Si te dicen que pienses en un coche compacto del segmento C es muy probable que te venga a la cabeza el Volkswagen Golf. Es algo normal si tenemos en cuenta que se trata de uno de los modelos más populares de todo el mundo y del que se han vendido más de 30 millones de unidades (el coche europeo que más). Un dato demoledor es que se vende un Golf cada 40 segundos… Echa cuenta de los que se habrán vendido cuando termines de leer esta prueba.
Además de sus espectaculares datos de ventas, el Volkswagen Golf tiene un enorme bagaje debido a su experiencia. El primer Golf llegaba en el año 1974 con el reto de igualar el éxito de todo un icono como era el Volkswagen Beetle. Ahora, más de cuatro décadas después, nos damos cuenta de que así ha sido. Con siete generaciones a sus espaldas, el compacto se mantiene siendo uno de los referentes del segmento.
Normalmente los modelos compactos destacan por su polivalencia, que hace que sean aptos para la mayoría de públicos y consigue que no se hayan visto demasiado afectados por el auge de los SUV. Probablemente sea uno de los más equilibrados del segmento C este y este Volkswagen Golf 1.0 TSI 110 CV que analizamos esta semana puede ser una de las opciones más recomendables de la gama. Veamos de lo que es capaz el superventas.
Exterior
El actual Volkswagen Golf presentaba un ligero lavado de cara respecto al anterior Golf 2013. Las dimensiones son las mismas, por lo que se enclava en la media del segmento. Tiene una longitud de 4,25 metros, una anchura de 1,79 metros y una altura de 1,45 metros; mientras que la distancia entre ejes se mantiene en 2,64 metros. Aunque la tendencia del segmento es a eliminar las carrocerías de tres puertas, el Golf se sigue ofreciendo tanto con tres como con cinco puertas.
En el apartado estético, este modelo es inconfundible. Sigue unas líneas muy características y que vienen de anteriores generaciones. Esto le ha hecho ganarse un buen número de criticas por continuista y poco innovador. Aún así, sigue funcionando en ventas y gustando a un buen porcentaje de seguidores, hechos que han llevado a Volkswagen a emplear la filosofía de «si algo funciona, no lo cambies».
Como decíamos, respecto al modelo pre-restyling los cambios son mínimos y requieren de nuestra atención. En el frontal observamos un nuevo paragolpes, con nuevas formas en la parte inferior, además de unos faros delanteros estilizados (LED en opción) que quedan unidos por una estrecha parrilla, rematada por una moldura cromada (se repite bajo la matrícula). Visto de perfil la silueta es muy característica del modelo y la única disimilitud son las llantas de 16 pulgadas de nuevo diseño.
En la zaga se gana horizontalidad gracias a unos nuevos pilotos traseros LED rediseñados, que quedan partidos por el portón. En la parte superior hay un pequeño spoiler que parte del techo y en la parte baja recibe un nuevo difusor trasero en negro. En él va integrada una moldura cromada que simula dos salidas de escape. Basta acercarse para comprobar que son falsas y que las reales quedan totalmente tapadas.
Interior
En el interior las novedades también son escuetas. Se mantiene el diseño de la consola central, con una pantalla táctil de 8 pulgadas, que ahora integra los botones, que tiene un funcionamiento mucho más preciso y conectividad completa. Opcionalmente también se ofrece una de 9,2 pulgadas que cuenta con algunas funciones por control gestual, algo anticipado por el el prototipo Golf R Touch. Por debajo de ella, los típicos controles de la climatización con tres ruletas.
Nos quedamos con las ganas de probar la nueva tecnología antes mencionada y también de ver como le queda el Volkswagen Digital Cockpit a este Golf. Ese elemento queda reservado para el tope de gama y nosotros en el acabado intermedio encontramos dos grandes esferas analógicas y entre ellas una pantalla de 4,2 pulgadas que hace las veces de ordenador de a bordo. Destacar el buen tacto y la consistencia del volante multifunción de este modelo.
