caso es que no tiene pinta de que vaya a remitir a juzgar por lo que estamos viendo. Sin embargo, esta corriente choca de lleno con otra que está buscando el sector: la sostenibilidad del automóvil. Vamos a hablar de esta dicotomía que no termina de encajar.
Por definición, los SUV son el tipo de coche más contaminante. Su carrocería de mayor altura perjudica a la aerodinámica y su peso elevado hace el resto, hay multitud de estudios sobre el tema. Ahora el último de Transport & Enviroment afirma que los SUV medianos y grandes de combustión emiten entre un 15 y un 28 % más de CO2 que un compacto equivalente. También que los SUV híbridos enchufables emiten un 40 % más que los compactos equivalentes.
Estos datos son aún más preocupantes si tenemos en cuenta que en la actualidad el 45 % de los coches vendidos en Europa son SUV. Han pasado de representar apenas uno de cada diez en el año 2010 a copar casi la mitad de las ventas en el transcurso de una década. Y, como decíamos, la tendencia no parece remitir y los SUV han aumentado cuatro puntos porcentuales solamente en la primera mitad de este año 2021. Sobre todo crecieron los de combustión que ya atesoran el 42 % de la cuota de mercado.
Muchos pensarán que es un problema menor debido a que los coches de combustión irán desapareciendo poco a poco para dar paso a los eléctricos de batería. Aunque hay datos que no son tan optimistas en este ámbito, pues los fabricantes podrían aguantar hasta 2030 con los niveles actuales de ventas de eléctricos, ya que los objetivos de emisiones de CO2 todavía no son tan restrictivos. Mientras se estudia un endurecimiento de la ley, la tendencia SUV sigue arrojando dudas en el futuro.
Las carrocerías todocamino también son menos eficientes en los eléctricos. Son menos aerodinámicos, más pesados y necesitan baterías de mayor tamaño para ofrecer los mismos rangos de autonomía. Hay algunos que contemplan la reducción de los tamaños y los pesos para ser más eficientes en la producción y a lo largo de su ciclo de vida, pero también sigue habiendo otros fabricantes que aumentan de tamaño sin conocimiento. Solo el tiempo dirá hasta dónde nos lleva esta corriente y si terminará en algún momento.
Fuentes: Transport & Enviroment