El Volkswagen Golf GTI original llegó al mercado en 1976. Ese primer modelo tenía apenas 110 CV. Pero era pequeño y ligero, lo que, unido a una puesta a punto con un tacto más deportivo y a un precio asequible, lo convirtieron en toda una leyenda que ha llegado hasta nuestros días. Y más de cuatro décadas después, sigue siendo un referente en el segmento de los compactos de tracción delantera, aunque quizá ya no es la referencia ante una feroz y completa competencia.
El Golf GTI nunca ha sido un coche pretencioso, más bien uno que parecía relativamente sencillo, pero posee ciertas capacidades ocultas que pueden hacer sonreír a cualquier entusiasta cuando lo conduce, exactamente como Volkswagen siempre ha querido. Ahora en su octava generación, el Golf GTI todavía tiene un seguimiento muy grande y muy fiel, y quién mejor para explicar esto que Jason Cammisa, la voz de Hagerty que ha tenido dos unidades del modelo saliente (Mk.VII), le regaló uno a su madre y convenció a varios otros para unirse al ejército del popular modelo.
Cuando el entonces presidente de Volkswagen, Ferdinand Piëch, presentó la caja IV allá en 1997, estaba convencido de que el Golf estaba listo para jugar en la clase premium cuando anunció que la cuarta generación lo haría mejor que Mercedes-Benz. La gente puede haberse reído, pero la broma fue sobre ellos. Varios años después, la firma de la estrella retrasaría su Clase C (W205) porque no podía compararse con él. A estas alturas, se entiende que el Mk. VIII tiene mucho que cumplir, pero ¿y si no es así? Porque parece que, aunque de estreno, no mejora a su predecesor.
Comenzando con el diseño exterior, mientras que el último Golf GTI integra algo del diseño de estilo de nave espacial “futurista” que la mayoría de los fabricantes parecen estar buscando en estos días, se ve bastante bien como un compacto deportivo, un concepto que puede haber sido olvidado por otros jugadores en el mercado. Pero la realidad es que la compañía de Wolfsburfo se centró más en la reducción de costes que en cualquier otra cosa, y aunque eso podría no ser algo malo en ciertas áreas, es posible encontrar algunos componentes de índole más económica.
Por supuesto, el nuevo Volkswagen Golf GTI sigue siendo bueno, con motor de cuatro cilindros turboalimentado de 245 CV combinados bien con un cambio manual de seis relaciones a una de doble embrague (DSG) de siete. Pero, cuando se trata de la conducción real, Cammisa cuestiona que sea tan divertido como la marca afirma que es. Y él lo sabría, considerando el hecho de que tuvo la oportunidad de probar el modelo con bastante vigor. Sorprende, puesto que el Mk. VIII viene con el mismo tren motriz y se asienta sobre el mismo chasis que la generación precedente.
La falta de mejora continua a bordo. Una vez más, la reducción de costes ha llevado a un interior para el nuevo Golf GTI un poco menos bueno que el de su predecesor, aunque no demasiado. Sin embargo, todo va mal cuando llega el momento de empezar a jugar con el nuevo sistema de infoentretenimiento. A pesar de que la idea ha demostrado ser un desastre para prácticamente todos los demás fabricantes que han intentado seguir la hoja de ruta sin botones, Volkswagen también ha decidido eliminar cada botón físico y dial dentro, algo que está lejos de ser idílico.
Entonces, ¿el Volkswagen Golf GTI (Mk. VIII) falló a la hora de retener el principio básico de que la forma siempre sigue a la función? Cammisa parece pensar que sí. Quizás sea una señal de que el apasionado propietario de un Golf GTI (Mk. VII) no está dispuesto a aceptar el cambio, pero al final, incluso él mismo acepta que, en el fondo, su sucesor es en gran medida un GTI con todas las de la ley. La velocidad, sus capacidades dinámicas, la usabilidad diaria, el empaque completo en general, está ahí, pero cubierto por una difícil capa de software y algunos detalles “baratos”.
Fuente: Hagerty
Vía: YouTube