Lo que sí notamos que mejora en este Volkswagen Golf es la calidad percibida en de su habitáculo. Hay que reconocer que no llega al nivel de otras marcas como Audi, pero que supera con creces a muchos de sus rivales directos. Cuenta con unos acabados notables, sin defectos, cumpliendo con creces. Aunque hay bastantes plásticos, lo cierto es que la mayoría son blandos y agradables al tacto. Aunque la tapicería de nuestra unidad sea de tela, convence bastante.
La habitabilidad del compacto también está conseguida. Las plazas delanteras destacan por su amplitud y comodidad, mientras que las traseras ofrece buenas cotas de espacio para las piernas y para la cabeza para lo que acostumbra el segmento C. En términos de anchura cuenta con las mismas limitaciones que otros rivales, con una plaza central sin forma y con un túnel de transmisión algo molesto.
Maletero
Como ya estamos viendo, el Volkswagen Golf cumple en casi todo y el maletero no podía ser menos. Con una capacidad de 380 litros se sitúa en la media del segmento y además cuenta con la ventaja de unas líneas rectas aprovechables y una boca de carga no demasiado alta. El piso del maletero puede colocarse en dos alturas, para dejar objetos en el doble fondo o para crear una superficie plana al abatir los asientos.
Cuando se abate la segunda fila en dos partes (60:40) se consigue una mayor superficie y de esta forma se consiguen 1.270 litros de capacidad. Por último hay que decir que sorprende que bajo el piso encontramos una rueda de repuesto, que puede ser de emergencia o de tamaño completo en función de lo que se elija.
Equipamiento
El Volkswagen Golf se ofrece en nuestro país con tres niveles de equipamiento diferentes, sin tener en cuenta otras versiones como las deportivas GTI y R, la híbrida enchufable GTE o la eléctrica e-Golf. Por lo tanto se podrá escoger la variante de acceso Edition, que ya cuenta con llantas de 15 pulgadas, freno de mano eléctrico, aire acondicionado o sistema multimedia con pantalla táctil de 8 pulgadas.
El acabado intermedio, el que lleva nuestra unidad de pruebas, es el Advance. Añade elementos como las llantas de 16 pulgadas, retrovisores eléctricos, climatizador bizona, control de crucero o sensores de aparcamiento. El tope de gama es el Sport, que suma llantas de 17 pulgadas, faros LED, Volkswagen Digital Cockpit, iluminación ambiental, modos de conducción o suspensión deportiva.
En la lista de opcionales también se ofrece el paquete R-Line, que consigue un aspecto más deportivo gracias a unos paragolpes específicos y unas llantas exclusivas. Alguno de los extras más interesantes es el Vision Pack, que incluye faros LED, asistente de luces y cámara trasera por 750 euros. El paquete que contiene el mantenimiento de carril o el reconocimiento de señales también es recomendable para quien viaje mucho y cuesta 690 euros.
Motor
La gama mecánica del Volkswagen Golf siempre ha sido bastante completa y tiene varias opciones de tres y cuatro cilindros. En diésel tenemos el 1.6 TDI de 115 CV como acceso a la gama y el 2.0 TDI de 150 CV como intermedio. El tope de gama diésel es el Golf GTD con el mismo 2.0 TDI pero con 184 CV de potencia. Todos se ofrecen con cambio manual (de cinco o seis velocidades) o con la transmisión automática DSG de siete velocidades.
La gama de gasolina arranca con el que probamos, el tricilíndrico 1.0 TSI de 110 CV. Por encima están el 1.4 TSI de 125 CV y el nuevo 1.5 TSI Evo de 150 CV con desactivación de cilindros. Los más deportivos llevan el 2.0 TSI que entrega 230 CV en el GTI, 245 CV en el GTI Performance y 310 CV en el Golf R. También hay variantes de GNC, además de la híbrida enchufable y la eléctrica.
El pequeño tres cilindros de apenas 999 centímetros cúbicos desarrolla una potencia de 110 CV y 200 Nm de par entre las 2.000 y las 3.500 revoluciones. En nuestro ejemplar va ligado a una caja de cambios manual de seis velocidades. Sus prestaciones son una aceleración de 0 a 100 km/h en 9,9 segundos y una velocidad máxima de 196 km/h. El consumo homologado es de 4,8 l/100km y las emisiones de CO2 son 106 g/km.
