Hemos tenido la suerte de un coche que, si ya nos apasionaba antes, ahora nos tiene enamorados por completo. Hablamos del Alfa Romeo 4C, un deportivo creado para recordar al mercado que, más allá de los actuales Mito y Giulietta, Alfa Romeo cuenta con una historia repleta de deportividad a sus espaldas. Ahora, con el Plan del Grupo Fiat para 2018, ha llegado el momento de volver y el 4C es la guía de la futura gama de vehículos que vendrán.
El Alfa Romeo 4Ces una muesta de lo que Alfa Romeo puede dar de sí, una especie de hoja de ruta de lo que la firma italiana quiere y puede ser. El mimo que pone Alfa en su fabricación en Modena queda patente en las escasas tres unidades que salen al día de la planta de Maserati en la ciudad italiana. Alfa pretende hacerse un hueco entre el triuvirato de marcas germanas del mercado premium (BMW, Mercedes y Audi), demostrando que en el sur de Europa no sólo hay diseños maravillosos, sino tecnología punta lista para ser disfrutada en la carretera.
El Alfa Romeo 4C llegó al mercado hace un par de años. Cuando fue presentado en Ginebrra 2013, sus líneas no dejaron indiferente a nadie. El Grupo FIAT había sido más que fiel al prototipo original, presentado en 2011. Se trataba de una especie de 8C Competizione en pequeño, con mil y un detalles que recordaban al mítico Alfa Romeo 33 Stradale, la versión homologada del Tipo 33 de competición.
Más sorprendente aún era echar un ojo a sus especificaciones técnicas, más propias de un superdeportivo que de un coupé compacto. A pesar de que sus 241 CV de potencia no asombran de primeras, el hecho de pesar apenas 895 kg hace que cada caballo apenas deba mover 3,72 kg. Un peso así se ha conseguido gracias a su chasis monocasco de fibra de carbono, ideado por Maserati, que marca en la báscula 65 kg, y a sus numerosas piezas de aluminio (estructuras que sustentan el motor y las suspensiones) Con su motor colocado en posición central trasera, la diversión parece más que asegurada. Cuando desde Alfa Romeo nos invitaron a probarlo en el circuito del Jarama y conocerlo de primera mano, no pudimos resistirnos. ¿Nos acompañas?
Exterior
Si en las fotos impresiona, en vivo, las líneas del Alfa Romeo 4C se demuestan impresionantes. Inspirado, como ya indicamos, en el Stradale 33, hereda de este exclusivo coche de 1967 toda su apariencia deportiva y espíritu de competición. Su filosofía es la misma: lograr velocidad y prestaciones gracias a la reducción de peso y un cuidado trabajo aerodinámico en su carocería
La deportividad queda demostrada en las medidas del coche. Sobre todo en su altura, de apenas 118 cm. El ancho y el largo son más de lo mismo, 4 metros de largo y 2 de ancho que hacen que el coche sea pequeño, lo que sin duda ayuda en el objetivo final de la reducción de peso.
Uno de los rasgos más característicos de ser la luna posterior del coche a través de la cual se puede ver el motor. El motor en la parte central del coche como principal elemento y el resto construido entorno a éste. Faros redondos y simples atrás, y espectaculares delante al lado de la calandra triangular con el símbolo de la marca al frente.
Toda la carrocería también sigue la pauta marcada por los ingenieros de lograr un producto final mucho más ligero que de costumbre. Está realizada con un compuesto de materiales de baja densidad que proporcionan más estabilidad, además de pesar un 20% menos que la chapa común. Por último, el 4C está disponible en seis colores aunque, tras ver la mayoría de ellos en vivo, quizás el clásico Rosso Competizione de Alfa Romeo es el que mejor le queda al coche.
Interior y equipamiento
El interior del Alfa Romeo 4C es espectacular, pues revive la apariencia más deportiva e italiana. No hay ningún elemento de más ni nada que pueda aumentar el peso aumente algún gramo. Su estructura monocasco, hecha por completo de fibra de carbono, es la seña de identidad del coche y de ahí que este material quede a la vista en numerosas partes del vehículo. Eso sí, eso ha condicionado otros aspectos: el espacio para las piernas es mucho más estrecho de lo que verás en un turismo convencional.
Otro signo más de la deportividad del 4C son los elementos en aluminio que conforman la estructura interior del coche, que terminan de cerrar el cubículo interior, como la barra antivuelco justo detrás de los asientos. Las butacas, por cierto, están pensadas más en la eficacia a altas velocidades en curva que en la comodidad.
Tienen un aire muy deportivo y te abrazan el cuerpo a la perfección, pero no cuentan con demasiadas regulaciones y a algunos podría parecerles que la posición de conducción es demasiado vertical, pero busca la deportividad. El coche se ha pensado 100% en el conductor, hasta tal punto de que asiento del copiloto va fijo, sin regulaciones. Echando un ojo al configurador de la marca, vemos que pueden elegirse en cuatro colores.
