La lucha del mercado actual está en los SUV. Tanto en los mercados generalistas como en los llamado premium. Pero si bien los primeros, en la mayoría de casos, ha abandonado las berlinas medias, los segundos siguen teniendo en ellas un frente tan encarnizado como siempre. Y si sumas a la ecuación la variable marca alemana, entonces ya es una cuestión de honor quedar por encima del rival y vecino.
Los Audi A4, BMW Serie 3 y Mercedes Clase C pelean desde hace décadas por ser el mejor de su clase. Normalmente el más reciente sube unos peldaños y así hemos podido ir disfrutando de mejores coches año a año. El último en llegar al mercado ha sido el Clase C, que hemos probado con su carrocería familiar, el Clase C Estate:
Como te contábamos, el nuevo Clase C se ha gestado teniendo en cuenta su ubicación en la gama. Tecnológicamente se acerca mucho a todo un Clase S, pero en la calidad de materiales está más próximo al Clase A.
Y en marcha, pues pasa lo mismo. Es más ágil que anteriores generaciones, a costa de perder esa sensación de confort supremo que sí encuentras en el Clase E. La versión familiar interesa sobre todo por su maletero, que sin ser mucho mayor sí es más práctico que en el sedán. Pero quizá, para ser un modelo de carácter familiar, las plazas traseras deberían ser algo más grandes.
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