Comportamiento
Tras conocer todos los detalles del Volkswagen Golf 1.0 TSI 110 CV, nos ponemos al volante para ver de lo que es capaz. Al arrancarlo, el sonido le delata, pues tiene ese repiqueteo típico de tres cilindros. Hay que decir que solo es audible desde el exterior, pues la marca ha hecho un buen trabajo con la insonorización y apenas llega ruido dentro. Lo mismo diremos de las vibraciones, casi inexistentes gracias al refinamiento de este motor.
En los primeros kilómetros es fácil comprobar la suavidad con la que entrega la potencia el 1.0 TSI. Hay que decir que por debajo de las 2.500 revoluciones es un motor algo perezoso, en el que notaremos falta de potencia. Pero a partir de ahí tendremos una entrega muy buena, a medio y alto régimen el Golf se comporta de forma ejemplar, pareciendo que tiene más de esos 110 CV que declara.
De esta manera nos encontramos con unas recuperaciones bastante rápidas, algo que da mucha seguridad a la hora de hacer adelantamientos y otras maniobras. Una de las claves es su peso contenido, que se queda en poco más de 1.200 kg en esta versión. Para sacar su máximo rendimiento basta con recurrir a su caja de cambios manual de seis velocidades, que cuenta con unos recorridos bastante cortos y un tacto acertado.
Si a lo anterior le sumamos un chasis más que probado y que siempre cumple, tenemos una apuesta sobre seguro. El Volkswagen Golf destaca por su equilibrio dinámico, capaz de ser un coche para hacer cientos de kilómetros del tirón con total comodidad o de afrontar algún que otro tramo de curvas de manera eficaz. No se resiente ante los badenes e imperfecciones de la ciudad ni balancea cuando lo sometemos a una carretera revirada.
Una de las claves para conseguir este comportamiento tan polivalente es su suspensión. Estamos con la de serie (la del acabado Sport es algo más rígida) y es capaz de filtrar cualquier irregularidad sin que merme el confort en marcha. La dirección también ayuda en este apartado, con un grado de asistencia intermedio que permite facilitar las maniobras en la urbe, sin restar del todo la conexión entre el conductor y el asfalto.
Terminamos la prueba con uno de los aspectos más destacados de este Golf 1.0 TSI 110 CV. Comprobamos que nuestro consumo medio es de 6,1 l/100 km, niveles que normalmente solo llegamos a ver en vehículos diésel. Lo positivo es que se han logrado sin buscar una conducción eficiente. Destaca que recorridos diarios es muy difícil ver una media por encima de los 7 litros, mientras que si nos controlamos se pueden llegar a rondar los 5 litros.
Opinión coches.com
A modo de resumen podemos decir que el Volkswagen Golf es un producto redondo. Probablemente no destaque demasiado en ningún aspecto, pero su valor es que tampoco tiene puntos débiles. En el apartado estético cuenta con una imagen muy similar a la de sus predecesores, mientras que en el interior se renueva con tecnología interesante. La habitabilidad sigue siendo correcta y lo deja en la media del segmento.
Si nos centramos en el motor 1.0 TSI de 110 CV, tenemos que decir que el tres cilindros es bastante refinado y corre más de lo que podría parecer inicialmente. Además lo hace con fundamento, ya que sus consumos son excelentes para el tipo de mecánica. La plataforma del Golf es sinónimo de equilibrio y por lo tanto este ejemplar cuenta con un buen comportamiento dinámico en todo tipo de situaciones.
Para terminar sacando una pega del Volkswagen Golf, diremos que el precio es algo más elevado al de otros rivales del segmento. Las versión de acceso, más barata, tendrá algunas carencias que habrá que suplir a base de tirar de talonario. Teníamos el acabado intermedio, bastante completo y probablemente el que más se venderá, pero si queremos completarlo con las últimas tecnologías el desembolso será considerablemente superior.
- Calidad de acabados interiores
- Rendimiento y consumos de la mecánica
- Comportamiento dinámico
- Estética continuista
- Carencias en equipamiento de serie
- Precios algo elevados
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