Hay un segmento que no se ve afectado por la crisis a pesar de que la tendencia no le acompaña. Hablamos de los gran turismo de lujo, que en esencia son coupés de grandes dimensiones con ciertas aspiraciones deportivas. En este escalón nos podemos encontrar con marcas de muy alto nivel, modelos del estilo del Aston Martin DB11, del Bentley Continental, del Ferrari Roma o del Maserati GranTurismo. Cuando probamos recientemente el BMW M8 Competition nos llegamos a preguntar si podía estar en la misma liga o se quedaba por detrás.
Aunque BMW sea una marca premium, lo cierto es que tiene un carácter más generalista que otros fabricantes anteriormente citados, aunque sólo sea por volumen de ventas. Con el tope de gama de la Serie 8 han hecho un trabajo espectacular tanto por rendimiento como por terminación, siendo probablemente el más lujoso de su gama. También el más caro, pues por precio sí que está a la altura de otros rivales al partir de 200.800 euros. En la prueba verificamos si están justificados.
Lo cierto es que a nivel de prestaciones hay pocos que le puedan alcanzar. Hay rivales con motores más grandes, pero el V8 TwinPower Turbo de 4.4 litros no es una mala opción para nada, sobre todo teniendo en cuenta que desarrolla nada menos que 625 CV y 750 Nm de par. Hace el 0 a 100 km/h en 3,2 segundos, el 0 a 200 km/h en 10,6 segundos y alcanzar los 305 km/h de punta. Como decíamos, nada que objetar en este aspecto. Tampoco a nivel de chasis, donde han hecho un gran trabajo por su equilibrio en la mayoría de situaciones y contundencia cuando se le requiere.
La calidad en este coche también está a un nivel muy alto. Son todo materiales nobles en su interior, con el cuero y la fibra de carbono como protagonistas. Está un punto por debajo de los Aston Martin o Bentley, pero no se queda tan atrás como podr Hay otros aspectos secundarios como la estética, de gusto completamente personal, o la necesidad de espacio en su interior (el M8 anda bastante justo en este aspecto). Lo que queda claro es que, con este producto, BMW puede luchar contra otros grandes y mirarles de tú a tú sin necesidad de acobardarse.
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