El volante del 4C es dportivo y ergonómico. No esperes botones ni nada parecido. Se ha evitado cualquier floritura. Tras él, las levas para llevar el coche cuando en los botones de la columna central se selecciona de ese modo. Con apenas cuatro, que ponen el coche en modo automático con o sin levas, y la marcha atrás. También ahí se sitúa el configurador del modo de conducción y el freno de mano, además de los elevalunas eléctricos, el activador de los cuatro intermitentes y la regulación de los espejos. Lo imprescindible.
El cuadro de instrumentos tiene una pantalla totalmente digital, que muestra lo necesario del coche en cada momento, sin mucha parafernalia. Las revoluciones cambian de color si el coche solicita cambiar de marcha y la velocidad se ve con números digitales. Muchos echarán de menos los relojes clásicos, pero por su posición se ve de maravilla, incluso con sol. Un punto a destacar son los pedales de aluminio, a imagen y semejanza de los de productos de marcas de superdeportivos y en una posición muy vertical. Otro detalle muy racing lo ves al cerrar la puerta del coche. El asa es una simple correa de cuero, para reducir todavía más peso.
No esperes un deportivo práctico. No hay guantera (salvo un bolso elástico bajo el salpicadero), ni bolsas en las puertas para dejar cosas. Apenas un cofre entre los asientos, para dejar los objetos más cotidianos, como el móvil, las llaves o la cartera, pero acceder a él en marcha no resulta cómodo. Resulta espartano hasta en el maletero, que se reduce a un pequeño hueco tras el motor, con el espacio justo para un par de bolsas o una maleta de fin de semana.
En cuanto al equipamiento extra, las opciones que ofrece en cuanto a llantas, pinzas de freno, spoiler, tapicería de los asientos, cubierta de los retrovisores, escape, pintura y faros, son muy numerosas y lógicamente harán que el precio final del coche (54.000 euros, salvo ofertas que puedes encontrar en coches.com), suba mucho en cuanto cambies pocas cosas.
Mecánica
El motor de aluminio del Alfa Romeo 4C va colocado en posición central, justo detrás del respaldo de los asientos. Con eso se consigue un mayor equilibrio de pesos entre ejes y una sensación de mayor empuje al conducirlo. Además, como se trata de un coche de tracción trasera, se evita el peso extra que supone el árbol de transmisión en los coches de tracción trasera con motor delantero.
Esta mecánica de gasolina, alrededor de la cual gira el diseño del coche, tiene cuatro cilindros, doble turbo, distribución variable en admisión y escape e inyección directa de gasolina. Son apenas 1.750 cc de cubicaje, pero rinde 241 CV de potencia a 6.000 revoluciones. Gracias a él, el 4C alzanza más de 250 km/h de velocidad máxima, y acelera de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos que tarda en acelerar de 0 a 100 km/h. Su consumo medio homologado es de 6,8 litros (extraurbano de 5 litros y el urbano de 9,8 litros), con unas emisiones de 157 g/km de CO2 por km, que le permiten cumplir con la normativa Euro 6 de gases contaminantes.
El propulsor va ligado a un cambio automático TCT de seis velocidades y doble embrague que permiten un rendimiento máximo de la mecánica. Durante el cambio de marcha, trabajan dos cambios a la vez, y el paso de una marcha a otra se realiza en uno de los dos, mientras la anterior aún está acoplada en el otro. Otro elemento del 4C es el Launch Control, que funciona pisando a la vez freno y acelerador al máximo y tocando la leva izquierda. De esta manera, al soltar el freno actúan cambio y control de tracción a la vez, para maximizar la aceleración sin perder adherencia.
Los modos de conducción en este deportivo italiano vienen definidos como DNA:
- Dynamic: es el que más sensación de competición puede dar, dando una respuesta inmediata y reduciendo el tiempo de cambio de marcha en un 25%.
- Natural: Sería el utilizado a diario, que busca ser más confortable en la conducción.
- All Weather: Para condiciones climáticas adversas, el cual da una respuesta aún más suave y se previenen en mayor medida los derrapes.
- Alfa Race: Elimina cualquier tipo de control del coche y deja todo en manos del conductor y su pericia, para experimentar las sensaciones de conducción más puras.
Por último, añadir que los discos de freno son autoventilados y perforados. Las suspensiones McPherson que aseguran un agarre del coche mayor, de aluminio y acero que dan una alta resistencia y siguen la pauta principal del coche en cuanto al poco peso. Las llantas, son de 17-18 pulgadas delante y 18-19 pulgadas detrás, para una dinámica más óptima.
Comportamiento
Tuvimos la suerte de probar el 4C en el que sin duda es su hábitat natural, un circuito no demasiado rápido, con curvas téncicas. Alfa Romeo nos invitó al Circuito delJarama, donde pudimos conducir este deportivo y al Alfa Romeo Giulietta QV, acompañados de los pilotos de Sportdrive.
La experiencia fue increíble. Todo lo que se veían eran bocas abiertas al oírlo pasar los 4C rugiendo por la recta de meta, rugindo. Una vez que nos tocó subirnos al diminuto habitáculo, lo primero que sorprende es su baja altura y lo deportivo que es su interior. A nuestro lado se colocó un piloto profesional de Sportdrive como copiloto, que nos iba dando indicaciones en cada curva del circuito.
Nada más salir de boxes, empezamos a darle gas y el rugido del motor inunda todo el habitáculo. La marca pretende una comunión total con la mecánica situada detrás de tí y apenas ha trabajado en la insonorización, de ahí que te va acariciando los oidos a cada golpe de pedal. Tomamos la primera curva a derechas, de manera tímida, y en cuanto el copiloto nos dice que aceleremos, pisamos más el acelerador y abriemos la dirección, notando el turbo detrás, como si un gigante nos estuviera empujando por la espalda. Cada curva era un placer. Gracias a la tracción trasera se consigue una entrada en los giros digna de la mejor experiencia de conducción posible. Y al salir de ellas con el pedal del gas pisado a fondo se gana velocidad de inmediato, al tratarse de un coche tan liviano.
Los desniveles del circuito del Jarama impresionan mucho al salir de cada curva. Te piden que aceleres a fondo pero no ves nada de lo que viene después y te tienes que fiar del copiloto y lo poco que conocíamos del circuito. Posiblemente, la mejor parte eran las bajadas de esos desniveles. Aunque no era cuando más le pisábamos al coche, era cuando podías ver la trazada perfectamente y apreciar cómo el 4C toma las curvas con un agarre al asfalto espectacular. Los frenos impresionan por su eficacia. Pisados a fondo no dan oportunidad a muchos fallos.
Encarar la recta era el momento que más esperaba cualquiera que se encontraba ese día allí, para probar la aceleración bestial del 4C. Tomas la última curva y ves los cerca de 800 metros de recta. Sólo quieres exprimirlo al máximo… y no defrauda. Llegamos a alcanzar los 215 km/h antes de volver a tomar la primera curva, en la que los los frenos muestran de nuevo su eficacia, al tiempo que el volante tiembla al reducir tanto la velocidad. El cambio TCT demostró un comportamiento fabuloso y las reacciones del coche eran precisas a cada movimiento del volante. Sólo en una curva nos culeó por el efecto péndulo, al soltar el acelerador antes de una curva y al salir de otra cambiando el peso de lado, cuando acelerando el agarre hubiera sido mayor.
Tras bajarnos en boxes del Alfa Romeo 4C, las sensaciones eran indescriptibles. Pocos coches reaccionan así de bien, son tan deportivos y aprovechan tan bien cada elemento del coche. Y todo con un exquisito diseño italiano que lo inunda todo. No es lo mismo, pero te dejamos con un vídeo del evento para que te hagas una idea:
Opinión coches.com
Trabajo cumplido. Alfa Romeo ha sabido condensar en un coche tan pequeño, caro pero no a un precio desorbitado, toda su esencia histórica y de competición. Cierto es que la marca vagaba por el mercado, con apenas un utilitario y un compacto en su gama, pero cual Ave Fénix, promete segurgir de sus propias cenizas. A este 4C ya le acompañará en la gama dentro de bien poco el 4C Spider, la versión descapotable recién presentada en el Salón de Detroit.
Lógicamente, transmitir toda la herencia de la marca en un producto tan sui generis parece relativamente fácil. Otro cantar será crear coches más cómodos de utilizar a diario. En el 4C se ha dejado todo esto a un lado, para mostrar el carácter más deportivo y técnico de la marca, que sin duda era necesario rescatar, con un firme golpe de timón. Ahora la marca ya tiene trazado su camino… y nos ha encantado.
Si te planteas comprar un Alfa Romeo 4C debes ser consciente de que es un coche hecho para correr, que aprovecha muy bien el motor, la aerodinámica y la reducción extrema de peso, que le hacen volar sobre el asfalto. Para disfrutar en ciertos tramos o circuito es un coche increíble, pero no cabe duda de que a muchos les resultará incómodo para un uso habitual, con un habitáculo pensado en exclusiva para la conducción y un sonido del motor que disfrutas como nunca en circuito, pero que puede ser molesto en el día a día. Si tienes en cuenta estos condicionantes, has de saber también que sus consumos no son nada exagerados para un coche con sus capacidades. Y el precio no es exagerado, ya que gracias a su exclusividad (tan sólo se fabrican 1.000 unidades al año para Europa), su depreciación no será muy grande con el paso del tiempo.
- Respuesta del motor y ligereza del conjunto
- Rigidez del chasis y puesta a punto de frenos y suspensiones
- Diseño exterior y materiales del interior
- Insonorización del motor en una conducción normal
- Incómodo para uso diario
- Muy poco práctico
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